Otra prueba destruida en el caso Bárcenas. Las secretarias de Luis Bárcenas y Álvaro Lapuerta han destruido las agendas de sus antiguos jefes. La que fue durante quince años secretaria de Bárcenas ha reconocido que tiró la agenda a finales de 2012 porque consideró que “ya no tenía importancia”, según han informado fuentes personadas en la causa y que han presenciado el interrogatorio del juez Pablo Ruz. Cuando la secretaria del extesorero decidió deshacerse de esas agendas y dietarios ya sabía que su antiguo jefe guardaba copia de todo lo que contenían tal y como ha demostrado su defensa en la Audiencia Nacional al mostrar los apuntes durante su turno de preguntas.
Estrella Domínguez López, que trabajó para Bárcenas al menos hasta enero de 2013, se encargó de la custodia de las agendas y dietarios de Bárcenas cuando estalló el caso Gürtel porque se lo pidió el entonces tesorero del PP. Después se las devolvió a su dueño durante un tiempo y Bárcenas aprovechó para hacer copias antes de devolvérselas. Cuando en julio la esposa del extesorero, Rosalía Iglesias, le pidió vía sms que le devolviera los documentos, la empleada de Génova le dijo que estaban en manos del PP. Sin embargo, en sede judicial ha admitido que las tiró meses antes.
El SMS de la mujer de Bárcenas a la exsecretaria reza de la siguiente manera: “Querida estrella, necesito que me hagas llegar las agendas de Luis. Él te las dio antes de todo y eso no te compromete”. Como respuesta la exsecretaria, responde con un escueto: “Lo siento. Ya no las tengo”.
Las preguntas más afiladas las firmó el abogado de Bárcenas, Javier Gómez de Liaño que preguntó a la exsecretaria de su defendido si recordaba en esas agendas apuntes concretos de comidas con L.R. (en posible referencia a Luis del Rivero, expresidente de Sacyr) o Paco Villar (en referencia a quien fuera hombre de la máxima confianda de Rajoy, ya fallecido).
El testimonio de las secretarias de Lapuerta y de Bárcenas ha seguido la línea de los líderes del PP al responder “con evasivas y no recuerdo” en muchas de las preguntas, según abogados de la acusación. La declaración ha sido poco esclarecedora en cuanto a las visitas de los empresarios que aparecen en la supuesta contabilidad B porque han asegurado que podrían haberse producido los encuentros pero que no lo recuerdan. Ni siquiera han sabido precisar si el hijo de Lapuerta, que trabaja para la división de operaciones en OHL en Méjico, acudió a la sede del PP o si el cajero asistía a las reuniones que mantenía Bárcenas. Sí recuerdan haber visto por Génova “muchas veces” a Francisco Correa, el cabecilla de la trama Gürtel.
Los auditores admiten descontrol
El juez Pablo Ruz también ha interrogado a tres de los trabajadores del departamento de auditoría interna del PP, que han confirmado el descontrol en el sistema de financiación de la organización. Los auditores han explicado que hasta 2007 no había en el PP un protocolo de actuación respecto a las donaciones y han admitido que, con la nueva ley de financiación de partidos políticos, sí se emitió una “circular” al respecto pero sin precisión.
Tampoco existía un control sobre el límite de las donaciones: “Entendíamos que no se podía”, han expresado los auditores. En cuanto a la comprobación de que los donantes no eran adjudicatarias de la Administración, han reconocido que les exigían un certificado en el que aseguraran que no eran contratistas pero sin verificación.