Fue uno de los cuatro protagonistas de la cumbre de las Azores, apoyó por completo a Bush en su invasión y años después insistió en sus memorias que esa guerra estaba completamente justificada porque Sadam podría haber reconstruido su arsenal, aunque en realidad nunca se encontraron las armas de destrucción masiva. En política exterior, Tony Blair fue la antítesis de José Luis Rodríguez Zapatero, y sin embargo, el expresidente ha conseguido su asistencia para la presentación en Madrid de su primer libro, El dilema. 600 días de vértigo, en el que relata parte de su mandato.
Blair fue también el artífice de las tres victorias consecutivas de los laboristas británicos y el dirigente con el que más se relaciona la Tercera Vía. Su gran objetivo fue conseguir la modernización del discurso económico de los laboristas entre los recelos del ala izquierda del partido. En su caso, eso significaba aceptar muchas de las ideas de Margaret Thatcher para reducir el papel del Estado en la economía. Aun así, su Gobierno también aumentó de forma espectacular la inversión en la sanidad pública e instauró el salario mínimo.
En sus memorias, Blair admite que “mi cabeza piensa a veces como la de un conservador, especialmente en economía y seguridad, pero mi corazón siempre late a la izquierda”.
En política exterior, Blair representa algo muy diferente a Zapatero. Estuvo siempre al lado de George Bush en las guerras de Irak y Afganistán, y prácticamente se convirtió en un halcón. En relación al programa nuclear de Irán, ha sostenidos posiciones muy similares a las mantenidas años atrás en relación a Irak.
En el plano personal, es curioso que Blair mantenga muy buenas relaciones con dos políticos que no son precisamente amigos: Zapatero y Aznar.
El libro de Zapatero, que edita Planeta, se presentará el próximo jueves a las 19.00 horas en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.
El acto contará con la presencia del exprimer ministro laborista de Reino Unido, que ha mantenido una buena relación con Zapatero, con el que coincidió en el poder durante tres años. Blair --que también cultivó una amistad con José María Aznar, que le invitó a verenear en Doñana-- calificó a Zapatero como “un buen tipo” en una entrevista en Vanity Fair.