Villarejo sale de la cárcel cuando la mitad de sus grabaciones siguen encriptadas
La detención del comisario de Policía José Manuel Villarejo Pérez el 3 de noviembre de 2017 obligó a contener la respiración a una parte de la élite del país. El balance de la macrocausa que instruye la Audiencia Nacional tres años después justifica aquella preocupación en políticos, mandos policiales, empresarios y banqueros que han desfilado por el tribunal especial desde que comenzara la instrucción del caso Tándem.
Tres años después, la salida de la cárcel de Villarejo en libertad provisional vuelve a agitar la memoria de los tratos inconfesables con el policía: él tiene la llave del acceso a un archivo ingente de información cuando los investigadores solo han podido acceder a una cifra entre el 49 y el 51% de todo material digital incautado debido a las claves que lo protegen, según informan a elDiario.es fuentes del caso.
Con el otro 50% que forman la treintena de piezas separadas ha sido imputado un exministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, por dirigir la “operación parapolicial” más grave desde los GAL; se ha visto obligada a abandonar la política la ex secretaria general del PP María Dolores de Cospedal; está imputado el segundo banco del país, el BBVA; y una de las investigaciones se centra en los contratos con el comisario de la primera eléctrica, Iberdrola.
Revelaciones sobre el anterior jefe del Estado
El anterior jefe del Estado, Juan Carlos I, se vio afectado por la pieza que lleva por nombre el de pila de su antigua pareja sentimental, Corinna Larsen. Es precisamente esta pieza, archivada por dos veces, la que sintetiza el peligro que representa para muchos todavía el archivo de Villarejo: los audios que la integran fueron publicados por El Español y Okdiario cuando no formaban parte de ninguna investigación judicial.
Ocurrió lo mismo con una serie de grabaciones inéditas que publicó moncloa.com y que, o formaban partes de piezas secretas o siguen a día de hoy sin estar incorporadas a la causa. Y si no están en manos del juez es porque pertenecen a una copia distinta a la que está en manos de los investigadores y cuyo contenido aún se intenta desencriptar.
La relevancia de aquellas grabaciones a Corinna Larsen, en las que la mujer atribuía varios delitos a Juan Carlos I, trascendió las fronteras judiciales. El fiscal de Ginebra Yves Bertossa abrió una investigación a raíz de su publicación en los dos medios citados, antes de que se conociera la investigación judicial sobre esas grabaciones, y a día de hoy mantiene imputados por blanqueo agravado de capitales a la propia Larsen, y a los gestores de la fortuna de Juan Carlos I en Suiza, Arturo Fasana y Dante Canónica.
Las revelaciones de la investigación suiza han supuesto un terremoto en la actualidad española. Por esas pesquisas se conocen los 65 millones procedentes de Arabia Saudí que recibió Juan Carlos I en 2008 o los 8 millones de euros en vuelos pagados por la fundación Zagatka al rey emérito, que han provocado una regularización extraordinaria por su parte de 4,4 millones a la Hacienda española.
Hasta el momento, Villarejo se ha negado a facilitar las claves que protegen su enorme patrimonio digital. Las piezas se han ido formando según la Unidad de Investigación Tecnológica (UIT) de la Policía, el Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe), dependiente de Economía, y el Centro Criptológico Nacional del CNI han ido aportando sus progresos a los investigadores.
La Unidad de Asuntos Internos, que trabaja en funciones de policía judicial a las órdenes del magistrado instructor, elabora unos atestados con lo que considera son indicios delictivos de un dosier de Villarejo concreto, la Fiscalía se posiciona y el juez decreta la apertura de la pieza.
Mención a los “40 terabytes” a las puertas de prisión
Tocado por la bandera de España en su mascarilla y chaqueta, con gorra y parche en el ojo debido a una afectación reciente, Villarejo salió de la cárcel de Estremera pasadas las 18:40 de este miércoles. En su intervención ante los medios se refirió a los “40 terabytes” que se le incautaron, volviendo a criticar que no haya sido entregada una copia a su defensa con el pretexto, según él, de que los distintos organismos que han tenido acceso al mismo no han podido desencriptarlo.
Una grabación del comisario en febrero de 2017, nueve meses antes de su detención y cuando ya estaba en el ojo del huracán, recoge una conversación del propio Villarejo con un periodista en la que el policía advierte al reproducir el escenario de un hipotético arresto: “No se preocupe porque la rompa porque tengo muchas copias (...) ¡Pero tonto, si tengo siete copias obviamente! Tengo siete copias y tres de ellas en el extranjero”.
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