El juez del caso Villarejo, Manuel García Castellón, acaba de elevar una exposición razonada al Consejo de Ministros para que levante el secreto sobre todos los fondos reservados recibidos por el comisario Enrique García Castaño, uno de los principales investigados en la causa, entre 2005 y 2017.
El mando policial, ya jubilado, ha intentado en varias ocasiones aludir a la Operación Catalunya durante sus últimas declaraciones ante el juez, siendo interrumpido por no ser objeto de los hechos que se investigan hasta ahora en el caso Villarejo u Operación Tándem. La Operación Catalunya consistió en la investigación prospectiva y sin control judicial de políticos soberanistas para la elaboración de informes que no llegaban al juzgado y eran publicados por determinados medios de comunicación.
García Castaño, conocido en la Policía como El Gordo, ha presentado varios escritos solicitando lo que ahora acuerda el juez con el apoyo de la Fiscalía Anticorrupción para, dice, poder defenderse. Recientemente, el Gordo declaró durante más de tres horas en el marco de la pieza sobre el espionaje a Bárcenas con fondos reservado.
Según fuentes jurídicas, García Castaño, destituido en febrero de 2017 de la Comisaría General de Información, admitió haber participado en la Operación Kitchen y haber entrado sin autorización judicial en un piso de los Bárcenas. También habló de su trato directo con el entonces secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, y su participación en la Operación Kitchen.
García Castellón solicita que se desclasifiquen “las cuentas con cargo a los fondos reservados estuviere asignada a la Comisaría General de Información o la Unidad Central de Apoyo Operativo (la UCAO que dirigía El Gordo) que se hubieran entregado al investigado Enrique García Castaño desde el año 2005 hasta la fecha de su cese en la Comisaría General de Información (en 2017)”.
El juez también pide al Gobierno que desclasifique la “instrucción o normativa del Ministerio del Interior que regule el control de los fondos reservados dictada en el año 1995 y que se encontraría igualmente vigente y que se encontraría directamente relacionada con la gestión de aquella por aquel comisario de policía”.
García Castaño dirigió la UCAO durante más de dos décadas y está vinculado a los encargos “sensibles” de varios gobiernos. Su unidad era la encargada de los seguimientos, aparatos de escucha y captación de fuentes y confidentes, tanto para la lucha antiterrorista como para cualquier otra modalidad de crimen especializado, como la corrupción.
En el auto que acompaña a la exposición razonada, el juez explica que García Castaño y cualquier policía que sea citado como testigo o investigado pueda referirse a la materia que se desclasifique sin incurrir en revelación de secretos.