La campaña electoral más reñida y sucia de la historia de Ucrania se cerró hoy con la publicación de nuevas acusaciones contra los tres principales candidatos a la presidencia, entre los que el actual líder del país, Petró Poroshenko, tiene más que perder.
“He participado en muchas elecciones y nunca había visto una campaña tan sucia, tensa y sin escrúpulos. En la sociedad ucraniana hay una gran división”, comentó a Efe el político prorruso Víctor Medvédchuk.
Lo que no se sabe es si la votación del domingo también será sucia, habida cuenta de las denuncias de fraude contra Poroshenko, que ya ha sido acusado de manipular el censo electoral y comprar por adelantado millones de votos.
A tenor de las encuestas, que otorgan una clara victoria del comediante Vladímir Zelenski, si saliera reelegido Poroshenko este domingo, los analistas pronostican que sus rivales no reconocerán los resultados, lo que podría abrir una nueva fase de inestabilidad en Ucrania y, quien sabe, si una tercera revolución popular.
Por ello, el partido presidencial emuló hoy la propuesta de Zelenski y adelantó que realizará también un recuento paralelo para evitar las acusaciones de pucherazo oficialista, cuyos resultados se conocerán en la mañana del lunes.
“Si los resultados del recuento paralelo se diferencian del escrutinio, entonces entrarán en escena los juristas”,advirtió Maxím Savrásov, diputado oficialista.
Consciente de que la corrupción ha sido su mayor quebradero de cabeza en las últimas semanas, Poroshenko presentó hoy la enésima denuncia contra un medio de comunicación, la estadounidense Radio Libertad.
“Durante las últimas semanas, mis contrincantes han vertido ríos de mentiras contra mí”, dijo, y acusó, en particular, al oligarca Ígor Kolomoiski de intentar vengarse de él al apoyar a sus contrincantes desde el exilio.
Mientras, Zelenski, que se vio obligado al principio de la campaña a reconocer a desgana que tenía intereses en compañías rusas, tampoco se libró de las sospechas poco después de que negara rotundamente que tiene una mansión en Italia.
Según una investigación periodística, Zelenski renunció a sus intereses en dichas compañías con sede en Chipre, pero sus socios siguen controlando las acciones.
Esto le deja en mal lugar ante su principal granero electoral, los jóvenes, que le ven como “el hombre del cambio”.
“Iré por primera vez a votar. Quiero darle a Zelenski una oportunidad. Me despierta confianza. A los otros candidatos ya los conocemos, igual que sus viejas promesas”, comentó a Efe Polina, una kievita de 26 años.
Polina, al igual que muchos otros jóvenes consultados por Efe, apoya “a muerte” al actor de 41 años, ya que cree que su victoria les abrirá “nuevas posibilidades”.
“Creo que sí va a ganar. De hecho, toda mi familia le apoya, hasta mi abuela”, comenta.
Conocida por su capacidad de fajarse en las situaciones más complicadas, la ex primera ministra Yulia Timoshenko no bajó los brazos y, de hecho, fue hoy el único de los tres candidatos que celebró un mitin multitudinario frente a la majestuosa Catedral de Sofía de Kiev.
“Ucrania será fuerte, pacífica e independiente”, dijo Timoshenko, quien proclamó que “la mayor prioridad de Ucrania es la paz” en el este prorruso del país, sublevación armada separatista que cumplirá cinco años el 12 de abril.
Rodeada en su mayoría por mujeres y pensionistas, acusó a Poroshenko de enfangar al país en una guerra sin fin en el Donbás y prometió que Crimea, la península anexionada por Rusia hace cinco años, volverá a ser territorio ucraniano.
Eso sí, también fue acusada en el último día de la campaña de utilizar paraísos fiscales para pagar los honorarios de grupos de presión en Estados Unidos.
En opinión del conocido politólogo ucraniano Vladímir Fesenko, los ucranianos votarán el domingo en línea con la tónica de la campaña, “dependiendo de su estado de ánimo y de sus emociones en el momento de votar”.
“No influirán sus intereses. Quien le tenga miedo a Rusia y quiera que continúe el antagonismo y no quiere que Ucrania esté bajo la órbita del Kremlin, apoyará a Poroshenko”, apuntó a Efe en pleno centro de la capital ucraniana.
En cambio, agregó, “los que quieran cambios radicales, la salida de la vieja guardia del poder y la llegada de nuevas personas, que no sean políticos profesionales, votarán por Zelenski”.
Timoshenko será respaldada por aquellos que estén “descontentos” con los bajos salarios y pensiones y el alto coste de la vida, en especial las tarifas comunales, concluyó.
En lo que todo el mundo coincide es que el duelo del domingo, por muy cruento que sea, será sólo el primer asalto y quién será el inquilino de la presidencia ucraniana durante el próximo lustro se dilucidará en una segunda vuelta el 21 de abril.
Por Ignacio Ortega