La llama se apaga. Ciudadanos da sus últimos estertores en medio de una nueva –y posiblemente última– crisis interna abierta tras las frustradas negociaciones con el PP para ir juntos a las elecciones catalanas del 12 de mayo y las europeas del 9 de junio. El empeño de los de Alberto Núñez Feijóo por absorberlos definitivamente enfrentó a la dirección nacional, que hasta hace unos días lideraba como secretario general Adrián Vázquez, con la cúpula autonómica catalana a cuya cabeza sigue Carlos Carrizosa. Las fuertes diferencias de criterio entre ambos dirigentes hicieron fracasar esas conversaciones y provocaron la renuncia al cargo de Vázquez.
Lo que queda de la dirección ha decidido desafiar las encuestas y, en una huida hacia adelante, ha aprobado concurrir a esas dos contiendas que para el partido pueden suponer el naufragio final. “Vamos a dar la batalla”. “Si morimos, al menos lo haremos con dignidad”, sentenciaba un afín a Carrizosa tras conocerse que habían triunfado sus tesis.
Adrián Vázquez, todavía jefe de la delegación europea, es el cuarto dirigente de Ciudadanos que abandona un barco que desde hace años se hunde lentamente. El primero en marcharse fue Albert Rivera tras la debacle cosechada en las elecciones generales de noviembre de 2019 en las que se desplomaron, pasando de 57 a diez diputados; luego dijo adiós su sucesora, Inés Arrimadas, después de mantener una encarnizada lucha por los restos del partido con el por entonces portavoz en el Congreso, Edmundo Bal, un encontronazo que condujo a la formación a un irreparable cisma. Bal perdió el pulso y Arrimadas fue relevada, con su bendición, por la dirigente balear, Patricia Guasp, que en enero de 2023 fue elegida portavoz nacional junto con Adrián Vázquez como secretario general con la esperanza de que lograran levantar a la alicaída militancia y mantener vivo el proyecto.
No lo consiguieron. Ciudadanos volvió a sufrir otra hecatombe electoral en las municipales y autonómicas de mayo de ese año en las que el partido perdió toda su representación en los parlamentos regionales y tan solo consiguió mantener 295 concejales repartidos por todo el territorio nacional. Un desastre que se unió al desplome que habían sufrido ya en Catalunya, el antiguo feudo de la jerezana, en donde en las autonómicas de febrero de 2021 pasaron de 36 a seis diputados.
Duras críticas por no concurrir a las generales del 23J
La dirección del partido que se denomina ahora “liberal” decidió entonces renunciar a presentarse a las generales del 23 de julio de 2023, adelantadas por Pedro Sánchez ante el declive sufrido por el PSOE en la anterior doble cita de mayo.
La insólita decisión les costó a Vázquez y Guasp un sinfín de críticas. Poco después, la dirigente balear terminó tirando también la toalla. Su lugar lo ocupó el eurodiputado Jordi Cañas al ser el único que logró avales suficientes para optar al cargo. Vázquez, al que Bal acusó de querer “apropiarse de la caja del partido” (cerca de 11 millones de euros de remanente) con el fin de poder sufragarse la campaña para su supervivencia en Europa, fue a partir de ese momento la principal cabeza visible de Ciudadanos hasta que el pasado viernes puso punto final a su mandato tras fracasar en su intento de fusionarse con el PP.
Ahora todo está en el aire. De momento, el coordinador general del partido, el navarro Carlos Pérez-Nievas, ocupará transitoriamente el cargo de secretario general sin que ni siquiera haya una fecha para iniciar el proceso para elegir un nuevo o nueva secretario general, que debe fijar el Comité Nacional que se reunirá próximamente para aprobar la lista de las elecciones catalanas que con toda seguridad encabezará Carlos Carrizosa, el único que se ha postulado como candidato a la Generalitat. Pero para la sustitución de Vázquez no parece que haya prisa al estar todo pendiente de lo que pueda pasar en los próximos meses en esa doble cita con las urnas, crucial para Ciudadanos.
Sin candidatos para Euskadi y crisis en Catalunya
A pesar de quedarse por enésima vez sin líder, el partido se presentará a las catalanas y a las europeas, pero no a las vascas convocadas para el 21 de abril, una decisión que la dirección del partido decidía hace unos días. Y es que si en las catalanas y europeas lo tiene complicado, en Euskadi saben que no tiene nada qué hacer. Además de carecer de estructura orgánica, tampoco tienen aspirantes dispuestos a defender la marca. En las anteriores autonómicas celebradas en 2020 Ciudadanos concurrió en coalición con el PP con Carlos Iturgaiz encabezando la candidatura, como impuso Pablo Casado tras apartar a Alfonso Alonso, consiguiendo dos de los seis escaños del grupo compartido. Entonces Arrimadas negoció ir en una sola papeleta pero con las siglas de ambos partidos: PP + Cs. Los electos fueron José Manuel Gil y el entonces líder de la formación vasca, Luis Gordillo. Sin embargo, a mediados de la legislatura Gordillo se fue al PP. Por su parte, Gil anunció recientemente su retirada de la política.
Las dificultades para encontrar candidatos ya las sufrió el partido en las elecciones forales de Álava, Bizkaia y Gipuzkoa de mayo de 2023, dado que uno de los requisitos es que los aspirantes estén empadronados en los respectivos territorios. En las municipales de ese mes de mayo sí concurrieron en las capitales, pero fueron la decimoséptima fuerza política en Euskadi con apenas 767 votos.
En Catalunya, después de ganar el pulso a Vázquez, Carrizosa ha logrado salirse con la suya y repetirá como cabeza de lista sin necesidad de primarias al no tener ningún rival. El dirigente autonómico se había opuesto a diluir las siglas del partido en una única candidatura liderada por el PP por lo que Ciudadanos irá ahora en solitario aún a riesgo de desaparecer. En la actualidad tienen seis escaños pero ninguna encuesta les otorga ahora representación, mientras al PP, que tiene tres, le dan una notable subida.
Sin embargo, Carrizosa, que dice tener sondeos internos, está convencido de que sobrevivirán, al menos en Barcelona, si el voto de los socialistas desencantados con Sánchez y parte de los abstencionistas vuelven a confiar en su formación, como hicieron en 2017 cuando Ciudadanos fue la fuerza más votada en Catalunya con Arrimadas de candidata, aunque no pudo gobernar. Su teoría, como explicó en una entrevista en Onda Cero, es que si Ciudadanos se hubiese diluido en el PP lo habría hecho “en una lista embridada con unos intereses distintos a los que tienen los ciudadanos catalanes”. Por el contrario, sí hubieran llegado a un acuerdo con los populares con una propuesta de coalición, tenían grandes posibilidades “de arrastrar” al votante constitucionalista al haber garantizado “esa posición inamovible de la dignidad y libertad de la igualdad de los ciudadanos”. Pero, en su opinión, “está clarísimo” que el PP de Feijóo lo que quiere es “amoldarse al catalanismo” y abandonar su oposición frontal allí a Junts, un partido que “en el futuro les puede votar para llegar a la Moncloa”.
Quien no estará ya en esa candidatura será Anna Grau, que fue su número dos en los anteriores comicios. La periodista ha confirmado en su perfil de X su decisión de no integrarse en la candidatura de Carrizosa y de abandonar Ciudadanos para regresar de nuevo a su profesión.
“Ningún desengaño ni desilusión puede ni podrá nunca disminuir ese sueño. Ahora cierro esta etapa y vuelvo a ser una más de los que luchan por una Cataluña y una España mejor”, asegura, después de agradecer el cariño con el que fue acogida por los dirigentes de Ciudadanos cuando se afilió al partido en Madrid en 2019. Carrizosa le ha contestado, también en X: “Diste un paso muy valiente en 2021. Gracias por tu trabajo incansable durante la legislatura. Seguimos en la brecha en Ciutadans, la casa común de los valientes que es también la tuya”.
Europa se tuerce también para Ciudadanos
El fracaso de esas negociaciones con los de Feijóo ha obligado al partido a presentarse también en solitario a las europeas del 9 de junio, con malas perspectivas igualmente y muchas dificultades para sobrevivir. Allí el PP temía que si llegaban a algún acuerdo, después el grupo podría haberse dividido ya que cada partido pertenece a una 'familia' diferente: Ciudadanos a la de los liberales de Renew Europe, y el PP a la del Partido Popular Europeo–Demócratas Europeos. Fuentes del partido en Catalunya reconocen que un mal resultado allí dejará las perspectivas para Europa sumamente mermadas. “Hay que ser realistas”, afirman.
Aunque no se sabe oficialmente quién va a ser ahora el cabeza de lista, todo apunta a que al renunciar Adrián Vázquez, será el portavoz nacional, Jordi Cañas, quien se postule para el cargo. “Es que no hay nadie más”, reconocen las fuentes consultadas. De momento se sabe que Maite Pagazartundúa, una de las siete actas que tenía Ciudadanos en Bruselas, no repetirá en ninguna lista y dejará la política. Con su decisión pone fin a treinta años de carrera, que inició en Parlamento Vasco como diputada socialista y luego en UPyD y Ciudadanos
El ya ex secretario general, que sigue militando por ahora en Ciudadanos, no ha querido desvelar cuál será su futuro, aunque en una entrevista con el diario El Mundo tras su dimisión ha reconocido que le gustaría seguir trabajando en Bruselas. En ella, Vázquez no oculta su pesimismo sobre el futuro del partido y vaticina que este es “el final” de Ciudadanos. “Por desgracia, este proyecto que tanto ha significado para España no va a tener el final que merecía”, lamentaba. Al ser preguntado sobre si descartaba ir en la lista del PP, respondía: “Yo, hoy por hoy, lo único que le puedo asegurar es que me voy a ir a Galicia a descansar una semana”.