“Sabían lo que hacían y estaban coordinados porque tardaron dos minutos en marcharse”

“Pasamos mucho miedo. Sobre todo por el barullo que venía de abajo”, explican a eldiario.es dos trabajadoras de la librería Blanquerna, donde se celebró el acto conmemorativa de la Diada en Madrid donde irrumpieron quince violentos al grito de “No se nos engaña, Cataluña es España” e “Hispanidad, catalanidad”.

“Estábamos en la entrada cuando un grupo de quince personas forzó la puerta, que se abre lentamente, y bajó corriendo”, señala una de las empleadas que explica que estuvieron unos dos minutos en la sala donde tenía lugar el evento, que estaba a punto de empezar.

“Sabían lo que hacían y estaban coordinados porque tardaron dos minutos en marcharse”, apunta la otra empleada, que lamenta todo el mobiliario que “lanzaron por los aires”. “La Policía tardó en llegar cinco minutos desde que llamamos, pero los agresores se fueron corriendo dos minutos después de irrumpir en la sala”, añade.

El Samur atendió a varias personas y efectivos de toxicología analizaron el espacio, que se mantuvo en “cuarentena” y el acto tuvo que celebrarse en un patio aledaño, según el testimonio de las testigos.

Hoy la librería tiene su puerta principal cerrada e intenta recuperar la normalidad, a pesar del ir y venir de los periodistas que se interesan por lo ocurrido.

Era “imprevisible”

El delegado del Gobierno catalán en Madrid, Josep Maria Bosch, explica que no solicitaron presencia policial para el evento porque era “imprevisible” que el ataque sucediera. “No lo solicitamos, aunque podríamos haberlo hecho”, añade. “La propia policía está sorprendida de que este grupo diera este paso, porque lo tienen perfectamente identificado”, indica Bosch.

Además, contaban con la presencia de los escoltas de los altos cargos que iban a acudir a la celebración de la Diada, como el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, que finalmente no asistió.

La policía ha detenido a seis de los quince agresores, cuyas edades van desde los 20 hasta los 50 años, según los asistentes, y entre los que se encontraba una mujer que es una de las arrestadas.

El delegado del Gobierno catalán espera que se trate de un hecho aislado y que no tengan que incrementar la seguridad en sus actos. “La seguridad es un corsé y un inconveniente. Esperamos que podamos evitarla. Este es un centro cultural donde no se provoca a nadie”, sentencia.