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Anatomía del choque entre UPyD y Ciudadanos

UPyD y Ciudadanos certificaron el pasado jueves que su relación es imposible por incompatibilidad de caracteres. Han bastado apenas cuatro citas para constatar lo que para muchos ha sido la “crónica de un fracaso anunciado” sobre la posibilidad de unir sus fuerzas. Al margen del desencuentro entre Rosa Díez y Albert Rivera, dentro de ambos partidos hay enquistada una rivalidad insalvable, alimentada por algunos de sus propios dirigentes desde sus inicios.

Las dos formaciones políticas abrieron hace apenas dos meses un proceso de negociación para “explorar” una posible alianza electoral de cara a las elecciones municipales y autonómicas de mayo. Eldiario.es ha trasladado a los responsables de ambas formaciones un cuestionario para entender las razones del desencuentro.

1. ¿Cuáles han sido, desde el punto de vista de su partido, los motivos que han conducido al fracaso de las negociaciones entre ambas formaciones?

2. ¿Hasta qué punto ha pesado en esta ruptura la escasa sintonía personal que hay entre Rosa Díez y Albert Rivera?

3. ¿Por qué UPyD no han aceptado ir en una lista única a las municipales y autonómicas, como proponía Rivera?

4. ¿La invitación en este sentido lanzada por su cuenta por Rivera ha “ayudado” a frustrar el acuerdo?

5. ¿A cuál de los dos partidos cree que va a perjudicar más este desencuentro en las elecciones de mayo?

6. ¿Hay alguna posibilidad de reconducir la situación o el cierre de puertas es definitivo?

7. ¿La militancia de su partido entenderá este fracaso?

8. ¿Ve riesgo de crisis interna o de que haya alguna disidencia en su partido después de la asunción de esta ruptura?

  • Ciudadanos. José Manuel Villegas, vicesecretario general y diputado autonómico de C's

1. Mirando todo el proceso con perspectiva, tenemos la sensación de que UPyD nunca quiso un acuerdo. De hecho, lapidaron a la persona que en su seno lo defendió públicamente: Sosa Wagner. Creemos que se vieron obligados por las presiones externas e internas a aceptar nuestra oferta de negociación, pero nunca tuvieron en mente el llegar a un acuerdo ambicioso que facilitara el reforzamiento de una tercera vía reformista en España.

2. No pensamos que se trate de un tema de sintonías personales. Creemos que se trata de diferentes estrategias. La de Ciudadanos es una estrategia que tiene como meta reformar España en los próximos años. Y pensamos que UPyD tiene una estrategia de conservar sus siglas y sus cargos y, si es posible, crecer un poquito. Desde Ciudadanos creemos que la sociedad española lo que necesita ahora son grandes proyectos que se puedan contraponer al inmovilismo de unos y a los populismos presuntamente revolucionarios de otros.

3. Bueno, las razones expuestas han sido variopintas. Se ha dicho que era una propuesta de máximos, una propuesta demasiado ambiciosa. No creemos que eso sea un defecto. Luego se han puesto sobre la mesa distintos aspectos de nuestro funcionamiento que no les gustaban. Muchos de ellos, falsos. Pero, en todo caso, nosotros pusimos sobre la mesa la solución: si no gustan nuestros estatutos, o nuestros reglamentos o nuestra web, hagamos tabla rasa. Fusionemos los partidos en un congreso fundacional y entre todos los afiliados creemos un partido nuevo, moderno, con lo mejor de UPyD y de Ciudadanos. Tampoco fue aceptada esta propuesta.

Al final, nuestra estrategia era poner en valor lo que nos une; y la suya, buscar aquello que nos puede separar para crear excusas que permitan argumentar un 'no' al acuerdo.

4. Lo que hizo Albert Rivera fue hacer público un acuerdo de la ejecutiva de nuestro partido que ponía sobre la mesa una propuesta de acuerdo sobre la que discutir. Entenderíamos cierto enfado si las declaraciones hubieran sido de críticas hacia UPyD, pero ante un acuerdo en el que decíamos que queríamos ir juntos, con ellos, en un proyecto político compartido, nos ha sorprendido su aparente enfado. En todo caso, parece que cuando no hay voluntad de acuerdo se fabrican excusas de cualquier cosa.

5. La negativa de UPyD es un contratiempo en el camino para ese proyecto grande que plantea las reformas que los ciudadanos españoles necesitan, pero en todo caso Ciudadanos va a seguir adelante con ese proyecto y está dispuesto a ser el banderín de enganche de todos aquellos españoles que son conscientes de los graves problemas que tiene nuestro país, pero que a su vez piensan que esos problemas no se arreglan rompiendo España sino reformándola.

6. Queda claro que con la actual dirección de UPyD no es posible el acuerdo. Pero entendemos que mucha de la gente que en algún momento ha confiado en ese partido es hoy plenamente consciente de que la decisión de su cúpula no puede frenar la conformación de una gran alternativa, centrada y reformista, que se enfrente a los viejos partidos y aporte nuevas soluciones y nuevas políticas.

7. Creemos que en este proceso ha quedado muy claro quién no acepta la propuesta de acuerdo y, por tanto, será la cúpula de UPyD la que deberá explicar a sus militantes y a todos los ciudadanos españoles sus razones para preferir que concurramos por separado a las próximas elecciones autonómicas y municipales.

8. Desde el punto de vista de Ciudadanos no existe ningún riego de ese tipo. Al contrario, en las últimas horas han aumentado las solicitudes de afiliación a nuestro partido y sospechamos que muchas de ellas pueden provenir de gente que está desencantada con la postura de UPyD pero que está ilusionada con este proyecto ambicioso y transformador que es Ciudadanos.

UPyD. Carlos Martínez Gorriarán, responsable de Programa y Acción Política y diputado nacional de UPyD

1. Ciudadanos no quería negociar nada que no fuera una 'opa' hostil: han incumplido todo lo acordado para negociar, han recurrido a los medios para informarnos, han tratado de imponer reglas y objetivos de la negociación, y se han levantado de la mesa unilateralmente cuando les hemos pedido información básica como sus acuerdos con partidos locales y fichaje de tránsfugas. O sea, no querían acuerdos sino explotar a su favor un ultimátum del tipo 'lo coges o lo dejas'.

2. No tiene nada que ver con el fondo ni la forma del asunto. Albert Rivera se pasea por las tertulias con el mensaje 'la tercera vía soy yo, los demás debéis someteros'. Marketing personal rentable, quizás, pero de contenido político cero.

3. La pregunta es por qué deberíamos aceptar un ultimátum agresivo y ofensivo. Hemos hecho propuestas de colaboración a Ciudadanos que no han aceptado: en el Parlamento Europeo (donde han apoyado a Cañete y Juncker, contra nuestro criterio), que se sumen a las querellas contra Mas en Cataluña, o en el futuro en otras instituciones donde podamos encontrarnos, pero no les interesa. Estamos muy decepcionados porque, si rechazan acuerdos así de concretos y claros, es obvio que los grandes acuerdos que proponen son una impostura.

4. No sé a qué invitación se refiere. Un ultimátum no es una invitación, es una agresión, una muestra de prepotencia personal y, además, bastante patética. Le da lo mismo una fusión que una coalición o lo que sea, es decir, pura confusión. La política exige, para sumar, otra actitud más inclusiva, constructiva e inteligente, no ejercicios de narcisismo.

5. No es un asunto que me preocupe: me preocupa la crisis y deterioro de la democracia española, que degenera velozmente hacia una oligarquía corrupta. Creo que no debemos perder un minuto más en pequeñeces como esta en un país arruinado, con seis millones de parados y atacado por el nacionalismo.

6. Nada es definitivo. Si Ciudadanos quiere acuerdos auténticos con valor político, los estudiaremos con ánimo constructivo. Estamos dispuestos a hacer, aportar y arriesgar. Pero lo primero es respetar al otro y tratarle como a un igual, y no como a un instrumento. Sin esa premisa ética, nada es posible.

7. La militancia de UPyD estaría en Ciudadanos si creyera que ese es su partido. O en otro partido. Nadie está aquí a la fuerza, ni por motivos inconfesables. Fracaso, el de quienes no entienden esto y no respetan a UPyD ni el significado del compromiso con un proyecto de regeneración de la democracia.

8. No. Se les olvida que en el congreso de noviembre de 2013 nadie defendió la desaparición de UPyD. Nadie defiende pactos sin sentido, ni con Rivera ni con nadie. Como ha dicho Fernando Savater: acuerdos sí, fusiones o confusiones, ninguna.