Varias ONG y movimientos sociales han publicado este jueves un manifiesto contra el candidato ultraderechista Jair Bolsonaro, líder en los sondeos de cara a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Brasil, y alertaron de que “pondrá un punto final a todos los activismos” del país.
“Se trata de una amenaza inaceptable a nuestra libertad de actuación”, recoge el escrito, que cuenta hasta el momento con unas 4.000 adhesiones entre personas físicas, colectivos, movimientos sociales y diversas organizaciones, entre ellas Greenpeace. “Callar a la sociedad civil, como anuncia Jair Bolsonaro, es práctica recurrente en regímenes autoritarios. No podemos aceptar que eso pase en Brasil”, añade el texto.
El polémico aspirante, defensor de la dictadura militar (1964-1985) y de la liberación de la venta de armas, dijo tras ganar la primera vuelta de los comicios el pasado domingo que Brasil “no puede continuar flirteando con el comunismo y el socialismo” y que pondría “un punto final a todos los activismos” del país.
“Bolsonaro afirmó su deseo de acabar con la actuación de las organizaciones de la sociedad civil”, lo que representa “una amenaza más a nuestra democracia propagada por esa candidatura”, destacan las organizaciones. Las ONG denuncian que ese comentario supone una “afronta a la Constitución, que garantiza los derechos de asociación y asamblea en Brasil” y “refuerza una postura de excluir a la sociedad civil organizada de los debates públicos”.
El polémico capitán en la reserva del Ejército obtuvo el pasado domingo un 46% de los votos frente al 29% del progresista Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores (PT), con quien se medirá el 28 de octubre en la segunda vuelta.
Según un sondeo divulgado este miércoles por la firma Datafolha, Bolsonaro ganaría la segunda vuelta con un 58% de los votos válidos frente al 42% que obtendría Haddad, sucesor en la disputa del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, preso por corrupción e inhabilitado políticamente por su situación jurídica.
Las organizaciones advierten que con Bolsonaro no solo se verán afectados “el trabajo de 820.000 organizaciones” en el país o “la vida de millones de ciudadanos activistas”, sino también “la propia democracia” brasileña. “Más que nunca, Brasil necesita un gobierno abierto al diálogo, que se proponga conducir la nación junto con los diferentes sectores, respetando la diversidad de opiniones e ideas sobre las propuestas y rumbos para el país”, destacan. También piden que “el desprecio por los movimientos sociales y entidades de la sociedad civil” manifestado por Bolsonaro “sea considerado por todos a la hora de decidir el voto”.