La joven escritora británica Abigail Tarttelin se ha convertido en un fenómeno editorial con su nueva novela, “El chico de oro”, que trata el tema de la intersexualidad desde una perspectiva de la adolescencia con la intención, ha dicho, de “plantear el debate sobre la posibilidad de elegir el sexo”.
A sus 24 años, Tarttelin ha sorprendido a las letras inglesas con un libro en el que expone, de manera tan rotunda como delicada, la manera que tenemos de concebir lo masculino y lo femenino, “con una sociedad, la de Facebook, guiada tanto por los medios de comunicación como por los tabúes”, ha señalado en una entrevista a Efe.
Tarttelin, un apellido de resonancias francesas para una autora genuinamente inglesa, es editora de libros de la revista de moda Phoenix, bloguera en el Huffington Post y actriz en Inglaterra y Francia, así como presidenta del festival Rider Taxi.
El origen de “El chico de oro” (Ediciones B) está en la película argentina “XXY”, de Lucía Puenzo, que trataba el tema de la intersexualidad, -término que la autora prefiere al de hermafroditismo-
“Me pareció interesante reflexionar sobre las ideas preconcebidas que tenemos sobre los géneros y quise reflejar que realmente no es así, porque hay mujeres que son grandes ejecutivas que parece que tengan un rol más masculino u hombres que no responden a los clichés masculinos”, explica.
Como escritora, decidió escribir sobre aquello que conocía, la adolescencia, ese período vital en el que todos nos sentimos diferentes y por ello muestra en su novela “el cambio que se produce desde un entorno protegido como la familia y la escuela, a una edad adulta”.
Piensa la autora que la novela trasciende el mero lector juvenil, acostumbrado a leer historias de fantasía protagonizadas por adolescentes vampiros y que son un vehículo para hablar de la diferencia.
“He recibido respuestas de lectores adultos, padres de hijos diferentes, cartas de madres que se encontraban en situaciones parecidas y que se identifican a partir de la seis voces que narran la historia, cada una desde su perspectiva.
Para afrontar la novela, Tarttelin investigó a fondo los aspectos médicos de la intersexualidad, para reflejarlo de manera fidedigna, y recuerda que “hoy hay opiniones controvertidas entre la comunidad médica, pues mientras en Reino Unido ya no se opta por operar de niños a los intersexuales , en EEUU se tiende a operarlos en la infancia”.
Aunque la autora no conocía a ningún intersexual antes de comenzar el libro, tras su publicación muchos le han agradecido el libro, asegura.
Considera que las redes sociales han supuesto un avance para las personas con diferencias de identidad, que “pueden encontrar en internet una salida al aislamiento que tradicionalmente sufrían, especialmente en los pueblos pequeños”.
Tarttelin optó por no ocultar ningún detalle de la violación que sufre Max, el protagonista de la historia, a manos de un antiguo compañero antagonista de aula.
“Normalmente podemos ver escenas de violación en una película, pero ahí no quedan reflejados todos los matices y solo se ve una escena de violencia; y en los libros se dice que ha habido una violación pero no se suele describir y creo que es una injusticia hacia las víctimas”, comenta la escritora inglesa.
Para Tarttelin “una violación no es un momento de shock como un puñetazo, sino que deja una huella muy profunda y erosiona la autonomía del individuo”.
Tarttelin expresa su deseo de haber reflejado en el libro cómo una persona es incapaz de reaccionar en una situación así: “La autonomía del individuo queda totalmente anulada”.
La violación lleva a la escritora a hablar de la crueldad, como una característica muy ligada a la vida en el instituto, en una época en la que “los jóvenes necesitan un apoyo extra” en medio de “un mundo lleno de reacciones primitivas o animales”.
Tarttelin ya prepara la que será su próxima novela, de la que lo único que revela es: “por primera vez narraré con una voz femenina”.
Jose Oliva