Turquía, el país que alberga el mayor número de refugiados en todo el mundo, pidió hoy en la ONU una estrategia mundial “urgente” para hacer frente a ese problema, y advirtió que ningún país es inmune a sus consecuencias.
“Los esfuerzos unilaterales no son suficientes para enfrentarse con este problema”, afirmó el ministro turco de Asuntos Exteriores, Mevlüt Cavusoglu, al participar en una cumbre sobre refugiados y migrantes que se celebra hoy en la sede de la ONU.
Según datos de Naciones Unidas, Turquía se ha convertido en el refugio de 2,5 millones de personas que en los últimos años vienen huyendo de conflictos como el de Siria y de la expansión del grupo terrorista Estado Islámico (EI) por Irak.
Esta crisis de refugiados, la más grave desde la II Guerra Mundial, según la ONU, ha obligado a las autoridades turcas a gastar unos 12.000 millones de dólares sólo en atender a los refugiados sirios.
Si se suman las cantidades aportadas por los municipios de ese país y por organizaciones humanitarias, la suma se eleva a 20.000 millones de dólares, pero la comunidad internacional sólo ha aportado 512 millones de dólares.
“Turquía hará todo lo que puede, pero hay que admitir que esto no es justo”, agregó el ministro.
Cavusoglu propuso una estrategia de tres ejes, incluyendo la necesidad de alcanzar una solución en el conflicto de Siria, que se ha convertido “en la mayor fuente de migración irregular”.
También pidió apoyo especial para los países que acogen a refugiados en tránsito, especialmente a los fronterizos a naciones con conflictos armados, así como contrarrestar la xenofobia que se está imponiendo en muchos países.
“Nadie es inmune a las consecuencias de la crisis de refugiados de hoy”, afirmó el ministro turco.