La designación de Juan Manuel Moreno Bonilla como nuevo presidente del PP andaluz contará con una fuerte presencia de miembros del Gobierno en el congreso de este fin de semana. Mientras María Dolores de Cospedal evitó confirmar hasta última hora si asistiría a la cita después de haberse resistido a telefonear a Moreno durante días, a Soraya Sáenz de Santamaría le ha faltado tiempo para anunciar que estará allí para arroparle ya que, además de secretario de Estado, es su amigo personal. Ana Mato, Cristóbal Montoro y Fátima Báñez también estarán presentes.
Según explican fuentes del Ejecutivo, están invitados por el propio Moreno un buen grupo de secretarios y subsecretarios de Estado con los que Moreno ha compartido tareas durante los dos años que ha estado al frente de la secretaría de Estado de Servicios Sociales e Igualdad a las órdenes de la ministra Mato.
La elección de Moreno desde Moncloa ha provocado una agria polémica en el PP por la desautorización de la secretaria general. Aunque Cospedal no se había pronunciado públicamente a favor de José Luis Sanz, el alcalde de Tomares (Sevilla) era su preferido y con ella coincidía el aparato regional. Pero la decisión no convencía al presidente del Gobierno, que estiró los plazos y finalmente apostó por Moreno cuando la presentación de candidaturas llegaba a su fin.
Con la renuncia de Sanz a ser candidato, ganaba también Javier Arenas, cuyas relaciones con Cospedal son muy distantes desde hace tiempo. La discusión por el trato dado a Luis Bárcenas aún las enfrió más.
El hecho de que Cospedal delegara en Carlos Floriano la llamada oficial para informar a Moreno y que evitara hablar con él durante días hizo que fuera más visible el enfado de la máxima responsable de Génova. Finalmente, ambos hablaron hace una semana. Según Cospedal, si no lo había hecho antes fue por falta de tiempo para llamarle por teléfono. “Hablé con él cuando pude. No hay más misterio”, fue toda la explicación que dio.
Que Cospedal no haya disimulado en ningún momento sus reticencias ni se haya molestado en elogiar a Moreno cada vez que se le ha preguntado por sus virtudes, no ha hecho más que aumentar la polémica. De hecho, también ha sido reticente para anunciar si iría o no al congreso de Sevilla cuya inauguración, como en todos los cónclaves regionales, suele ser cosa del secretario general.
Sus reparos movieron a que en el asunto tomaran parte otros cargos del PP, como el portavoz en el Congreso. Alfonso Alonso, un hombre muy cercano a la vicepresidenta, metió baza y declaró que la secretaria general no podía faltar porque entraba dentro de sus obligaciones. “Naturalmente que debe ir, como a todos los congresos”, dijo Alonso. Hace sólo cuatro días, Cospedal confirmó que tomará parte en la apertura y que pronunciará un discurso.
Moreno seguirá una semana más como secretario de Estado ya que el Consejo de Ministros no tiene previsto su cese hasta el viernes 7 de marzo. En los últimos días, el futuro presidente del PP andaluz ha emprendido una gira por las ocho provincias andaluzas para explicar su proyecto de desbancar a Susana Díaz al frente de la Junta.