Alberto Garzón sí tendrá rivales en la XII Asamblea Federal que renovará la dirección de Izquierda Unida a principios de 2021. El exdirigente José Antonio García Rubio (Ciudad Real, 1948), anunció la semana pasada su intención de liderar una candidatura alternativa a la que encabezará el ministro de Consumo para ser reelegido al frente de la coalición. Su mensaje fue rápidamente apoyado por el predecesor de Garzón en el cargo, Cayo Lara. La intención de García Rubio es reeditar una lista que se referencia en la que se conoció como Declaración de Zamora y que aglutine al sector más identitario de IU, aquel que rechaza cualquier intento de “superar” la coalición para integrarse o “diluirse” de una u otra manera, denuncian, en Podemos.
El lema de la candidatura será “la izquierda necesaria”, según desveló el propio García Rubio en un tuit en el que informó de sus intenciones. “Objetivo: recuperar la soberanía de IU y revertir la fusión con Podemos”, zanjaba el mensaje, que fue retuiteado por Lara en un claro mensaje de apoyo. Ambos se han mostrado desde 2016 muy críticos con la política de alianzas de IU. Ya entonces, Lara aseguró en su mensaje de despedida como líder que le iba “a costar votar” en las inminentes elecciones del 26J.
En aquella Asamblea, García Rubio se integró en la lista que encabezó Paloma López y que cerró, simbólicamente, el propio Lara. Fue la segunda más votada, con un 21% de los sufragios de la militancia, pero lejos del 74,7% que logró Garzón. Cuatro años después, pandemia mediante, López ya no reeditará su candidatura. Aunque sigue militando en IU, ya no tiene la actividad interna que ha tenido en el pasado.
Será así García Rubio quien tome el relevo de un sector que ha tenido bajas importantes en los últimos años. El hasta hace poco más de un mes responsable federal de Empleo de la dirección de IU es muy crítico con la estrategia desarrollada por Garzón y su equipo, que cree que se dirige, “por la vía de los hechos”, a su “fusión” con Podemos. En conversación con elDiario.es, García Rubio explica que la candidatura busca “recuperar la soberanía de IU como sujeto político”, así como “la autonomía de IU para elaborar, plantear y difundir su propio programa político, cosa que ahora no ocurre”.
Su plan es revertir “el proceso de convergencia organizativa”. Un proyecto que si bien en 2016 estaba recogido en los planteamientos de Alberto Garzón, y con ellos se impuso, se ha visto enfriado por las propias reticencias de Podemos a una unidad orgánica.
Tanto Garzón como el secretario general del PCE, Enrique Santiago, defienden la necesidad de mantener la actual unidad con Podemos. El PCE ha celebrado recientemente su Conferencia Política. En ella han definido su estrategia para este ciclo: “Construir unidad popular y ampliar Unidas Podemos más allá del actual modelo de convergencia” y “seguir desarrollando la IU movimiento político y social con el objetivo de superarla”. Esa idea, la de superar IU, sí estaba en los planteamientos de Garzón en 2016. Este mismo mes de octubre se presentarán los documentos de su candidatura, aunque diversas fuentes señalan que el lenguaje será distinto y no se irá tan lejos en el planteamiento.
Con todo, la llamada mayoría planteará una candidatura única en la que repetirá buena parte de la actual dirección y que contará con el respaldo oficial del PCE y de las direcciones autonómicas más importantes.
Pero la candidatura de García Rubio también tendrá apoyos territoriales, según afirma: “Tenemos gente de Andalucía, Asturias, País Vasco, Madrid, Canarias, Galicia, Castilla y León y Castilla la Mancha”. La referencia a Castilla y León lleva directamente al alcalde de Zamora, Paco Guarido, uno de los referentes de los conocidos como zamoranos dentro de IU y que se ha mostrado siempre muy contrario a cualquier acuerdo con Podemos. García Rubio confirma que el único alcalde de capital de provincia de la coalición no irá en su lista, pero sí que quizá la apoye llegado el momento.
García Rubio cree que la experiencia de Unidas Podemos no funciona, pese a que el espacio político en el que milita ha llegado al Gobierno por primera vez desde la II República. “El electorado no reconoce la fusión y los resultados son cada vez peores. Mucha gente de Podemos y de IU se ha marchado”, señala. “No es un pacto de unidad, sino de dispersión”, ironiza. Cita a Íñigo Errejón, Carolina Bescansa o Gaspar Llamazares en un largo artículo publicado recientemente y en el que expone de manera pormenorizada su proyecto.
En su opinión, “no hay clarificación de qué quiere decir 'converger con Podemos en UP'. No se atreven a decirlo”. Y dice que, de su experiencia en la actual dirección, Garzón y su equipo solo justifican mantener la alianza en que el resultado electoral en caso de ruptura sería peor.
El aún precandidato no rechaza ciertas coaliciones electorales o postelectorales con Podemos. Pero las circunscribe a acuerdos de unidad de acción como puede tener IU con el PSOE en determinados ayuntamientos. De momento, se encuentra confeccionando la lista que encabezará y que debe estar preparada antes del 17 de octubre. Ese día se inicia realmente el proceso asambleario, se conocerán las candidaturas iniciales, así como los documentos de partida para el debate estratégico que tendrán las asambleas territoriales. A mediados de enero se conocerá la nueva dirección de IU.