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“No somos violentos, solo nos defendemos de la represión”

Miles de personas acuden a la concentración convocada por los CDR bajo el lema "Olimpiada Republicana", este jueves en los Jardinets de Gràcia de Barcelona.

EFE

Barcelona —

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Los CDR y Tsunami Democràtic han sabido cautivar con sus convocatorias a miles de jóvenes que están convencidos de que su futuro “en el Estado español” es sinónimo de “represión” y que consideran que, dado que la vía pacífica no ha dado los frutos que esperaban, es necesario “pasar a la acción”.

Dicen estar “decepcionados” con “todos los políticos”, también con los independentistas, que han dado “un paso atrás”, señala Guillem, de 19 años.

“El pueblo tiene que defenderse porque nadie más lo hará por nosotros”, asegura.

A la llamada de los CDR de acudir este jueves a Jardinets de Gràcia, en Barcelona, acuden como en días anteriores varios centenares, la mayoría menores de 25 años, entre ellos menores de edad.

A través del móvil han recibido la indicación del día: “Trae tu pelota, tu chándal y anhelos de libertad”, decía la convocatoria.

Pero en la adolescencia, la estética no se descuida y muchos manifestantes llevan su look estudiado. Además, estas concentraciones se han convertido en una actividad social y un momento “emocionante” para una generación que se siente estos días en la calle defendiendo sus “derechos como pueblo”, explica Meritxell, de 22 años y estudiante de Farmacia.

Algunos llevan banderas independentistas, otros no. Todos están de acuerdo, eso sí, en que la sentencia del procés fue “injusta”.

“A mi no me interesaba la política, y durante el 1 de octubre me enteraba menos, porque era más pequeña, pero ahora, no sé, no me parece bien que no haya derechos fundamentales y así”, apunta Carla, de 16 años, que ha acudido con sus dos amigas de clase y a la que su madre le ha dado la consigna, cuenta, de que en la manifestación “tenga cabeza”.

Muchas manos están ocupadas con latas de cerveza, que luego acaban en papeleras completamente desbordadas.

De vez en cuando los manifestantes oyen sobrevolar sobre sus cabezas un helicóptero policial, al que algunos dedican un corte de mangas entre gritos de “Fuera las fuerzas de represión”.

A los corrillos de partidas de cartas y toques de balón llegan algunos panfletos de los CDR con el título “Puente aéreo/Hong Kong- Barcelona” con consejos sobre cómo actuar en las marchas “en legítima defensa”.

“Vosotros nos habéis enseñado que la acción pacífica no da resultado”, dice la publicación de Tsunami Democràtic que apunta recomendaciones para manifestantes como “colocarse celofán alrededor de brazos y piernas para evitar las irritaciones provocadas por los gases lacrimógenos”.

“No somos violentos, solo nos defendemos de la represión”, argumenta Joan, de 18 años, que estudia Diseño en una universidad privada y dice no ver futuro para él “tal y como están las cosas”.

“Pues no sé cómo sería en la Cataluña independiente, pero seguro que mejor que esto”, añade, aunque estas acciones, insiste, no van solo de independencia.

Sobre la quema de contenedores y otros episodios de violencia en las movilizaciones de los CDR de esta semana, la mayoría de los jóvenes preguntados por Efe lo relativizan: “Es que todas las luchas han sido así”.

“Hace 100 años no existía la jornada de 8 horas y entonces también hubo que luchar. No hay otra que pasar a la acción”, asegura Carla, de 23 años y que ha terminado estudios de fisioterapia.

En los laterales de paseo de Gracia, donde se sitúan las tiendas de lujo de la ciudad, y alejados del epicentro de la protesta, manifestantes de más edad muestran su solidaridad con los jóvenes.

Algunos han acompañado a sus hijos y explican que si hay “lío” se marcharán. “Les acompañas y estamos orgullosos de que se impliquen políticamente pero hay que ir con ojo cuando empiecen a actuar los infiltrados”, explican.

La actitud de unos y otros hacia la prensa es de desconfianza, también entre los más jóvenes. La primera pregunta siempre es: “¿Pero de qué medio eres?”.

“Prensa española manipuladora” es desde el 1-O uno de los cánticos más recurrentes.

“Es que ya estamos hartos de ver manipulación en las televisiones españolas, dicen que somos violentos porque quieren criminalizar el independentismo”, dice Joan Maria, de 68 años.

“Yo me quedaría al final pero ya no tengo edad”, añade a Efe.

Lara Malvesí

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