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El soterramiento fallido de las vías en Valladolid: 2 millones de euros en propaganda para un proyecto que costaba 1,6

El exalcalde de Valladolid León de la Riva

Laura Cornejo

La Valladolid que planeaba León de la Riva desde el año 2002 era una ciudad sin vías que la dividiesen, con un bulevar, con fuentes, con edificios emblemáticos, y con un intercambio constante de viajeros desde Madrid. Esa era su idea del soterramiento, una operación de cientos de millones que iba a financiar vendiendo los terrenos liberados de los talleres de Renfe para construcciones residenciales. La idea tenía que calar en los ciudadanos: Valladolid sería una ciudad del futuro, las viviendas del entorno de las vías se iban a revalorizar y, en definitiva, todo iba a ser mejor. El horizonte del soterramiento estaba en 2012, pero antes llegó la crisis de la burbuja inmobiliaria. En 2008, cuando los sueños se deshacían y las construcciones se desplomaban, la sociedad creada para gestionar el soterramiento no dio ni un paso atrás. Al contrario, siguió adelante con el ambicioso plan de comunicación que encargó en 2007, año de elecciones locales, para “crear predisposición favorable en la población”.

Esto es parte de lo que se ha podido descubrir ahora en la comisión de investigación del Ayuntamiento de Valladolid que analiza la gestión, dudosa porque no se ha soterrado ni un metro de vía en sus 15 años de existencia, de la sociedad Valladolid Alta Velocidad 2003. Formada por el Ministerio de Fomento, la Junta de Castilla y León, el Ayuntamiento de Valladolid, Renfe y Adif, tenía como objetivo promover la transformación urbanística de la ciudad para el soterramiento, impulsar, gestionar y financiar las obras necesarias y realizar operaciones urbanísticas en los terrenos liberados por las vías.

El 10 de mayo de 2007, a 17 días de las elecciones locales, que finalmente ganó León de la Riva y con el nubarrón de la crisis encima, la sociedad refleja en el acta del consejo que encargó un Plan de Comunicación a una empresa denominada Sugar Factory SL. La única empresa con esa denominación que ha podido encontrar este diario tiene domicilio social en Vitoria y su objeto social es la programación. En cualquier caso, Alta Velocidad dice haber pagado 89.578 euros para que elaborase un plan de comunicación. Este plan tenía dos fases, la primera se aprobó en esa reunión, por un coste total de 1.846.538 euros. El proyecto urbanístico que se encargó al prestigioso arquitecto Richard Rogers años antes había costado 1,6. Por alguna razón, la sociedad consideró que merecía la pena invertir más en la publicidad que en el proyecto. 

Un vídeo de 35.000 euros

Las acciones previstas pasaban por la instalación de una “carpa envolvente en una zona emblemática de la ciudad”, soportes audiovisuales, una revista, folletos. Los precios que marcaban eran de 350.000 euros por un “vídeo publicitario”, más de 230.000  por una revista, y algo más de un millón de euros por la carpa. El total, 1,8. Con una aprobación por unanimidad se facultó al consejero delegado de la sociedad para realizar “cuantos negocios jurídicos” fuesen “necesarios para la ejecución del Plan de Comunicación de la sociedad, así como para que lleve a cabo la disposición de fondos necesarios para efectuar los pagos que se deriven”.

La realidad es que la carpa del millón de euros se anunció en el año 2006 con la previsión de instalarla en la Acera de Recoletos desde diciembre de ese año hasta abril de 2007. Los mil metros cuadrados estaban divididos por temas. En concreto todos los logros de la Alcaldía en esa legislatura y un posible apartado específico para el proyecto del soterramiento, tal y como recogió 20 Minutos.

La exposición específica no llegó hasta junio de 2008 y, según manifestó León de la Riva tras su inauguración, su contenido era “muy, muy normalito” salvo una maqueta que le pareció “excepcional” y que fue la diseñada por Rogers. “Lo otro me parece bastante vulgar”, señaló.

El plan de comunicación incluía un anuncio con la exatleta Mayte Martínez, hoy concejala del PP. Lo que se hizo finalmente fue un corto con tema musical de ‘Celtas Cortos’ y el título ‘Viaje asombroso’. Tampoco fue del agrado de León de la Riva: “No hay que romperse mucho la cabeza para hacer un vídeo así”, lamentó tras su visionado. En teoría, es lo que costó 350.000 euros.

Este diario sí ha podido constatar la existencia de otro vídeo que está colgado en youtube por un particular que dice que el Ayuntamiento repartió en DVD en 2007. En él no aparece ningún logo del PP, ni tampoco de la Sociedad Alta Velocidad, tan sólo el emblema del Ayuntamiento de Valladolid. Dura unos 15 minutos, interviene el propio alcalde como voz en off y contiene multitud de infografías.

Con decepción o sin ella, el 31 de marzo de 2009 el consejo vuelve a reunirse y en el orden del día, punto 9, está la aprobación de la segunda fase del Plan de Comunicación y se comenta que en la primera fase se colocó la carpa, se realizó una presentación virtual y se editó una revista, es decir, se da por cumplida. En 2009, la segunda fase se concretaba en la “comunicación de un nuevo complejo ferroviario con la presentación de un spot con la marca VAV y visita a las obras. También se preveía una campaña de comunicación en barrios, un autobús con información del proyecto, la elaboración de una maqueta virtual, vídeo y folleto explicativo y realización de una campaña de buzoneo con actividades. En este caso, y a pesar de la larga lista, el presupuesto fue de 515.620 euros y también se aprobó por unanimidad.

“No es de extrañar que tras esa costosísima campaña se extendiese la idea de que habría un antes y un después en la ciudad’ tras el soterramiento”, explica a eldiario.es el teniente alcalde y concejal de Urbanismo (Valladolid Toma La Palabra), Manuel Saravia. “El PP lo sigue diciendo. Es decir, que no se presentó como un proyecto fundamentalmente de movilidad, sino con efectos mucho más profundos, distorsionando la percepción de la actuación urbanística de forma acrítica”.

Es el nuevo Ayuntamiento constituido en 2015 por PSOE y Valladolid Toma La Palabra, quien tuvo que anunciar el pasado año que el soterramiento era inviable y que había que optar por otras soluciones, a pesar de la fuerte oposición de los vecinos de la zona este. El propio ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, reconocía en una entrevista hace un par de semanas, que el soterramiento en Valladolid no era posible, a pesar de que el PP municipal lo siga defendiendo.

 “Actualmente, tras la decisión de mejorar la permeabilidad de las vías mediante una solución mucho más económica, realista y que permite hacer frente a la deuda de 400 millones de euros que tenía la Sociedad, no se ha destinado ni un solo euro a propaganda del proyecto. Al contrario, se ha ido por todos los centros cívicos explicando la propuesta y atendiendo a las cuestiones que los vecinos y vecinas han planteado. Porque nos parece que es lo justo y lo democrático: el debate cara a cara y no la propaganda”, añade Saravia. 

El Ayuntamiento trabaja en otro plan urbanístico, eso sí, lo hacen los técnicos municipales “sin que se haya contratado a ningún estudio externo, y menos aún a arquitectos estrella internacionales”. Saravia recordó además que uno de los gerentes de la sociedad reconoció que se trajo a Richard Rogers a Valladolid “para vender el proyecto”. “Así se hacían las cosas”, lamentó Saravia.

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