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Si el CIS ya no pregunta a los ciudadanos qué opinión tienen sobre la Monarquía, es por meros “criterios técnicos” y no por los recientes escándalos protagonizados por el rey y sus familiares. Así ha explicado la vicepresidenta del Gobierno el silencio de la encuesta desde que la Corona suspendiera por primera vez en octubre de 2011 con una nota de 4,89. El silencio desde hace año y medio no ha sido justificado por Soraya Sáenz de Santamaría pese a que depende de su ministerio. Sólo ha dicho que confía en que lo volverá a hacer en próximos barómetros sin dar más detalles.
La número dos del Gobierno tampoco ha sido más explícita sobre cómo afectará a la Iglesia la nueva ley de transparencia. Como con la Corona y con otras instituciones que no son administraciones públicas pero sí se financian con el dinero de los ciudadanos, el Gobierno no quiere dar pistas sobre cómo será el régimen especial pensado para ellas y qué parte de su gestión económica podrá ser conocida públicamente.
Retraso de la ley del aborto
Sáenz de Santamaría también ha dado largas a la Conferencia Episcopal, enfadada por el retraso de la nueva ley del aborto y la negativa del Gobierno a derogar el matrimonio gay. Después de que Rouco Varela abroncara al Ejecutivo el mismo día que Mariano Rajoy se reunía en Roma con el Papa, el PP intenta ofrecer a la opinión pública la imagen de que no actúa al dictado de los obispos como hacía cuando gobernaba Zapatero al secundar todas las manifestaciones convocadas por la jerarquía. Si Alfonso Alonso ha especulado esta semana con que a lo mejor la nueva ley “no les gusta a los obispos”, la vicepresidenta ha insistido en que el Gobierno tiene “sus propios criterios” aunque escucha “todas las opiniones”.
El anteproyecto de ley que Rouco exige que esté listo ya “para proteger la vida del no nacido” aún está en el ministerio de Justicia y no ha llegado a ser revisado por la comisión de subsecretarios. De todas formas, los criterios con los que trabaja Alberto Ruiz Gallardón para presentar la nueva norma antes del verano no se alejan mucho de lo que quiere la Iglesia. El ministro ya ha avanzado que obedecerá en cuanto a la “protección del no nacido” y ha avanzado que la malformación fetal no será motivo para interrumpir el embarzo. También exigirá el permiso paterno a las menores que quieran abortar.
Ciudadanos “antisistema”
Preguntada por las recientes declaraciones de Mª Dolores de Cospedal acerca del nazismo y los escraches, la vicepresidenta evitó respaldarla. Pero sí volvió a cargar contra esta forma de protesta y llamó “antisistema” a los ciudadanos que participan en ellas. “Cuando uno se salta las normas, se coloca fuera del sistema democrático”, declaró. En todo momento se refirió a los escraches como “acosos” e insistió en que los ciudadanos deben manifiestarse “donde corresponde” pero sin que afecte a las familias de los políticos. Aunque evitó hablar directamente de su hijo, sí se refirió a los casos “en que hay menores que no pueden protegerse por sí mismos”.