El presidente de la Generalitat, Quim Torra, ha abogado por aislar la mesa de diálogo de cualquier hecho “que pueda afectarla”, ya sean las próximas elecciones catalanas o la tramitación de los presupuestos generales del Estado.
En su comparecencia tras la reunión en Moncloa, Torra ha lamentado la “discrepancia y la distancia” con el Gobierno de Pedro Sánchez a la hora de abordar el conflicto político en Cataluña, que para él se basa en el derecho a la autodeterminación y en la amnistía.
El presidente catalán ha valorado que ha sido un “debate abierto y con libertad de planteamiento”, así como “honesto y franco”, aunque ha dicho que no ha obtenido lo que quería por parte del ejecutivo de Sánchez: “Seguimos sin conocer cuál es la respuesta del Gobierno de España al conflicto político catalán”.
Las diferencias, según Torra, radican en las vías de solución del conflicto, que para el presidente de la Generalitat “nace de una negación de derechos fundamentales” como la libertad de expresión y de reunión, y “por encima de todo el derecho de autodeterminación de los pueblos”.
Preguntado por si, después de la reunión de este miércoles, apoyarán el techo de gasto que se vota mañana en el Congreso, ha respondido que le da “tanta importancia a esta mesa de diálogo” que quiere “aislarla de cualquier hecho que pueda afectarla, sean las elecciones catalanas o los presupuestos”.
Aunque ha reivindicado sus carencias: “Mis primeras palabras han sido para reconocer que los que estábamos ahí sentados no deberíamos ser precisamente nosotros sino el presidente (Carles) Puigdemont, el vicepresidente Oriol Junqueras, Marta Rovira y Jordi Sànchez”, ha dicho Torra sobre los independentistas huidos de la justicia o condenados por el Tribunal Supremo.
Y ha añadido acto seguido que “el reconocimiento del exilio y la prisión es importante y necesita encontrar un cauce de entendimiento, también en esta mesa de diálogo”.
Sobre la inclusión de la figura del mediador, Torra ha dicho que lo ha puesto encima de la mesa, ya que ayudaría a que “este debate y esta mesa de diálogo sea honesta y sincera”, a “clarificar y a que no hubiera ”distorsiones“.
Para el presidente, “la voluntad popular” es lo primero y en Cataluña se va “con retraso de un conflicto político que se debe resolver desde el punto de vista democrático”.
“Comienza un camino de diálogo”, ha asegurado para informar de que la próxima reunión será en Barcelona en marzo. “Lo importante era dar inicio a esta mesa”, ya que, según ha destacado, hay “un compromiso” del Gobierno español “de resolver políticamente el conflicto”.