El Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) cae por primera vez en 24 años por debajo de la barrera del 20 % en intención de voto, según un sondeo publicado hoy, después de los rumores sobre una posible retirada del presidente de la formación, el vicecanciller y ministro de Economía, Sigmar Gabriel.
Según la encuesta realizada por el instituto demoscópico Forsa por encargo del semanario “Stern” y la cadena RTL, los socialdemócratas pierden dos puntos respecto a la semana pasada y se sitúan en el 19 % de los votos.
En tanto, la Unión Cristianodemócrata (CDU) liderada por la canciller, Angela Merkel, junto a sus socios bávaros de la Unión Socialcristiana (CSU), se mantiene en el 34 %.
Los Verdes suben un punto, hasta el 14 %, y como cuarto grupo se sitúa el partido populista de derechas Alternativa para Alemania (AfD), con un 11 % en intención de voto.
Tras esa fuerza se encuentran La Izquierda, que sigue con un 9 %, y el Partido Liberal (FDP), que baja un punto, hasta el 7 %.
Merkel sigue siendo la persona preferida para el cargo de canciller, con el apoyo del 46 % de los encuestados (dos puntos menos que la semana pasada), mientras que sólo el 15 % quiere a Gabriel en ese puesto.
Sigmar Gabriel desmintió hace unos días que tuviera intención de dimitir, pero dejó abierta la puerta a unas primarias para elegir candidato para las próximas elecciones de 2017.
Sólo el 14 % de los encuestados sostiene que el SPD es el partido que mejor representa sus intereses personales, frente a un 32 % que afirma que lo hace mejor la CDU/CSU.
Aun así, la mayoría de ciudadanos con derecho a voto, un 63 %, cree todavía en un futuro político para el SPD, frente a un 29 %, que piensa que la formación podría llegar a perder toda importancia política.
El 63 % de los encuestados lamentaría su desaparición -más los mayores de 59 años (70 %) que los jóvenes (46 %)-, frente a un 35 % al que le da igual.
Según apuntó el máximo responsable de Forsa, Manfred Güllner, a “Stern”, los socialdemócratas han perdido apoyos a pesar de que la gran coalición ha aprobado medidas de su programa como el salario mínimo, la jubilación a los 63 años o la incorporación de limitaciones al trabajo temporal.
“Para la mayoría todo esto en principio es correcto, pero sólo es realmente importante para una minoría”, explicó.
A su juicio, Gabriel debería dar voz “a las muchas personas del centro político y social que quisieran volver a votar al SPD” y que, al fin y al cabo, constituyen más del 70 % de los alrededor de ocho millones de electores que ha perdido el partido desde 2005.