Sira Rego, número dos de Unidas Podemos en Europa, candidata de la Izquierda Unitaria a presidir la Eurocámara

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —

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Los principales grupos de la Eurocámara, populares, socialdemócratas, liberales y verdes, llevan reuniéndose desde el 26 de mayo para pactar la renovación de los principales cargos de la Unión Europea, lo que incluye la presidencia de la Eurocámara. Y la Izquierda Unitaria Europea (GUE, 38 escaños) ha decidido este miércoles, como ya hizo en 2014, presentar su propia candidatura, en tanto que no está participando en el reparto que están negociando las cuatro mayores familias políticas.

La decisión del GUE ha sido que Sira Rego, número dos de la candidatura encabezada por María Eugenia Rodríguez Palop, Unidas Podemos cambiar Europa, sea la candidata a la presidencia del Parlamento Europeo.

De acuerdo con una agenda aproximada prevista, Rego defenderá su candidatura con el resto de aspirantes el martes por la tarde, y las votaciones se celebrarán el miércoles por la mañana. Las votaciones se hacen por rondas en urna y son secretas: en cada ronda se elimina la persona menos votada.

¿Por qué ha elegido el GUE a Rego? “Si hay una lucha que está resultando impugnatoria en todo el mundo es la feminista”, afirma el grupo, “y España es uno de los países donde la movilización feminista está teniendo más impacto”.

Rego, dirigente de IU y exconcejal de Rivas Vaciamadrid, “representa al Sur, a los pueblos de la periferia y la subalternidad que ha impuesto el modelo de integración europeo”, afirman fuentes del GUE: “La izquierda europea quiere reclamar otro modelo de integración y de relacionarse entre los pueblos, donde los intereses de las clases populares estén en el centro”.

Además, prosiguen las fuentes del GUE, ha influido el hecho de ser española: “España luchó contra el fascismo y exportó la lucha antifascista al resto de Europa. Sira representa esa profunda tradición antifascista de la izquierda europea en un momento crítico”.

Y, por último, el GUE ha tenido en cuenta la confluencia española. “Frente a la división de la izquierda europea, que en las elecciones vimos cómo fue determinante para el debilitamiento de nuestro grupo”, consideran en el GUE, “Unidas Podemos representa un modelo de unidad, un proyecto de alianza entre la diversidad ideológica y política que tiene la izquierda”.

Que Rego sea la candidata del GUE también es fruto de las negociaciones internas del grupo, que afecta a sus órganos de gobierno. Así, mientras la española de IU se postula para presidir la Eurocámara, “el grupo ha decidido una presidencia temporal [hasta mediados de julio] en favor del jefe de la delegación de Die Linke, el alemán Martin Schirdewan, con las vicepresidencias de Marisa Matias [Bloco], Joao Ferreira (PCP] and el danés Nikolaj Vilumsen”.

La candidatura de Rego es la segunda que se ha hecho oficial, además de la de los ultraconservadores del ECR, el grupo de Vox, que han anunciado que presentan al checo Jan Zahradil.

Y eso es porque la negociación de las principales familias se encuentra bloqueada, hasta el punto de que la votación del presidente de la Eurocámara se va a pasar del martes 2 de julio al miércoles 3 de julio; y hasta el punto de que este domingo por la noche se celebra una cumbre extraordinaria que podría continuar el lunes 1 en forma de desayuno.

Es más, bien podría ocurrir que, por mucho que los líderes europeos quieran cerrar un paquete de renovación de cargos, al final el proceso vaya escalonado y el presidente de la Eurocámara, que es el primero que tiene que elegirse, haga de efecto dominó y condicione el resto: la presidencia de la Comisión, que debería votarse en la segunda plenaria del Parlamento Europeo, a partir del 15 de julio; la jefatura de la diplomacia europea, que va con el resto de comisarios, después del verano; la presidencia del Consejo Europeo, cuyo mandato arranca el 1 de enero de 2020; y la presidencia del BCE, que es algo más técnica y, de momento, no hay nombres sobre la mesa.

Y en función de si hay o no pacto, los liberales podrían promover a Guy Verhofstadt; los verdes, a Ska Keller; y socialistas y populares quizá puedan aprovechar para colocar ahí a sus candidatos a Comisión ahora en vía muerta: Manfred Weber y Frans Timmermans.