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El ugandés Ongwen se presenta en la CPI como una víctima y un niño soldado

EFE

La Haya —

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El excomandante ugandés del Ejército de Resistencia del Señor (LRA, en inglés) Dominic Ongwen, acusado de 70 crímenes de guerra y de lesa humanidad, fue un niño soldado del grupo armado y una víctima del líder del mismo, Joseph Kony, dijo hoy su defensa en la Corte Penal Internacional (CPI).

Los abogados de Ongwen utilizaron sus primeros alegatos orales para enfatizar su condición de niño soldado, lo que podría servirle como atenuante ante una eventual condena, y la obediencia ciega que le debía al líder del LRA.

El letrado Krispus Ayena explicó que Ongwen fue “reclutado a los nueve años y brutalizado” por las tropas del LRA, y obligado a vivir “en un ambiente corrosivo donde se practicaba la tortura”.

“Sufría hambre extrema y se le recordaba continuamente que ya no tenía padres ni casa a la que volver”, y fue “adoctrinado para que viviera en las estrictas éticas y el espiritualismo del LRA. Era eso o morir”, aseguró el letrado.

La CPI tendrá que evaluar si las duras condiciones que vivió Ongwen como niño soldado “impactaron en su mente y en su disposición mental”, así como en su poder para “actuar de forma independiente”, pues vivía “bajo el constante radar de Joseph Kony”, añadió Ayena.

“Doming Ongwen aprendió que su supervivencia dependía de la total sumisión y lealtad” al líder del LRA, dijo el abogado.

La Fiscalía ha insistido en el rol del acusado como comandante y su supuesta participación en un plan común para secuestrar a mujeres, niños y niñas en el norte de Uganda.

La defensa aseguró hoy que su cliente fue ascendido a comandante por el propio líder del LRA debido a que una campaña de ataques del ejército de Uganda contra el grupo armado, entre 2002 y 2005, acabó con la vida de la mayoría de sus altos cargos.

El propio Ongwen aparece en el número 36 de una lista de comandantes superiores del LRA provista por el Gobierno de Uganda, lo que probaría que “no era una pieza central en la planificación” de los ataques, dijo el letrado Ayena.

Una de las pruebas más sólidas de la Fiscalía es una comunicación de radio interceptada entre Ongwen y Vincent Otti, otro de los comandantes del LRA, en la que el acusado señalaba que, en un asalto a un pueblo, sus tropas acababan de “disparar a los civiles”.

El abogado Ayena puso en duda que la voz de los audios sea la de su cliente y aseguró que muchas de las personas asesinadas en ese ataque fueron víctimas colaterales de un fuego cruzado entre el ejército ugandés y el LRA.

Asimismo, criticó que buena parte de las evidencias utilizadas por la Fiscalía hayan sido facilitadas por el Gobierno de Uganda, el cual “quiere esconder sus atrocidades” en el conflicto armado.

El acusado, que compareció ante los jueces con chaqueta y corbata, no intervino en ningún momento y escuchó atentamente el alegato de sus letrados con los brazos cruzados y la mirada baja.

Ongwen es el único comandante del LRA juzgado en La Haya hasta el momento, aunque la CPI llegó a tener en busca y captura a otros cuatro de sus altos cargos.

Tres de ellos, Raska Lukwiy, Okot Odhiambo y Vincent Otti, ya han fallecido, mientras que se desconoce el paradero de Kony.

El LRA es un grupo armado de inspiración cristiana que ha matado a más de 100.000 personas y secuestrado a unos 60.000 niños desde su creación, en la década de 1980, para convertirlos en soldados o esclavas sexuales, según datos de organizaciones internacionales.

Por David Morales Urbaneja