Queda menos de una semana para la primera votación de la legislatura. El Partido Socialista confía en lograr una mayoría parlamentaria para presidir el Congreso y a partir de ahí comenzar a atar la votación de investidura de Pedro Sánchez. Pero hasta ahora, la mayoría de reuniones han sido tentativas y los socios parlamentarios con los que los socialistas deben armar un nuevo bloque de investidura empiezan a apremiar para acelerar los contactos.
“Las conversaciones marchan como tienen que marchar”, afirmaba este jueves un miembro del PSOE al tanto de las negociaciones con el resto de socios parlamentarios. Ferraz ha comenzado a hacer movimientos tras las últimas declaraciones de partidos que son clave para las votaciones de las próximas semanas y este mismo jueves ha convocado a reuniones presenciales tanto a Esquerra Republicana como al Bloque Nacionalista Galego (BNG), según han confirmado fuentes de esas formaciones.
El PSOE tiene por delante un final de verano ajetreado que comenzará la próxima semana con la votación de la Presidencia y la composición de la Mesa del Congreso. En el partido que lidera Pedro Sánchez dicen estar tranquilos y confían en que conseguirán una mayoría progresista para ese órgano, pero para ello deben contar con el apoyo de todas las fuerzas parlamentarias que no están encuadradas en el bloque de la derecha. Y eso pasa esencialmente por mover a Junts del ‘no’ de la pasada legislatura a un apoyo explícito.
Este martes, el ministro de Presidencia en funciones, Félix Bolaños, apelaba a la discreción de las conversaciones. “La intención desde luego es que Pedro Sánchez sea presidente del Gobierno y estamos trabajando para ello”, afirmó en declaraciones a los medios en el Congreso, momentos antes de acudir a recoger su credencial de diputado para la siguiente legislatura.
El trámite de Bolaños coincidió en el tiempo con el de los representantes republicanos y los posconvergentes, que también acudieron en la mañana del jueves a la Cámara Baja a cumplimentar los formularios, hacerse la foto de rigor y recoger la cartera de diputados. Los parlamentarios del partido de Carles Puigdemont evitaron hablar con la prensa o hacer declaraciones, mientras que los republicanos sí dieron alguna pista más sobre por dónde van las cosas en las conversaciones con el equipo socialista.
Lo hizo hasta en dos ocasiones la que será la ‘número dos’ del partido en el Congreso, Teresa Jordà, que reveló que desde el 23J ha habido “alguna reunión” pero que las cuestiones centrales de las negociaciones para la Mesa están todavía por abordar. Jordà especificó que esas conversaciones se circunscriben exclusivamente al ámbito de la votación de la semana que viene y que en ningún caso se ha empezado a hablar con los socialistas de su posible apoyo a la investidura de Sánchez.
Jordà descartó en cualquier caso que su ambición con estas negociaciones sea obtener un puesto en la Mesa del Congreso o hablar de “nombres” para la futura Presidencia. El objetivo de los republicanos en sus intercambios con Ferraz pasa por hablar de “políticas”. Y esto en el caso de ERC se traduce en la cuestión catalana: “Lo más importante para avanzar en Catalunya es poder negociar y hablar. Esto es mucho más probable con una Mesa supuestamente progresista”. Aunque no solo. Fuentes republicanas explicaron que dentro de esa negociación se plantean pedir a los socialistas la presidencia de alguna comisión del Congreso a cambio de sus votos.
Donde sí parece que hay más avanzado, a juzgar por las declaraciones de Jordà, es en la posibilidad de que tanto ERC como Junts puedan tener grupo parlamentario propio a pesar de no cumplir con todos los requisitos para ello. Algo que podrían conseguir con el favor de una Mesa progresista, que han avanzado que están dispuestos a apoyar a pesar de que sus votos no serán “gratis”. “Es obvio que preferimos un gobierno progresista en la Mesa. No vamos a entrar a hablar con el PP pero sería un error pensar que los votos de ERC son gratis”, insistió Jordà.
Los resultados del 23J arrojaron un difícil puzle parlamentario para que el PSOE y Sumar puedan articular un nuevo bloque de investidura. Un bloque para el que cuentan de salida con los 152 votos propios y a los que tienen que añadir los de ERC y Junts (7 cada uno), EH Bildu (6), el PNV (5) y el diputado del BNG. Los votos vascos parecen más encaminados y este jueves el portavoz de los nacionalistas gallegos, Néstor Rego, avisó de que no darán un “cheque en blanco”.
Rego contó que en la tarde de este jueves se reuniría por primera vez de forma presencial con el equipo negociador del PSOE, después de algún contacto telefónico, para centrarse en la negociación de la Mesa ya que los socialistas, dijo, “pretenden hacer el proceso por pasos”. El diputado gallego, tal y como han defendido en estos días el resto de socios, cree que esa Mesa debería reflejar la “pluralidad” que se desprende del nuevo Congreso salido de las urnas en julio.
Sumar pide “ambición” en el acuerdo de investidura
El PSOE también ha mantenido conversaciones con Sumar, aunque desde la coalición que lidera Yolanda Díaz piden discreción sobre su contenido. Sí creen, al igual que el resto de socios, que la Mesa debe tener una composición plural en la que el socio de Gobierno tenga presencia. Fuentes de los comuns, uno de los principales partidos que se han integrado en la plataforma, afirman que la presidencia y la mesa del Congreso forman parte de las conversaciones que ya están manteniendo con todas las fuerzas para allanar la investidura.
Y en este sentido, dicen, el acuerdo para la votación del 17 de agosto, debe tener en cuenta a las fuerzas nacionalistas. Sin entrar a valorar si debe corresponder a estas fuerzas una vicepresidencia o una secretaría creen que el pacto debe reflejar el dibujo de la nueva mayoría progresista que han arrojado las urnas.
Pero la coalición no solo está pensando en la votación de la semana que viene y pide a los socialistas más ambición en unas negociaciones que afirman que ya están en marcha de cara a un pacto de investidura. Es lo que reclamó este miércoles el portavoz de la coalición, Ernest Urtasun, cuando sostuvo, en una entrevista en la Cadena SER, que a su posible socio de Gobierno le estaba faltando concreción en las conversaciones para un programa. “El problema no es de una o de otra medida, sino de metodología y de que el PSOE entienda que necesitamos un acuerdo ambicioso, concreto y detallado”, dijo.
Urtasun sí afirmó en esa misma entrevista que las conversaciones de cara a la investidura con ERC y Junts “avanzan de manera positiva”, aunque no dio muchos más detalles. Poco después, el secretario general de Junts, Jordi Turrull, respondió con un tuit, de forma irónica: “Primera noticia”. El portavoz de Sumar no quiso entrar a valorar si en su formación o en el PSOE valoran alguna fórmula para trabajar en una amnistía que sirva a los dirigentes de Junts que están en el extranjero, entre ellos, su líder, Carles Puigdemont.
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