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El fútbol se suspende por “puto nazi” pero no por insultos racistas, “Shakira es de todos” o “Míchel, maricón”

Raquel Ejerique

El pasado domingo, el árbitro de la Federación Española de Fútbol José Antonio López tomó una decisión histórica: suspender un partido de fútbol por insultos desde la grada. “En el fútbol hay insultos todas las semanas, lamentablemente”, admiten fuentes de la propia Federación. Tantos, que hay comisiones antiviolencia, reglamentos o protocolos, además de una ley contra la violencia en el deporte desde 2007. Sin embargo, es la primera vez que se aplica con contundencia. En este caso, porque los ultras del Rayo Vallecano llamaron, entre otras cosas, “puto nazi” al jugador del Albacete Roman Zozulya.

Esto es lo que reflejó el acta del árbitro: “En el minuto 38:53 observé la presencia de una pancarta de grandes dimensiones con el lema 'Evitar que un nazi vista la franja' donde se encuentran los aficionados del club local”. Eran los Bukaneros, los ultras del Rayo, el equipo por el que el jugador iba a fichar en 2016, un traspaso que se frustró por las protestas de la afición, que relacionaba a Zozulya con grupos paramilitares ucranianos en el conflicto con Rusia por la independencia de Donetsk y Lugansk. Él siempre ha negado ser neonazi y se define como un patriota contra las fuerzas rusas, aunque algunas fotos han sembrado dudas: por ejemplo, el retrato con un marcador de fondo que mostraba el resultado 14-88, un símbolo nazi. En el partido, siguieron los cánticos con “Roman Zozulya, un puto nazi”, dice el informe arbitral. Tras dos advertencias a la afición por megafonía y tras consultar con la representante policial en el campo y los dos equipos, el árbitro decidió suspender el encuentro.

La histórica decisión contrasta con la actuación en otros partidos donde se han proferido insultos hirientes, racistas, machistas, homófobos e incluso de justificación de la violencia de género. El último más escandaloso y conocido, el pasado 6 de diciembre, cuando un aficionado del Jandía le dijo a una jueza de línea de un partido de la Primera Regional en Fuerteventura “¡Ay, esos tobillos! Como te pille fuera, te violo, te voy a partir la cara”, como quedó plasmado en el acta del partido. No hubo ni suspensión ni expulsión.

“Míchel, maricón”

De hecho, en el último informe anual publicado de Interior y el Consejo Superior de Deportes (CSD), se recogen numerosos insultos proferidos por las aficiones, en algunos casos violencia por cuestión de raza, ideología, orientación sexual o motivaciones políticas. Por ejemplo, detalla cuando en el Atlético de Madrid-Málaga en 2017 se coreó “Míchel, Míchel, Míchel, maricón”. También La Liga denunció e informó en un escrito sobre el insulto homófobo: “Unos 4.000 aficionados locales pertenecientes a la grada de animación local, situados en el fondo sur, sectores 127 a 133, entonaron de forma coral y coordinada durante aproximadamente 10 segundos, Míchel, Míchel, Míchel, maricón”. El resultado, infracción “leve” para el que se consideró instigador, una multa para él de 2.500 euros y la prohibición de entrar al estadio por seis meses. El partido no se suspendió, siquiera temporalmente. El cántico tiene años de historia y era habitual en muchos de los campos de fútbol donde se presentaba el centrocampista del Real Madrid, ya en su etapa de jugador.

Además de los insultos homófobos, los insultos racistas han sido una constante en los campos de fútbol españoles. Tanto, que el CSD elaboró un protocolo en 2005, en el que la Federación se ha basado para la suspensión del Rayo-Albacete, que impone una serie de medidas que llegan a la expulsión de las aficiones. Nada de eso sucedió cuando en el Villarreal Barcelona de 2017, según el acta arbitral, “en el minuto 75 y cuando se disponía a ejecutar un saque de esquina el dorsal nº 22 visitante, Don Daniel Alves Da Silva, en la zona cercana al asistente nº 2, se lanzó desde la grada un plátano, el cual fue recogido rápidamente por dicho jugador, comiendo una porción del mismo y tirando el resto fuera del terreno de juego, reanudándose el encuentro con total normalidad”. En el capítulo observaciones “Ninguna”. Se saldó con una multa de 12.000 euros para el Villarreal.

Eto'o fue uno de los jugadores que más insultos racistas recibió de las gradas durante su paso por el Barcelona. En 2004 incluso recibió una tarjeta amarilla tras lanzar el balón al público del Getafe después de ser increpado con sonidos de imitación de monos. De hecho, hay un Zaragoza-Barça en 2006 en el que la sucesión de acontecimientos es gemela a la de Zozulya, por la insistencia de la afición en el insulto. En el caso de Eto'o, el árbitro paró el partido momentáneamente, instó a comunicar por megafonía dos veces que cesaran los insultos, pero el partido siguió. El propio árbitro lo cuenta en el acta: “En el minuto 76, cuando el jugador del F.C. Barcelona D. Samuel Eto'o Fils se disponía a sacar un córner, desde el fondo y a coro, el público de dicho fondo, le gritó: ”¡UH, UH, UH, UH, UH, UH!“; de forma repetida y constante, con clara entonación de imitación del sonido de un simio. Detuve el juego, que estuvo parado durante dos minutos, para acudir al Delegado de Campo y solicitarle que comunicaran por megafonía el cese inmediato de esas alusiones, en mi opinión, claramente de contenido racista”.

Sin embargo, los insultos se repitieron: “Tras sacarse el córner, la jugada acabó en penalty a favor del F.C. Barcelona, y cuando se disponía a lanzarlo el jugador D. Ronaldo De Assis Moreira, se volvieron a producir los gritos, desde el mismo fondo y con idéntico contenido y entonación. La megafonía rogó unos minutos después al público 'que se abstuviesen de realizar manifestaciones ofensivas contra los jugadores del equipo contrario'. Pese a ello, y hasta el final del encuentro, se repitió idéntico comportamiento por parte de diversos sectores del público en varias ocasiones que disputó el balón el jugador D. Samuel Eto'o Fils, y al finalizar el encuentro, desde tribuna, cuando dicho jugador abandonaba el terreno”. Es decir, al contrario que en el partido del pasado domingo, no se pararon los insultos pero se siguió el juego. El vídeo de Eto'o indignado diciendo “no juego más” reflejó la frustración en un encuentro empañado por insultos racistas que no fue suspendido y supuso una multa de la Federación de 9.000 euros para el Zaragoza. Una cantidad irrisoria para equipos que manejan millones y millones de euros en fichajes.

La violencia de género o el machismo también han protagonizado vergonzosos capítulos en el fútbol español. Cuando en febrero de 2015 una parte de la afición del Real Betis coreó en defensa de su jugador acusado de maltratador Rubén Castro alé, Rubén Castro alé, no fue tu culpa, era una puta, lo hiciste bien”, ni siquiera se recogió en el parte de juego como una incidencia: “Público: normal”. Esos espectadores se referían a la petición de la Fiscalía de dos años de prisión por cuatro delitos de maltrato contra su pareja, de los que quedó absuelto en 2017. La Fiscalía actuó de oficio por los cánticos pero el caso quedó archivado y la comisión antiviolencia hizo un comunicado de rechazo, además de pedir a la Federación que cerrara las gradas parcialmente, algo que no sucedió, aunque se le impuso 30.000 euros de multa.

Otra sonada agresión machista fue la de la pancarta que exhibieron en las gradas del derbi catalán aficionados del Espanyol: “Shakira es de todos”, en un intento de constestar a Piqué por considerar al equipo y sus seguidores una “minoría”. Esta ultilización de la mujer como propiedad tampoco mereció ningún comentario en el acta, ni paralización del partido, aunque la Federación de Fútbol multó al Espanyol con 24.000 euros.

Cómo y por qué se suspende un partido

La autoridad para suspender temporal o definitivamente un partido la tiene únicamente el árbitro, que depende de la Federación de Fútbol y que se basa en un protocolo contra el racismo y la intolerancia elaborado en 2005 por el Consejo Superior de Deportes y en la Ley contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte, del año 2007. Básicamente se hace “cuando los incidentes revistan gravedad”, algo que queda al criterio del juez arbitral, según recoge la Comisión Estatal contra la Violencia en el Deporte. Tanto La Liga como la Federación tienen delegados en los campos que toman nota y registran los insultos o incidencias que se puedan producir.

En cuanto a los pasos a seguir por el árbitro, lo primero es avisar al delegado de campo, que está situado cerca del túnel de vestuarios, de lo que está sucediendo y en su caso pedir que se avise por megafonía a la afición para que acaben los insultos, también hay que advertir de que se pueden tomar medidas si las agresiones verbales continúan.

Según el parte del árbitro del Rayo Vallecano-Albacete es lo que se hizo en dos ocasiones. Y alega que la suspensión se basó en la opinión de la “Coordinadora de Seguridad”, que es un miembro de la policía que está en el estadio: “En esta reunión la Coordinadora de Seguridad nos comunicó que las fuerzas de seguridad no podían garantizar la seguridad de los participantes en el encuentro en la actual situación. Ante esa información le pedí si era posible desalojar la zona del estadio donde se habían producido los incidentes para intentar continuar el partido sin público en esa zona, ante lo que me respondió que no tenían efectivos suficientes para proceder al desalojo”. No especifica cuáles eran los problemas de “seguridad” para los futbolistas.

Fuentes de la Jefatura de Policía dan a eldiario.es una versión algo distinta en la que no se habla de ningún problema de seguridad: “Ante los insultos racistas proferidos por seguidores del Rayo, la coordinadora, tras consensuarlo con el árbitro, acordaron suspender el partido” y mandar un refuerzo policial “para el desalojo” del campo. Ambos clubes estuvieron de acuerdo en la decisión, según el árbitro, que recoge en el acta: “El equipo visitante nos comunicó que el estado de ánimo del afectado (Zozulya) y del resto de los jugadores no era el adecuado para continuar el encuentro”. Desde el Albacete especifican a eldiario.es que en ningún momento se negaron a seguir jugando: “Fue algo consensuado”. Sobre la insólita decisión de suspender este partido pese a los frecuentes insultos en el fútbol español, fuentes oficiales del equipo manifiestan que “ojalá cree un precedente y que la situación excepcional dé lugar a un fútbol más respetuoso”.

Tanto La Liga, como Movimiento contra la Intolerancia o la Federación de Fútbol de Castilla-La Mancha han apoyado la suspensión del partido. Ante la pregunta de si a partir de ahora se suspenderán todos los partidos cuando haya insultos de cualquier tipo, fuentes de la Federación de Fútbol responden que no van a hacer declaraciones.

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