Después del 23J, la entrada en el Gobierno y la ruptura con Podemos, Sumar afronta su primer reto electoral en apenas dos semanas. Las elecciones gallegas serán un test inicial para la formación de Yolanda Díaz, que juega en casa y ha colocado como candidata a la exportavoz parlamentaria Marta Lois. La coalición, en la que concurre Esquerda Unida, pelea por entrar en A Coruña y en Pontevedra. Si lo consigue, podrá defender que ha logrado revertir la tendencia negativa que dejaron los comicios de 2020 en los que la candidatura Podemos-EU-Anova no sacó ningún escaño. Pero si se queda fuera del parlamento gallego encajará un primer tropiezo para el proyecto político estatal.
Las perspectivas de partida no son las mejores para la coalición en Galicia, formada por Movimiento Sumar (el partido instrumental de Yolanda Díaz) y Esquerda Unida. La mayoría de las encuestas les sitúan por debajo del 5% necesario para conseguir al menos un escaño en alguna de las cuatro provincias en liza. El Centro de Investigaciones Sociológicas les colocó en su último sondeo con un 3,5% general, aunque en una horquilla de 0-2 escaños porque en A Coruña o Pontevedra podrían estar más cerca de llegar al umbral mínimo. Parte de ese puñado de votos que necesitan para superar la barrera del primer escaño se podría ir a Podemos, a quien las encuestas aventuran un mal resultado después de que los inscritos del partido decidieran ir en solitario y no firmar el pacto de coalición al que había llegado la dirección.
La situación está muy lejos de parecerse a la de las elecciones de 2012 y 2016, cuando la izquierda no nacionalista aliada con Anova, la escisión del BNG liderada por Xosé Manuel Beiras, se llegó a situar primero con 11 y luego con 14 escaños, convirtiéndose en la referencia de la oposición. Aquel espacio –primero AGE y luego En Marea–, para cuya construcción fue fundamental Yolanda Díaz, fue sumiéndose en batallas internas que lo desgajaron y provocaron que, cuatro años después, la coalición de Podemos-EU-Anova se quedase con poco más de un 3% de los votos y desapareciese del parlamento.
A partir de ahí comenzó la negociación en busca de la unidad hace apenas unos meses. Sumar, recién llegada a ese territorio, aspiraba a una candidatura que aunase de nuevo los rescoldosos de ese espacio y sentó en una mesa a la Anova de Martiño Noriega, Podemos y Esquerda Unida. Los primeros rechazaron ir en coalición y terminaron pidiendo el voto para el BNG y los segundos alcanzaron un preacuerdo que no pasó el filtro de los inscritos del partido. Pocos días antes de la votación, el fundador de Podemos Pablo Iglesias había publicado un editorial en sus medios en el que consideraba que lo mejor que podía hacer su partido era retirar la candidatura y pedir el voto para los de Ana Pontón.
Una vez aclarado el escenario, Sumar tuvo que pensar en su cabeza de lista. Después de recibir el 'no' de Noriega, Yolanda Díaz insistió a Marta Lois para que asumiese el reto, pese a que esa decisión suponía que la gallega debía abandonar la portavocía del grupo en el Congreso de los Diputados y obligaba a la coalición a pensar en un sustituto. Lois aceptó finalmente y ha tratado desde entonces de aprovechar los focos nacionales para dar a conocer su figura en Galicia e intentar dar un enfoque nacional a los problemas del territorio, como ocurrió con la crisis de los pellets hace unas semanas.
Sumar ha apelado desde entonces a una premisa sencilla para tratar de captar voto útil. Si entra Lois, sale Alfonso Rueda, presidente de la Xunta y candidato del PP. El análisis que hacen en la coalición es que su entrada en Pontevedra y A Coruña arrebata matemáticamente un escaño al Partido Popular y pone en peligro su mayoría absoluta.
Con todo, desde Sumar apelan al recuerdo de lo que ocurrió el 23J, cuando las encuestas daban una victoria clara de la derecha que finalmente no terminó ocurriendo, entre otras cosas por el aguante de Sumar, que no cayó como también anticipaban algunos sondeos. Precisamente el lema de campaña ‘Farémolo, fixémolo’ (Lo hicimos, lo haremos), trata de evocar el momento de la campaña del verano que permitió que se pudiese revalidar el gobierno progresista.
La coalición quiere centrar la campaña en un nicho muy concreto de votantes. La participación en las autonómicas suele bajar con respecto a las generales y en ese porcentaje de gente que se queda en casa y no sale a votar, Sumar ve un filón para movilizar y tratar de rentabilizar voto. No se trata de tratar de robar apoyos a otras formaciones de la izquierda, simplemente interpelar a personas que votaron a la coalición en las generales, donde sacaron dos escaños, y que en este tipo de comicios prefieren quedarse en la abstención.
Los ministros entran en campaña
Para tratar de movilizar a esos votantes, Sumar se volcará en la campaña con actos de todos los ministros de la coalición. Este mismo sábado, Yolanda Díaz viaja a Ferrol para dar un discurso allí junto al nuevo portavoz parlamentario, Íñigo Errejón. Esa ciudad está a escasos kilómetros de distancia de su Fene natal y fue allí donde inició su carrera política. Como cabeza de lista de Esquerda Unida quedó en tercera posición y se convirtió en primera teniente de alcalde en un gobierno de coalición con el PSOE.
Además, Díaz participará en hasta cuatro actos de una campaña que estará centrada en Pontevedra y en A Coruña, toda vez que en las provincias del interior las posibilidades de sacar escaño son remotas. También participarán el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, que irá un par de veces; la de Infancia y Juventud, Sira Rego; y el de Derechos Sociales, Pablo Bustinduy. Mónica García estuvo este viernes en un acto con Marta Lois.
La importancia de estas elecciones es capital para Sumar, que afronta su primera prueba desde el 23J. Las elecciones tienen además cierto valor simbólico porque se celebran en la tierra de Yolanda Díaz. Las gallegas son las primeras de las tres que se darán durante esta legislatura y en la coalición esperan ir a más: que la entrada de Lois en el Parlamento sea un primer paso para consolidarse después en las vascas y lograr un buen resultado en las europeas.
Todo en un momento en el que la coalición trabaja para construir una estructura más amplia, en la que estén incorporados el resto de partidos con mecanismos democráticos pero en la que la propia herramienta de la vicepresidenta segunda tenga protagonismo. La primera asamblea de Sumar se celebrará el 23 de marzo y seguramente los resultados electorales influyan en la manera en la que todos los partidos que orbitan alrededor de la coalición afronten el proceso de unidad de los próximos meses.
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