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Siete años de Pablo Iglesias vistos por excompañeros y rivales: “Es un personaje histórico del que se hablará mejor en 10 años”

Pablo Iglesias en la noche electoral del 4 de mayo.

Iñigo Aduriz

8 de mayo de 2021 21:42 h

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Pablo Iglesias (Madrid, 1978) consiguió lo que parecía imposible hace siete años, cuando colectivos surgidos del 15M, anticapitalistas, organizaciones sociales y grupos de la llamada izquierda alternativa fundaron Podemos y lo situaron como su líder y cabeza visible. Una nueva fuerza política de ámbito estatal, nacida de iniciativas ciudadanas, introdujo en los parlamentos, –primero en el Europeo y, más tarde, en el Congreso– a través de los discursos de Iglesias, el cuestionamiento del “régimen del 78”, de la monarquía y de los establishment económico y político, y se abrió a reconocer el derecho de autodeterminación en Euskadi y Catalunya.

Entre ataques personales sin precedentes en la democracia española, asediado por los insultos de la derecha mediática –y también de cierta izquierda– y el acoso permanente a su actual domicilio y a su familia, seis años después de fundar Podemos Iglesias logró llegar al Gobierno gracias al acuerdo de coalición suscrito por él mismo –en nombre de la coalición Unidas Podemos, que integró a IU y Equo– con Pedro Sánchez tras las elecciones de noviembre de 2019. Hasta hace apenas dos meses, el profesor de Ciencia Política que hace diez años arengaba a las masas indignadas en la Puerta del Sol era el vicepresidente segundo del Ejecutivo.

Pero el adelanto de las elecciones madrileñas por parte de Isabel Díaz Ayuso y el temor a que Unidas Podemos se quedara fuera de la Asamblea de Madrid –como inicialmente auguraban varias encuestas–, con el riesgo que eso suponía para la supervivencia del partido, le forzaron a dejar ese puesto y a lanzarse a encabezar la candidatura de la coalición en los comicios del pasado martes. El 4M, Iglesias logró que su grupo mantuviera la representación en el Parlamento regional. Pero, tras una campaña marcada por la crispación, quedó relegado como la última fuerza política de la Asamblea, incluso por detrás de Vox, la extrema derecha a la que combatió con dureza en los últimos meses. Esa misma noche, Iglesias anunció que dejaba todos sus cargos políticos. “Dejo la política, ya no sumo y me han convertido en un chivo expiatorio”, dijo, en su comparecencia.

Quienes hace siete años le acompañaron en la fundación de Podemos, los que, después, por las pugnas internas, abandonaron el barco y emprendieron nuevas aventuras políticas, y hasta sus rivales y contrincantes de otras formaciones reconocen ahora que Pablo Iglesias revolucionó –algunos creen que de forma positiva, otros de manera negativa– la forma de hacer política en España.

Monedero: “Pablo ha roto los controles de velocidad de la transición”

“Pablo Iglesias y Unidas Podemos han cambiado la política española”, reconoce Juan Carlos Monedero, uno de los más fieles compañeros de Iglesias que, junto a él, fundó Podemos en 2014. A su juicio, el exvicepresidente “ha roto los controles de velocidad que se habían puesto durante la transición”. “Pablo Iglesias puede ser la figura política más importante de este país en la última década”, añade, por su parte, el eurodiputado Miguel Urbán, otro de los fundadores de Podemos y cabeza visible de Anticapitalistas que, el año pasado, abandonó en cambio la formación de Iglesias por las discrepancias con su gestión, al considerar que se había plegado a uno de los actores del “régimen”, a pactar el Gobierno con el PSOE.

Pese a esas diferencias, Urbán defiende que el exvicepresidente del Gobierno se convirtiera inicialmente en el líder del nuevo partido: “Pablo era lo que teníamos. Las dos primeras personas que empezamos a hablar de Podemos, que en ese momento no tenía nombre, fuimos Pablo y yo. Intentamos que figuras más o menos conocidas de la izquierda alternativa dieran el paso para intentar crear lo que en ese momento llamamos un aparato para mover ficha. Entendíamos que había una crisis de régimen muy importante y necesitábamos un revolcón político para romper con el bipartidismo. Al final la figura más conocida que teníamos era Pablo. Asumió una parte importante del proyecto que iniciábamos”.

Urbán insiste en las cualidades de Iglesias para encabezar el proyecto de Podemos: “Pablo era un buen actor de teatro y estaba bregado en todo lo de La Tuerka, que fue el centro de entrenamiento en la batalla mediática. Después entró en los grandes debates de televisión y era conocido porque tenía una serie de cualidades, que aún hoy le hacen ser uno de los polemistas más increíbles que he conocido en mi vida”. 

El potencial político de Iglesias lo reconocen incluso desde partidos rivales. La socialista Elena Valenciano, que cuando nació Podemos era la 'número dos' del PSOE del ya fallecido Alfredo Pérez Rubalcaba, considera al exvicepresidente como “un personaje político muy importante” que produjo “una sacudida en las conciencias en la sociedad española que fueron útiles”, sobre todo, en “lo que tiene que ver con la regeneración democrática y con la necesidad de aproximar la democracia a los españoles”.

Desde el PNV señalan que “es innegable que Pablo Iglesias ha sido un personaje político relevante en el último lustro”. “Creó, junto a otras personas, un partido de la nada que en cinco años, y aunque con errores de bulto y algunas contradicciones, ha logrado formar parte de la primera coalición de Gobierno”, apuntan fuentes del partido nacionalista en el Congreso.

Rufián: “Es uno de los mejores intérpretes de la realidad”

“Más allá de las cualidades políticas y parlamentarias del personaje que son muchas, Iglesias pasará a la historia como uno de los mejores intérpretes de la realidad que le rodeaba”, añade Gabriel Rufián, portavoz de ERC en el Congreso de los Diputados. En su opinión, el exlíder de Unidas Podemos “es el mejor político de su generación o el mejor que supo canalizar las sospechas, la desafección y la indignación hacia la política que había en la calle, así como expresar en palabras el dolor que había entre la ciudadanía”. “Es uno de esos personajes históricos del que se hablará mejor en 10 o 15 años de lo que se habla ahora. Un poco como Julio Anguita”, remacha.

En la misma línea, el portavoz de EH Bildu en el Congreso, Oskar Matute, apunta a que “el surgimiento del 15M levantó una explosión social que tenía que ver con un desencanto de la política tradicional y Pablo Iglesias supo interpretar perfectamente cuál era esa impugnación al régimen desde Sol y otros lugares”. Además, a juicio del dirigente independentista vasco, el hoy exlíder de Unidas Podemos logró “levantar un proyecto político que no aspiraba ya a estar presente sino que se planteó un sorpasso a la izquierda del PSOE”. 

En cuanto a su legado político, Monedero destaca que con Iglesias al frente, Podemos logró autorizar “cosas que antes estaban prohibidas”. Entre ellas apunta a que consiguió que las fuerzas a la izquierda del PSOE entraran en el Gobierno, “criticar al rey, encarcelar a ministros corruptos, perseguir la corrupción del PP, hacer una moción de censura a los 'populares', crear un nuevo bloque histórico con fuerzas catalanas y vascas, revertir las políticas de austeridad europeas, frenar la privatización de las pensiones o hacer un escudo social contra el criterio de las grandes empresas”.

La lectura de la trayectoria de Iglesias en la política española es, en cambio, muy negativa para el Partido Popular. “Su paso por el Congreso y por el Ejecutivo han sido muy malos para el interés general, porque ha embarrado y radicalizado la política, por el ataque a la Constitución, a la jefatura del Estado, y a las instituciones en su conjunto y por el señalamiento con nombres y apellidos a periodistas que consideraba incómodos”, indican fuentes de la dirección del partido.

Elena Valenciano (PSOE) critica su “liderazgo muy personal”

Valenciano (PSOE), matiza y sostiene que la figura de Iglesias “ha tenido un gran componente de populismo izquierdista” que presenta “soluciones muy fáciles a problemas graves y enmienda al sistema democrático español” con un “guiño permanente a las fuerzas independentistas”. “Eso para mí siempre fue un gran riesgo porque es muy difícil mantener un proyecto nacional con todo eso, y la prueba es que muy pronto se empezó a deteriorar. Al final Podemos se convirtió en un proyecto muy personal de Pablo Iglesias, al que se encumbró desde medios más progresistas y acabó construyendo un liderazgo muy personal prescindiendo de elementos muy importantes como Carolina Bescansa o Íñigo Errejón”, destaca.

Este diario se puso en contacto tanto con el equipo de Errejón, hoy líder de Más País tras su ruptura con el Podemos de Iglesias, como con el de Teresa Rodríguez, otra de las líderes de la corriente Anticapitalista que también fue fundadora de Podemos, pero del que se salió el año pasado. El objetivo era intentar conocer su valoración acerca de la trayectoria política del que en el pasado reciente fue uno de sus compañeros de partido. Ambos declinaron.

Urbán, otro de los fundadores de Podemos, considera que gracias a Iglesias “se ha conseguido mucho cambiar elementos comunicativos y de la cultura política en este país que parecían imposibles”. Eso, en su opinión, no ha sido suficiente. “Esos cambios políticos y comunicativos no se han concretado en cambios materiales para la mayoría de la gente. Más allá de las disputas que hayamos podido tener, nuestra gran derrota no es la derrota de Pablo, es la derrota de todos. Es que no hemos conseguido cambios materiales sustanciales para las mayorías populares: no se ha derogado ninguna de las reformas laborales ni ley mordaza y no se han parado desahucios. Quizá la subida del salario mínimo ha sido lo único tangencial, y se consiguió no estando en el Gobierno”, lamenta.

“Consiguió ensanchar los límites de la izquierda”, destaca Oskar Matute (EH Bildu). “Su voluntad de impugnación del régimen era sincera, pero minusvaloró la capacidad del régimen para impedirlo. Lo que Iglesias aporta a las gentes de izquierda que se sentían huérfanas es una cierta ilusión en la forma de Podemos. No es tanto que él invente o innove hojas de ruta que otras izquierdas planteaban sino que consiguió trasladarlas a un lenguaje comprensible, que toca la fibra”, apunta.

Matute (EH Bildu): “La impugnación del régimen no pudo ser”

Pero, como explica el dirigente independentista, “tal impugnación del régimen no pudo llevarse a efecto”. “Iglesias fue capaz de levantar un movimiento que ilusionó, apelar al corazón de la gente y lo supo hacer muy bien, pero midió mal al adversario y pudo haber decisiones que se pudieron entender poco o mal como las peleas internas o las sustituciones en los cargos de Podemos”. A su juicio, en la acción política y en las instituciones Iglesias “intentó demostrar que la izquierda del PSOE no era una muleta de acompañamiento que le pudiera dar las sobras la principal fuerza de centro izquierda”.

Para Gabriel Rufián (ERC), el “principal error” de Iglesias no fue “la lucha cainita que forma parte de la izquierda”. En su opinión “es más la repetición de las elecciones” generales en 2019, después de que Unidas Podemos no lograra un acuerdo con el PSOE que, a cambio de su apoyo a la investidura de Sánchez, ofreció a Iglesias cuatro ministerios. “Intenté que no pasara porque sospechábamos que Vox subiría. Es algo de lo que no se ha escrito suficiente y no le culpo directamente, pero creo que no supo calibrar que esa repetición electoral no iba a traer nada bueno a nadie”, sentencia. 

Desde las filas del PSOE, Valenciano sostiene que el “gran error” de Iglesias ha sido “lo que ha hecho con su partido” y que, prueba de ello, es que “de los fundadores de Podemos queda él”. “El funcionamiento de ese partido ha sido absolutamente sectario. Cualquier discrepancia fue penalizada. Y eso ocurrió muy pronto. Había poca solidez en el proyecto. Nos presentaron un grupo de gente muy solvente, y muy pronto esa foto de dirigentes se deshizo como un azucarillo. Eso ha mandado un mensaje muy negativo a mucha gente”, remacha.

El balance político de Monedero es completamente antagónico: “Ha sido gracias a la firmeza del Podemos dirigido por Iglesias que se ha construido un nuevo bloque histórico donde se han encontrado la izquierda crítica, la izquierda socialdemócrata, las izquierdas vasca y catalana, otras izquierdas regionales y más gente que había perdido toda esperanza en la política. Todas y todos juntos han desafiado el bloque histórico que lleva mandando en España desde el siglo XIX, con su rey, su bipartidismo, su iglesia, sus militares, su centralismo y su capitalismo clientelar y cortesano”, destaca él. Aunque finalmente matiza: “El cielo del Gobierno de España se ha asaltado, ha habido importantes bajas en el camino, y queda abierta la pregunta de si el cielo era para tanto”.

“No va a dejar la política”

Todos los dirigentes consultados, los vinculados a Podemos y los de otros partidos, están convencidos de que la dimisión de Iglesias de todos sus cargos no va a implicar de ningún modo su salida de la política. “Yo no creo que España pierda a Pablo Iglesias. No va a dejar la política, va a hacerlo con otros medios y otras formas”, explica Miguel Urbán. “Dijimos que estábamos aquí para un tiempo limitado, que la política no es una profesión y la idea era ir haciendo recambios”, concluye.

“No creo que vaya a desaparecer de la política, va a seguir haciendo política, hay muchas maneras”, apunta, por su parte, Elena Valenciano. “Se va a sentir mucho más libre para hacer su política. La presión que él ha sufrido es completamente intolerable, y probablemente haya jugado un papel en su salida”, añade. El PP evita criticar esos ataques pero insiste: “Iglesias no se ha ido de la política, le han echado los madrileños. Y mucho nos tememos que intentará seguir influyendo y manejando”.

“Con su marcha está por ver si su partido, Podemos, aguanta como organización, ya que con la marcha de otros líderes, el partido tenía tintes muy personalistas. Hay que despejar por lo tanto si, efectivamente, lo deja completamente en manos de otras personas, o si se mantiene en una segunda línea”, añaden desde el PNV. “Como otras figuras emergentes de la llamada nueva política, desde un cierto adanismo, apuntaba muy alto, a asaltar el cielo, como decía él. Al final el mundo te va colocando ante la realidad, que es más complicada de lo que parece”, sentencia el grupo vasco.

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