El Congreso cierra sus puertas tras la legislatura más corta desde la restauración de la democracia. Los partidos se preparan para una nueva convocatoria electoral en la que tendrán que sobreponerse al fiasco de no haber alcanzado un acuerdo de Gobierno. Cuatro meses después del 20D, la posible confluencia entre Podemos e IU se presenta como una de las pocas novedades para los comicios del 26 de junio.
Tania Sánchez (Madrid, 1979) recibe a eldiario.es en su despacho del Congreso el último viernes de abril. Desde allí ha desarrollado una tarea de coordinación del grupo de Podemos que le ha valido buenas opiniones entre sus compañeros. Las fotografías están tomadas en uno de los rincones más desconocidos del Palacio, la cúpula sobre el Hemiciclo. Allí quiere volver Sánchez tras los nuevos comicios, aunque la composición de las listas en las que tendrá que entrar gente de IU puede relegarle algunos puestos. Su cabeza, dice, está ahora en reeditar la exitosa campaña de diciembre que comandó y que llevó a su partido a ser el segundo en Madrid.
¿Considera un fracaso político que la legislatura se cierre tras cuatro meses y se repitan las elecciones?
Yo no lo llamaría fracaso. Durante mucho tiempo la política se ha hecho solo entre las cúpulas partidarias y hay que devolvérsela a la gente. Vamos a una segunda vuelta en la que la gente tiene la capacidad de desbloquear un resultado que hacía muy complejo formar gobierno. Solo había dos vías y el partido que podía decidir cuál era la que podía adoptar no ha adoptado ninguna.
Nada asegura que el resultado vaya a ser distinto al del 20 de diciembre. ¿No temen un resultado igual de difícil de gestionar?
Estamos trabajando por seguir incorporando mucha gente al cambio. En el proceso de negociación de Gobierno se ha visto claramente qué fuerzas políticas están del lado del cambio y cuáles del de la continuidad. Hay mimbres para ir a las elecciones de la segunda vuelta con una ilusión de sumar a todo el que esté por el cambio y que eso haga más fuerza y pueda cambiar el resultado. La gente sabe que la situación actual es de bloqueo y va a querer desbloquearla.
Esto de la segunda vuelta es un análisis político de Podemos pero no existe esta figura en España. ¿La gente entenderá lo que significa? ¿Se votará como en una segunda vuelta?
Sí. Fuimos a unas elecciones en las que cada uno puso encima de la mesa el camino para el cambio, una palabra que se ha ido vaciando de contenido. Cuando ha habido que concretar en un Gobierno hemos visto de qué tipo de cambio estaba hablando cada uno. Y la gente optará por qué tipo de cambio quiere. Y cambiarán algunos votos.
En una segunda vuelta siempre se da a elegir entre dos elementos, entre una cosa u otra. ¿Cuáles van a ser esos elementos el 26J? ¿Qué va a polarizar la campaña?
Los mismos que se planteaban en la anterior. La continuidad de las fuerzas que no están dispuestas a que haya cambios estructurales en este país que resuelvan las crisis fundamentales que hay, la crisis política, la económica, la territorial y la social. Y quienes creemos que hay que cambiar cosas para salir de ahí y tener un proyecto de futuro. Vamos a las elecciones a defender que hay una alternativa posible al PP y a sus políticas y está en manos de la gente respaldarla y que pueda hacerlo bien.
Se ha instalado un clima de hastío, de pereza, que no sé si es real o afecta solo a quienes estamos todo el día a vueltas con la información política. ¿Es opinión pública u opinión publicada?
La opinión publicada está trabajando activamente por que este sea el mensaje. Y es una mala noticia que la opinión publicada no esté apostando por leer este momento como una oportunidad de reforzar la democracia. La campaña va a recuperar una movilización y una alegría por seguir pensando cómo construimos un nuevo futuro. La gente estaba hastiada de un juego de ping pong en el que desde el minuto uno estaba claro cuáles eran las alternativas y no entienden que haya tardado tanto en decir que no estamos dispuestos a ir a un Gobierno de cambio.
¿La posible confluencia con IU es una fórmula para ofrecer algo nuevo e intentar superar al PSOE o realmente hay contenido político de fondo?
Es una fórmula para intentar sumar en una misma candidatura toda la gente que tiene una apuesta firme por el cambio y que no se va a dejar engañar por formulaciones vacías de ese cambio. Ha llegado un momento en el que la gente pide claridad en lo que se presenta y es positivo que Podemos, que es el eje articulador del proyecto político del cambio y que no deja de ser una herramienta en construcción, pueda sumar en sus listas electorales a muchos referentes que suman a ese cambio. Es una apuesta en la que se visualiza electoralmente quiénes vamos a seguir apostando por un proyecto de cambio. Más allá de eso, cada uno participa de la herramienta que consideran más útil y eso va a seguir siendo así.
Si los elementos en disputa el 26J serán los mismos y los partidos que buscan el cambio ahora sí parece que irán juntos, ¿qué pasó antes del 20D para que no cuajara la confluencia?
En los países donde hay tradición, en las segundas vueltas siempre se producen reagrupamientos. Ahora sumamos fuerzas quienes previamente teníamos programas similares pero preferíamos cada uno su espacio electoral. Es positivo que en una segunda vuelta en la que el objetivo es desbloquear haya quienes nos tomamos en serio que sea posible ese desbloqueo y para eso me parece un buen camino sumar a otra gente.
Entre los problemas que pueden surgir para esta unión electoral, están las listas electorales. Siempre se dice que esto no es un problema pero al final es un problema porque afecta a personas. ¿Cree que será un problema la lista por Madrid para lograr esta confluencia con IU?
La mesa de diálogo está recientemente abierta y conviene dejarla trabajar y no hacer especulaciones que puedan presionar al resultado final. Nos jugamos mucho y es importante que ese proceso salga bien. El fin de semana pasado en la fiesta de la Primavera de Podemos, Pablo [Iglesias] lanzó un mensaje claro: ejercer el liderazgo de las fuerzas del cambio requiere de generosidad. Hay una disponibilidad absoluta de todas las personas que componen las lista por esa generosidad.
¿Manejan encuestas sobre el resultado que puede lograr la confluencia con IU?
En los dos años de campaña permanente que llevamos ha sido más que obvio que las encuestas son fotos fijas que no aciertan porque las cosas cambian mucho. Nosotros empezamos la campaña del 20D con proyecciones modestas y la acabamos con un resultado muy por encima. La campaña, y más ahora en primavera cuando la gente puede salir a las plazas y disputar la calle que es donde la gente de Podemos se hace grande, creo que va a ir bien.
Usted fue responsable de la campaña en Madrid para el 20D. ¿Cómo se hace una campaña nueva cuatro meses después de la anterior?
Lo bueno que han tenido estos cuatro meses es que no han sido en balde. Según se presenta la Ley 25 ha habido al menos en Madrid todo un trabajo de los círculos de discusión y creo que vamos a elecciones donde otra vez la gente va a volver a las calles a explicar que en la primera vuelta no ha habido posibilidad de un gobierno de cambio porque se ha b loqueado y por tanto necesitamos sumar lo suficiente para desbloquear la situación. Nos jugamos que vuelva a salir el PP y habrá mucha movilización en torno a eso.
¿Cuál será la frontera entre el éxito y el fracaso el 26 de junio?
Si ha decisión hubiese sido nuestra, nos tendríamos que plantear si ha merecido la pena o no. Pero es que no es una decisión nuestra. Nosotros hemos puesto encima de la mesa multitud de propuestas para salir del desbloqueo que tenía el PSOE y no ha sido posible. Salimos a ganar. El éxito del 26J lo va a definir si somos capaces de echar al PP y a sus políticas.
Si Podemos, las confluencias y, si cuaja, IU no superan al PSOE, ¿habrá que replantearse las cosas dentro de Podemos, de la estrategia y de los liderazgos?
No vamos a las elecciones a superar al PSOE. Vamos a ganar al PP. Y eso es lo que va a marcar la clave de la evaluación de la campaña: si somos capaces de sacar al PP de La Moncloa.
Para que eso ocurra tiene que producirse un vuelco de dos millones de votos que no sé si está en disposición de darse, no parece que el ambiente sea así.
Tampoco parecía que fuésemos a tener cinco millones de votos en las anteriores elecciones y los tuvimos. Tampoco parecía que fuésemos a ser segunda fuerza en Madrid o primera en Euskadi y un montón de cosas que pasaron. Tampoco parecía que se iban a sacar cinco eurodiputados en las europeas. Estamos en un momento en el que las predicciones pecan de conservadoras. La ciudadanía pide cambio y por eso es mucho más atrevida que los partidos políticos.
Podemos vive desde hace unos meses un doble proceso a dos velocidades. Uno es el electoral y otro interno a largo plazo en el que se están situando diferentes modelos de futuro para el partido. ¿Dónde está Tania Sánchez en este pensar el Podemos del futuro?
Estoy donde creo que está la mayoría de la gente que cotidianamente en sus municipios, en sus círculos y en sus consejos ciudadanos locales trabajan. Y es en que este proyecto se consolide como una herramienta de cambio de la realidad de la gente y de estructuración de un nuevo tiempo en el que la política esté más presente en la vida cotidiana de la gente. Hay que construir una democracia de mayor calidad y un país que tiene una viabilidad de futuro porque se dirige pensando en su gente.
Podemos es un proceso en construcción permanente, una herramienta que se puso a disposición de la gente y que no está cerrada. Estamos casi inventando la política del siglo XXI. Si pensamos en los partidos como instituciones que surgen en un momento predeterminado de la historia al calor de la incorporación de las masas populares al derecho al voto, hay muchos factores ahora que han supuesto el cambio y por tanto las instituciones y las estructuras que van a articular la política en el futuro hoy no somos capaces de visualizarlas. Podemos está construyendo esas herramientas, queda mucho por debatir y habrá tantas opiniones como gente hay.
Una organización que aspiró desde el principio a no tener muros que separase a sus militantes de la gente, que aspiraba a construir un diálogo permanente con la sociedad civil organizada y no organizada, que aspiraba a ser capaz de combinar la militancia clásica con quienes simplemente aportan participaciones en redes o en campañas, creo que tiene mucho camino por recorrer. Es más que prematuro pensar cómo va a acabar ese proceso. Voy a estar del lado de quienes desde el principio sabemos que lo crucial de este momento es apostar por un proyecto que cambie radicalmente la política en este país. Del lado de quienes se están dejando la piel para que este proyecto sea el centro del cambio político.
Este repensar de Podemos, que de momento es teórico, comenzará a plasmarse en algunos procesos internos. El de Madrid ciudad es uno. Convocatoria por Madrid ha formalizado su disolución en Podemos. ¿Cuál va a ser su papel en el proceso de Madrid?Convocatoria por Madrid ha formalizado su disolución en Podemos
Tuvo sentido formar una herramienta que ayudase a los procesos de cambio municipalistas en un determinado momento y superada esa fase no tiene sentido tener estructuras paralelas. Vamos a estar como uno más cada uno de nosotros y de nosotras participando en los espacios territoriales y sectoriales.
Mencionaba antes las candidaturas municipalistas que ustedes ayudaron a lanzar. ¿Cuál es la resultante un año después? ¿Se ha generado lo que se buscaba o se ha desinflado?
En todos los municipios donde hay candidatura de unidad popular, ciudadanas o del cambio la política ha cambiado radicalmente. Ya nada volverá a ser igual en esas instituciones. Se ha sido capaz de abrir puertas y ventanas de sitios que estaban alejados de la gente y están haciendo un trabajo espectacular. Con muchísimas dificultades porque cambiar radicalmente la dinámica de instituciones donde las ruedas llevan mucho tiempo girando en la misma dirección y a la vez que no se produzca un freno es complejo. La gente está haciendo sacrificio personal brutal y lo está aguantando muy bien.
Hasta ahora cuando uno llegaba a ser cargo público venía de una cierta trayectoria dentro de un partido. Lo que está pasando en los municipios del cambio en Madrid es que gente normal está haciendo cosas extraordinarias que ni siquiera se habían imaginado. Eso es un reto impresionante pero la valoración es espectacular porque hay una incorporación cotidiana de la gente a la toma de decisiones de lo que les afecta.
Se está generando además una red de colaboración entre todos los municipios del cambio que va a hacer posible una mayor fortaleza para un futuro de cambio en Madrid. Para demostrar que no hace falta una estructura exclusiva de partido para trabajar en un proyecto común. Y eso va a contraponer frente a un PP que está intentando limpiarse la cara con una imagen de que Cristina Cifuentes es distinta de Esperanza Aguirre, pero no lo es.