El discurso xenófobo, el punitivismo, la antipolítica y su papel al margen de los medios están detrás de la irrupción del esparcidor de bulos y agitador ultra Luis 'Alvise' Pérez en las elecciones europeas del domingo. Es la conclusión de los propios votantes de la agrupación 'Se acabó la fiesta', encabezada por el ultraderechista, que obtuvo 800.000 votos en su primera cita con las urnas y entrará en el nuevo parlamento comunitario con tres eurodiputados.
En Cartagena, la candidatura de Alvise obtuvo el apoyo del 7,73% de los electores, más de tres puntos por encima de la media nacional. 5.540 cartageneros depositaron su papeleta en las urnas y, entre ellos, Nerea García, de 28 años. Ella estuvo en la quedada en la plaza de España de la ciudad portuaria que el agitador organizó el 30 de mayo, y se sorprendió por la manera magnánima que tiene de expresarse, megáfono en mano.
“Me parece que busca un voto fácil, porque habla de manera directa, agresiva, quizás un poco populista. Pero es que dice verdades”, cuenta. “Nos hace que abramos los ojos, que veamos que estamos ante un problema y que tenemos que reaccionar”, añade. En aquella concentración estuvieron centenares de personas que se sacaron 'selfies' con el agitador ultra y lo reverenciaron como a una estrella de la música.
Las principales preocupaciones de García, que es madre de un niño de siete años y trabaja en el centro logístico de Amazon en Murcia, giran en torno a tres ejes muy reivindicados por el agitador antisistema. Por eso decidió confiar en él el 9J. “Me ha convencido porque quiere dar solución a la inmigración masiva, a los delitos de pedofilia y a la corrupción política. Son cosas que no puedo tolerar. Pienso que las leyes en España son demasiado suaves. Me da terror que a mi hijo le pase algo, quiero sentirme segura y vivir en un Estado que no nos robe. No quiero a ladrones en mi país”, explica.
Sospechas sobre el sistema electoral
“Alvise me ha dado pruebas de un montón de casos en su canal de Telegram”, continúa García, obviando que la mayoría de esos contenidos son bulos. Además, asevera que el propagandista sevillano, al que conoció a través de un anuncio en Instagram, “se anticipa a las noticias que nadie más da”. “Y todas documentadas”, apostilla, sin entrar en detalles ni reconocer que, principalmente, lo que difunde el agitador son 'fake news'.
Nerea García es exvotante de Vox, partido al que acusa de ciertas “corrupciones” que, dice, Alvise también “destapó”. Si mañana mismo hubiese unas elecciones generales, la joven asegura que volvería a repetir el signo de su voto. Eso sí, tiene una ligera sospecha con respecto al pasado domingo. Cree, sin pruebas, que Alvise no recibió 800.000 votos en estas europeas, sino muchos más. “Con el sistema que tenemos, es muy fácil mentir en las mesas electorales. Eso también prometió cambiarlo”, manifiesta.
Félix José Prieto tiene 39 años y es de Nájera, un pueblo de 8.000 habitantes de La Rioja. Se considera de derechas, cuenta que siempre ha votado al PP pero confiesa, como Nerea García, que en los últimos años había optado por Vox. “Empecé a seguir a Alvise hace cuatro años por Twitter y hace dos más a fondo así que cuando empezó a coger firmas para presentarse a las europeas, me uní al proyecto”, cuenta. En su opinión, el agitador es ahora mismo la persona que mejor representa “a todos los españoles” porque “dice lo que piensan muchos pero no se atreven a decir para que no les llamen fachas o racistas”.
Lo primero que le convenció es que “dijo que como eurodiputado no iba a cobrar un euro porque no le hace falta el dinero e iba a cambiar las leyes, que es lo que hace falta en este país”. Se trata de una premisa no del todo cierta porque, en realidad, lo que ha prometido Alvise es sortear su salario que en el caso de los eurodiputados asciende hasta los 8.000 euros mensuales. Por ahora no ha detallado cómo hará ese supuesto sorteo.
Félix, 39 años: “Hay asesinos con más derechos que los inocentes”
En cuanto a las promesas del agitador, a Prieto le interesan especialmente los asuntos relacionados con la delincuencia. “No puede ser que hoy en día haya corruptos que no entren en la cárcel. Hay asesinos y violadores con más derechos que las personas inocentes y trabajadoras. Entran en la cárcel y les dan estudios y hasta piscina y luego salen en cuatro días cobrando paro”, concluye.
Precisamente una de las pocas propuestas concretas de Alvise es la construcción de un centro penitenciario gigantesco en el este de Madrid para meter a 40.000 personas entre migrantes, políticos y criminales. El agitador ultra bebe de la política penitenciaria salvadoreña del presidente de ese país, Nayib Bukele, al que aspira a adelantar. “Bukele se queda blando”, dijo en DistritoTV antes de anunciar que pretende introducir los trabajos forzados. Lo hará, asegura, a través de una modificación de la Constitución.
Su discurso pasa por afirmar que los criminales, sobre todo los que además son migrantes sin papeles, viven en las cárceles mejor que los españoles en sus casas. Y su objetivo, ha dicho, es que estén “como pollitos en una granja, pagando con trabajo”. Meterá en la cárcel, además, a todo aquel que lleve un tatuaje que recuerde a una banda criminal.
“Dice sólo cosas sensatas que también otros dicen pero no las cumplen”, considera Prieto, uno de sus votantes en La Rioja. Se refiere a Vox y apunta que “Abascal dice cosas muy buenas pero luego es muy radical en cosas que no hay que serlo como los gays, eso de decir que los niños tienen que tener un padre y una madre cuando la realidad es que hay parejas de dos hombres o dos mujeres que pueden criar a un niño perfectamente y dándoles mucho cariño”.
Tiene claro que 'Se acabó la fiesta' no es una moda ni una respuesta coyuntural a la situación actual. “Si en una semana haciéndole campaña y sin que nadie le conociera hemos conseguido esto, ahora va a crecer como la espuma porque yo veo que le hablaba de él a la gente y no lo conocían pero les ponía sus vídeos y les convencía. Les decía que había que darle un voto de confianza y ahora que es eurodiputado ya nadie podrá callarle”, afirma.
José, 35 años: “Ha ido contra viento y marea”
“Mi voto se lo ganó hace un año cuando vi que le censuraban, nadie le daba voz y le cerraban todas sus webs. Le consideraban débil e iban a por él y eso no me gustó”, cuenta. “A mí mismo, que no soy nadie, me banearon la semana pasada en Instagram porque compartí un vídeo suyo y alguien lo denunció por apología de no sé qué”, lamenta.
José, un vallisoletano de 35 años, prefiere no desvelar su apellido y se limita a contar que trabaja en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Él fue uno de los 42.791 ciudadanos de Castilla y León (el 4,03% del electorado de la comunidad) que votaron a Alvise y lo explica así: “Básicamente porque lleva tiempo demostrando una persecución a la corrupción, teniendo mucho que perder y siempre con fuentes fiables y oficiales, documentación, fotos y grabaciones y con el tiempo ha salido todo a la luz”.
Entre las razones de su apoyo incluye también “que se ha visto que le han complicado bastante la existencia con la intención de presentarse a estas elecciones”. “Y aún así ha ido contra viento y marea con la principal intención de eliminar esa soberbia de los políticos de que estemos a su servicio mientras se ríen de nosotros con políticas que poco benefician al ciudadano de a pie”, añade.
El joven vio en Alvise “la representación del hartazgo generalizado de la sociedad ante unos políticos mentirosos y que se ríen de lo que se vota y de lo que preocupa verdaderamente a la sociedad trabajadora”. “Puede que me equivoque, pues puede ser que sea otro Pablo iglesias que se quede todo en palabrería, pero vi necesario dar un voto de confianza para ver si de una vez se consigue un cambio”, zanja.