Los socios del Gobierno dan luz verde en el Congreso a la ley de bienestar animal pese a la enmienda del PSOE que excluye a los perros de caza

Alberto Ortiz

9 de febrero de 2023 11:03 h

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El Congreso ha aprobado este jueves la ley de bienestar animal que permitirá combatir el abandono, prohibir el maltrato y la utilización de animales en espectáculos públicos o anuncios que les causen dolor e incluye el denominado ‘sacrificio cero’ con el que se regulan las únicas excepciones en las que está permitida la ejecución de estos seres. La norma ha salido adelante gracias al apoyo in extremis de Esquerra Republicana y EH Bildu, que hasta ayer se mostraban reacios a apoyarla debido a la enmienda que incluyó el PSOE en la tramitación con el PP, Vox y PNV para excluir a los perros de caza de la protección del texto.

“Dejar fuera  a los perros de caza es dejar fuera la impunidad de los maltratadores de perros de caza”, ha lamentado la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, desde la Tribuna del Congreso, en la que ha reconocido que han ido tan lejos como han podido y menos de lo que les hubiera gustado. El diputado de Unidas Podemos y líder de Alianza Verde, Juantxo López de Uralde, ha celebrado la ley como un paso “muy importante en material de protección y derechos de animales”. “A pesar de las presiones, hemos trabajado mucho para tener una ley de bienestar animal”, ha dicho Uralde, que desde la tribuna ha denunciado al PSOE por haber cedido ante las presiones del “lobby de la caza”

El Gobierno ha salvado in extremis la ley, en una votación muy ajustada y de especial complejidad. La votación estaba divida en dos partes: la propia norma sobre bienestar y una segunda, orgánica, para modificar el Código Penal y crear algunas penas, endurecer otras e incluso rebajar algunas. La coalición tenía esta mañana los apoyos suficientes para sacar la primera, que necesitaba una mayoría simple, más síes que noes, pero muchas más dudas sobre la segunda, que al tratarse de una norma orgánica necesitaba la mayoría absoluta de la Cámara. Finalmente, el apoyo del PDeCat solo a esta segunda ley ha decantado la balanza a favor. La ley de bienestar ha quedado aprobada con 174 votos a favor, 167 en contra y siete abstenciones mientras que el cambio del Código Penal ha recibido 178 apoyos, 165 votos en contra y cinco abstenciones.

La tensión, que se ha alargado hasta el día de la votación, había marcado toda la semana en el Congreso, donde planeaba seriamente la posibilidad de que el Gobierno perdiese la segunda ley en toda la legislatura y la primera del acuerdo de coalición. Esta ley nació además en el Ministerio de Derechos Sociales, que dirige la secretaria general de Podemos, por lo que era de vital importancia para el socio minoritario de la coalición.

A pesar de ello, Unidas Podemos mantenía desde hace semanas la presión contra el PSOE para que se abriese a devolver a los perros de caza la protección que les garantizaba la ley tal y como salió del Consejo de Ministros. Los socialistas lograron incluir durante el debate en la comisión, gracias al apoyo de PP y de Vox, una enmienda en este sentido que había escamado además de al espacio confederal a socios importantes para el Gobierno como Esquerra Republicana, EH Bildu y Más País, toda vez que el Partido Nacionalista Vasco se ha mostrado siempre en contra de la ley al considerar que invade competencias autonómicas.

Ante el inmovilismo del PSOE, que se ha negado a abrir una negociación por este tema en las últimas semanas, Unidas Podemos presentó una enmienda transaccional este miércoles a última hora para devolver a los perros de caza a la protección de la ley, que firmaron los independentistas vascos y catalanes además de Junts y Más País. Se trataba de un movimiento doble del socio minoritario del Gobierno: por un lado conseguir que el texto quedase tal y como salió del Consejo de Ministros y por otro asegurarse los apoyos a la norma con el acercamiento de la mayor parte del denominado bloque de investidura.

“Gracias a los y las profesionales que ponen lo mejor de sí mismas para proteger a los animales. Todo lo bueno que tiene esta ley es gracias a vosotras. Quiero darle las gracias al ministerio. Somos firmes en la defensa del país que queremos. Sabemos que hay una minoría poderosa como el lobby de la caza que va a tratar de ralentizar el avance en derechos. Hace tiempo que irse a cazar elefantes al extranjero no es motivo de prestigio sino de vergüenza, que torturar a un animal ni es ocio ni es arte ni es cultura. Vamos a caminar para estar a la altura del país que queremos”, ha defendido la ministra en la tribuna.

ERC y EH Bildu han cambiado a última hora su posición con el argumento de que es mejor una ley poco ambiciosa que no tener una ley. “Seguimos sin entender ni compartir la exclusión que se hace de los perros de caza, porque la mayoría los tratan bien. Solo quien los maltrata debería preocuparse por ello. Nos gustaría que esta ley fuese para todos los animales por igual (...). A pesar de que no se recogen aspectos importantes creemos que esta ley es un avance”, ha defendido el portavoz de EH Bildu Iñaki Ruiz de Pinedo desde la tribuna. El diputado de Esquerra Joan Capdevilla ha lamentado por su parte que la ley haya quedado “escuchimizada” en la tramitación parlamentaria y ha planteado que hasta merecería que un voto en contra, pero, ha dicho, la prioridad de su grupo es “avanzar en derechos” . “Por nosotros no será que le demos la oportunidad y podamos poner todo nuestro empeño para que siga viva, sana y más fuerte”, ha considerado.

Sin embargo, la ley no ha contado con el apoyo de todos los socios habituales del Gobierno. Más País, que ya había avanzado que no apoyaría una ley que excluyese a los perros de caza, ha mantenido su posición desde la tribuna. Iñigo Errejón ha defendido que “todos los perros merecen la misma protección” y ha considerado que no puede haber un debate sobre si “mejor esta ley que nada”. “No es que se quede corta, es que puede ser el inicio de un retroceso”, ha advertido al considerar que la norma protege menos a los animales que algunas del ramo ya existentes en las comunidades autónomas. Esta ley no puede contar con nuestro apoyo ni creemos que pueda llamarse de bienestar animal“, ha sintetizado.

Fuentes socialistas afirman, tras la aprobación de la ley, que el texto es un “avance histórico” en la protección y los derechos de los animales y defienden que la norma “protege a todos los animales, sin exclusión de ningún tipo” .

Combatir el abandono y ‘sacrificio cero’

La exposición de motivos de la ley aprobada este jueves recuerda que en uno de cada tres hogares españoles se convive con al menos un animal de compañía. Con ese marco en mente, la norma busca, entre otros objetivos, combatir el abandono, delimitar las obligaciones que tienen los propietarios, controlar la cría o supervisar las colonias felinas.

Así, los propietarios estarán obligados a partir de ahora a tratar a sus mascotas “conforme a su condición de seres sintientes”. La norma recoge un listado de requerimientos que deben seguir los dueños de “animales de compañía y silvestres en cautividad”. Entre otras cosas, deben “contar con espacios adecuados en tamaño, naturalización y enriquecimiento ambiental para su tenencia” y no se podrá dejar a los animales “solos dentro de vehículos cerrados, expuestos a condiciones térmicas o de cualquier otra índole que puedan poner su vida en peligro”.  Además, se les deberá facilitar “los cuidados sanitarios necesarios para garantizar su salud”. 

La ley presenta algunas prohibiciones. No estará permitido utilizar a los animales “en espectáculos públicos o actividades artísticas turísticas o publicitarias, que les causen angustia, dolor o sufrimiento”, para “ejercer la mendicidad”, usarlos como “reclamo publicitario” o para usarlos como animales de pelea. 

El texto que ha salido este jueves del Congreso e irá a parar ahora al Senado establece el denominado ‘sacrificio cero’ por el que se establecen unas excepciones que regularán el asesinato de estos animales. “Su sacrificio, salvo por motivos de seguridad de las personas o animales o de existencia de riesgo para la salud pública debidamente justificado por la autoridad competente”, recoge el texto. “Se prohíbe expresamente el sacrificio en los centros de protección animal, ya sean públicos o privados, clínicas veterinarias y núcleos zoológicos en general por cuestiones económicas, de sobrepoblación, carencia de plazas, imposibilidad de hallar adoptante en un plazo determinado”, añade la ley.  “La eutanasia –expone– solamente estará justificada bajo criterio y control veterinario con el único fin de evitar el sufrimiento por causas no recuperables que comprometa seriamente la calidad de vida del animal y que como tal ha de ser acreditado y certificado por profesional veterinario colegiado”.

Más allá de estos puntos, el texto recoge un plazo máximo de cuatro años para que se elabore un listado de especies que podrán ser adquiridas como animales de compañía, introduce un control de la cría de animales y se recoge la revocación de la norma que regula la tenencia de estas mascotas de alto riesgo, entre los que se encuentran las razas de perro pitbull o rottweiler.

Las principales críticas de los socios de la izquierda han ido dirigidas a las enmiendas que se han incluido para dejar fuera a los perros de caza de la protección de la ley, pero también de otros animales. Tampoco quedan amparados por el texto que ha salido adelante en el Congreso las criaturas que son utilizadas “en actividades profesionales (dedicados a una actividad o cometido concreto realizado conjuntamente con su responsable en un entorno profesional o laboral, como los perros de rescate, animales de compañía utilizados en intervenciones asistidas o los animales de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad o de las Fuerzas Armadas)”.

El otro punto es el de los espectáculos taurinos. El proyecto de ley determina que los animales que se utilizan para estos espectáculos no estarán amparados por la norma. Esta fue una de las cesiones realizadas por Unidas Podemos. El director general de los Derechos de los Animales reconoció que le hubiese gustado que esto no fuese así, pero reconoció que “no había” consenso en el Gobierno “para poder avanzar en la cuestión de la tauromaquia”.