Yolanda Díaz sigue el camino pautado. Una vez lograda la investidura y el acuerdo con el Partido Socialista para colocar a Sumar dentro del Gobierno de coalición, el equipo de la vicepresidenta segunda ha comenzado a preparar el camino para consolidar su plataforma política y, en paralelo, la alianza con el resto de partidos a los que aspira ensamblar en una coalición estable, un frente amplio dotado de mecanismos democráticos y de participación. Una herramienta de mayor profundidad orgánica que la que tuvo Unidas Podemos, pero sin contar ya con el partido de Ione Belarra, totalmente enfrentado a la ministra de Trabajo.
Díaz ha encargado a Josep Vendrell, su jefe de gabinete durante su etapa como vicepresidenta segunda en la pasada legislatura, la dirección política de Movimiento Sumar, el partido instrumental registrado para articular la coalición de partidos de izquierda que concurrió a las elecciones del 23J. Desde su nueva posición, el histórico dirigente de Iniciativa per Catalunya Verds tratará de articular un proceso en tres fases con el objetivo final de conseguir un frente amplio de organizaciones políticas.
Un nuevo sujeto político en el que Sumar espera contar como principal apoyo con Izquierda Unida, Catalunya en Comú y Más Madrid, los partidos a los que ha incorporado al Gobierno. Yolanda Díaz se servirá del escaparate ministerial para retomar la iniciativa política y dotar de una cohesión interna y una coordinación de movimientos esencial para el proyecto a medio plazo que aspira a construir.
Desde que la vicepresidenta y ministra de Trabajo asumiera el liderazgo de Unidas Podemos de manos de Pablo Iglesias, y sobre todo desde que comenzara un proceso para crear una plataforma política propia, los partidos del espacio político a la izquierda del PSOE se han preguntado qué tipo de proyecto se estaba articulando. Si Sumar pretendía ser un nuevo partido político al uso, si se trataba únicamente de una coalición electoral o si era una mezcla de ambas cosas. Muchas de esas dudas persisten todavía hoy.
Hasta ahora, lo que existe es una coalición electoral que ha devenido en grupo parlamentario. En ella están integrados una quincena de partidos de izquierda tanto estatales como de ámbito territorial, aunque solo algunos tienen representación en el Congreso: Izquierda Unida, los comuns, Más Madrid, Compromís, Chunta Aragonesista y Més. También Podemos, aunque su relación con el resto de actores de ese espacio político y en concreto con el proyecto de Yolanda Díaz está prácticamente rota. Este viernes, elDiario.es avanzó el fichaje de la exportavoz de ese partido Noelia Vera como nueva directora de comunicación de Díaz. Por otro lado, Movimiento Sumar cuenta con la mayoría de diputados de ese grupo, el control de la dirección y dos de los cinco ministerios de la coalición.
Ahora Sumar quiere dar una forma orgánica a esa coalición lograda en tiempo récord para el 23J, aunque para ello no cuente con Podemos, que ya ha movido todas las palancas para iniciar un camino por separado y seguramente competir electoralmente en el futuro. Y para continuar el proceso de construcción orgánica ha diseñado un plan de tres fases que comenzará en cuestión de semanas: en primer término, la creación de un grupo promotor que organizará el proceso de una asamblea constituyente, el segundo paso. El tercer y último derivará, si se cumple esa hoja de ruta, en la construcción de un frente amplio con el resto de formaciones.
Sumar anunció esta semana que planea celebrar una asamblea constituyente en la primavera de 2024. La portavoz de la coalición en el Congreso, Marta Lois, precisó en una entrevista en RNE que ese encuentro podría tener lugar entre finales de febrero y principios de marzo. Y este sábado, anunció la creación de la ejecutiva provisional hasta la asamblea, en la que además de Vendrell se han incorporado miembros del movimiento ciudadano de Sumar y también de otros partidos.
Sumar ha incorporado a la ejecutiva a dirigentes de las diferentes fuerzas políticas con las que espera contar en su desarrollo orgánico posterior y también a personas que han trabajado junto a Yolanda Díaz desde el inicio del despliegue político de su plataforma.
Además de la propia Díaz y de Josep Vendrell, coordinador ejecutivo de Sumar, estarán los ministros de la coalición Ernest Urtasun, de los comuns, Mónica García, de Más Madrid, y Sira Rego, de Izquierda Unida. También incorpora a miembros de esos partidos como Gerardo Pisarello, Enrique Santiago, Javier Padilla o los dirigentes de Equo Silvia Mellado y Florent Marcellesi. Por parte de la cuota de propia de Sumar estarán Candela López, Lander Martínez, Carlos Corrochano, Esther Gil de Reboleño, Elizabeth Duval, Paula Moreno, Agustín Santos y María Eugenia Rodríguez Palop.
Dentro de esa ejecutiva, el diputado de Sumar Íñigo Errejón será el encargado de coordinar la ponencia política junto a Marta Lois, mientras que Lander Martínez y Paula Moreno serán los coordinadores de la ponencia organizativa.
Sumar tiene previsto anunciar dentro de poco los nombres del grupo promotor para la preparación de esa asamblea, una suerte de dirección ampliada. Un cartel de nombres mucho más numeroso que el de la ejecutiva pero que seguirá la misma lógica de combinar dirigentes de fuerzas políticas y personas de la sociedad civil que se fueron acercando al proyecto de Díaz en los últimos años.
Yolanda Díaz ha apelado desde el lanzamiento de Sumar a la necesidad de incorporar a la ciudadanía en los proyectos políticos y ha rehusado utilizar el concepto partido para definir a su propio proyecto. “Esto no va de partidos”, dijo en el primer discurso de presentación de su herramienta política. Sin embargo, desde el punto de vista jurídico, Movimiento Sumar figura en el registro del Ministerio del Interior como un partido más. La asamblea constituyente está definida ya en los estatutos y su funcionamiento es similar al de la Asamblea Federal de Izquierda Unida o la Ciudadana de Podemos.
Algunos partidos que están en la órbita de Sumar han arrojado dudas sobre qué es exactamente el proyecto que están desarrollando y cómo se va a relacionar con el resto de fuerzas. En las conversaciones que se suceden desde hace semanas entre el equipo orgánico de la plataforma y los partidos, Izquierda Unida, por ejemplo, ha planteado a Yolanda Díaz que resuelva estas dudas.
Sumar debe aclarar, ha manifestado la dirección del partido en su último informe político, “si se pretende construir un espacio amplio con participación de personas y de organizaciones políticas que permita construir procesos de participación popular o si, por el contrario, se pretende reproducir esquemas de partidos clásicos con mecanismos que no favorecen la participación de personas y de las organizaciones”. A Izquierda Unida le convencería la primera opción, pero no la segunda.
Durante la última semana algunas organizaciones del espacio mostraron su incomodidad después de que Sumar anunciara que comenzaría su despliegue orgánico a partir de 70.000 inscritos en sus bases. Aunque aseguraron que esas personas eran propias, fuentes de la plataforma especificaron más tarde que no tenían forma de cotejar si esos inscritos, que se han apuntado en los últimos meses y sobre todo a partir de la campaña, son también militantes de otras fuerzas políticas. Algunos cargos de Podemos, de hecho, iniciaron una campaña en redes para pedir a sus militantes que se dieran de baja como inscritos de Sumar.
Si la plataforma de Díaz quiere contar con esa base de inscritos para organizar su asamblea, debe depurar antes el censo para asegurarse de que todas esas personas no son militantes ya de otros partidos que, como IU o Podemos, impiden en sus estatutos la doble militancia.
La construcción del frente amplio
Una vez celebrada la asamblea constituyente de Movimiento Sumar, debería comenzar la tercera fase del proceso diseñado por el equipo de Díaz: la construcción de un frente amplio en el que la vicepresidenta segunda aspira a incorporar a la mayor parte de partidos que firmaron la coalición electoral y en la que su propio proyecto político, articulado a partir de la asamblea, permitiría la integración de esa “pata ciudadana” en esa coalición más amplia.
En Sumar no quieren detallar todavía cómo piensan articular ese frente amplio en el que se integran por un lado las organizaciones políticas y por otro lado la sociedad civil, aunque ponen ejemplos como el de Catalunya en Comú, Compromís o incluso EH Bildu, coaliciones integradas por diferentes partidos pero que tienen una estructura orgánica más desarrollada, con mecanismos de decisión e incluso militancia propia. Aunque el ejemplo que siempre sale en las conversaciones sobre el futuro de la plataforma es el del Frente Amplio uruguayo.
Es precisamente ese sintagma el que propuso el ya ex coordinador federal de Izquierda Unida, Alberto Garzón, como forma idónea de organización de la coalición actual de partidos. Un frente, dijo en el informe político de la coordinadora federal de septiembre, en el que “todos los partidos y coaliciones se sientan cómodos, representados y por tanto partícipes” y en el que “el partido Sumar, que está en formación desarrollando sus propias estructuras, sería un partido más”. A la federación le ha generado incomodidad desde el inicio de este proceso “la dualidad de Sumar coalición y la existencia del partido Movimiento Sumar, por darse el mismo nombre al partido y a la coalición, en un momento en el que todo está por concretar”.
Tanto en Izquierda Unida como en otras organizaciones del espacio, como los comuns, Compromís o Más Madrid, han recalcado bien en declaraciones públicas, bien en sus propios documentos que no se van a diluir en otra organización y que su autonomía política y orgánica debe estar garantizada, más allá de que en el futuro un frente amplio se dote de mecanismos propios de toma de decisiones y de participación.
Dado que Sumar asegura que tiene el objetivo de cuidar las sensibilidades de todas esas formaciones políticas y de consensuar cada movimiento para que las organizaciones se sientan partícipes de todo el proceso, el proceso de los próximos meses se promete muy complejo para los articuladores de esta nueva etapa en la izquierda española.
En el documento para anunciar la ejecutiva provisional, Sumar defendió la creación de una fuerza “organizada, inserta en el territorio social y al mismo tiempo motor de lazos comunitarios y generación de una subjetividad política alternativa”. “Se respetará la autonomía de las fuerzas territoriales que forman Sumar y se establecerá la manera de generar lazos entre ellas”, recalcaba.
Yolanda Díaz cuenta en cualquier caso con la plataforma del Gobierno para seguir ganando visibilidad y una iniciativa política que debería ayudarla a reforzar el proyecto político que está comenzando a construir. Por otro lado, la incorporación de IU, comuns y Más Madrid a los ministerios le ayudará a dotar de cohesión y facilitar la unidad de movimientos al conjunto del espacio. Todo ello sin esperar a Podemos, que ya ha iniciado un camino de desconexión para revertir el espíritu de lo firmado en la coalición de la izquierda para el 23J.