La vicepresidenta calla ante las acusaciones del PSOE de querer amordazar a la prensa

El PSOE ha recogido el enfado de la prensa por su falta de libertad para dirigir preguntas al presidente del Gobierno y se lo ha afeado a la vicepresidenta durante la sesión de control en el Congreso. La portavoz socialista, Soraya Rodríguez, ha acusado a Soraya Sáenz de Santamaría, como responsable última de la comunicación de Moncloa, de pretender “amordazar” a los medios igual que hará la Ley de Seguridad Ciudadana con los que protesten en las calles contra los recortes. La vicepresidenta ha dado la callada por respuesta.

Sáenz de Santamaría ha preferido extenderse en acusar al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero de haber subido la factura de la luz un 67% y dejar un déficit tarifario de 23.000 millones de euros por “falta de coraje”. Sobre la polémica por la compra de un camión antidisturbios, también ha recurrido al y tú más y ha recordado que Alfredo Pérez Rubalcaba ordenó la licitación de un millón y medio de euros para comprar gases lacrimógenos antes de dejar el Ministerio del Interior: “Eso da también para muchas manifestaciones”.

“Le voy a contestar a las dos”, ha prometido la número dos del Gobierno cuando la diputada socialista le ha interrogado por el nuevo sistema fijado desde Moncloa para las ruedas de prensa y por la negativa del PP a impedir que se corte la luz o el gas a quienes no pueden pagar las facturas. Pero solo ha acabado contestando a la primera.

Los medios de comunicación también han salido a relucir cuando ha llegado el turno de Cristóbal Montoro. El titular de Hacienda ha pedido públicamente perdón “por si alguno se sintió intimidado” por sus declaraciones sobre su puesta al día en materia de impuestos. “Son la columna de la democracia y tienen todo mi respeto”, ha dicho el ministro para intentar calmar los ánimos ante los reproches del PSOE por señalar a los periodistas después de haber hecho lo mismo con otros colectivos como los artistas y algunos partidos políticos como IU.

Según Montoro, no pretendía intimidar ni coaccionar sino “estimular el pago” de los impuestos aunque ha defendido que en ningún caso se refirió a casos concretos sino a “situaciones generales”.