El debate por la cooficialidad del asturiano ha pasado de las calles a las vallas publicitarias. En medio de las negociaciones de la reforma del Estatuto de autonomía entre el gobierno regional del PSOE y el resto de fuerzas del parlamento del Principado de Asturias, Vox ha iniciado su particular campaña. La formación de extrema derecha ha colocado en el punto de mira a Adrián Pumares, portavoz de Foro Asturias en la Cámara regional, al que pretende presionar ante su posible apoyo a la propuesta de PSOE, Podemos e IU de hacer oficial el asturiano, un debate que lleva años latente y que divide a la sociedad asturiana.
“Hay un partido político que, en vez de discutir los asuntos en la Junta General, ha optado por pagar con dinero público vallas con mi cara y mi boca tapada con un aspa”, expresa su indignación el diputado al ver las grandes pancartas colocadas por el partido de extrema derecha en la comunidad. “Dentro de la ley, voy a hacer todo lo que esté de mi mano para evitar que se imponga esta lengua inventada a los asturianos”, responde, por su parte, Ignacio Blanco, presidente y portavoz de Vox Asturias en la Junta General.
“Los progres quieren imponer a un millón de asturianos una lengua que no es la suya. Cooficialidad No”. Así reza la campaña promovida por Vox Asturias, donde aparece en solitario Adrián Pumares, secretario general de Foro, con la boca tapada por una “x”. “Al final eso no es una cuestión de cooficialidad o de no cooficialidad”, comenta Pumares a elDiario.es. “Es una cuestión de respeto democrático que únicamente tiene dos objetivos. Por un lado, que yo cambie mi criterio personal, y por otro, que alguien por la calle me vea en las vallas y me diga algo”, concluye el portavoz de FAC. Cambiar de criterio en este asunto supone cambiar de voto, a favor o en contra de la cooficialidad del asturiano, y todo indica que dependerá de uno solo.
El diputado número 27
Aunque históricamente había sido contrario a ello, el PSOE-FSA de Adrián Barbón incluía en sus estatutos un asunto que históricamente ha dividido a la sociedad del Principado: la cooficialidad del asturiano. Tras su entrada en el gobierno en julio 2019, Barbón debía cumplir su promesa, pero la pandemia sacó de la agenda política el reconocimiento a la llingua. Hasta ahora.
La incorporación del asturiano y del gallego-asturiano, idioma diferente que se habla en la zona comprendida entre los ríos Eo y Navia, es el plato principal de la reforma del Estatuto de Autonomía de Asturias. Requiere una mayoría reforzada en la Junta General para después ser ratificada definitivamente en el Congreso y en el Senado. Esta mayoría reforzada en Asturias supone tres quintos de la Cámara, en total 27 diputados. Este límite se fijó con la aprobación del Estatuto original, en diciembre de 1981.
¿A favor? PSOE, Podemos e IU, que suman 26 diputados. ¿En contra? Partido Popular, Ciudadanos y Vox, que suman 17 escaños. Los dos que quedan pertenecen a Foro Asturias, que continúa en una guerra civil entre los partidarios de su fundador, Francisco Álvarez-Cascos, y los de la actual presidenta de la formación, Carmen Moriyón. El diputado díscolo, Pedro Leal, siempre ha manifestado su negativa a facilitar la oficialidad de asturiano, por lo que la balanza dependerá del secretario de FAC, Adrián Pumares.
De ahí la campaña de Vox que no solo ha merecido el reproche de los grupos parlamentarios partidarios del “sí”, sino también de PP, que ha tachado de “denigrante” la iniciativa, y también de Ciudadanos. “No nos parece en absoluto adecuado, no se puede atacar de forma personal a un diputado, ni a ningún ciudadano asturiano, puedes tener tu ideología o puedes no compartir el criterio, pero lo que no se puede de ninguna manera es atacar así a una persona”, ha señalado Susana Fernández, portavoz parlamentaria de Ciudadanos en unas declaraciones recogidas por Europa Press.
“Esta es la decisión política más importante de toda la democracia en Asturias”, sostiene Ignacio Blanco, presidente de Vox Asturias sobre la reforma del Estatuto y la inclusión del asturiano como lengua oficial. “Nunca nadie tuvo problemas lingüísticos en Asturias y por ello voy a hacer todo lo que esté a mi alcance para evitar que se imponga este invento a todos los asturianos”, concluye el portavoz regional del partido de extrema derecha.
“Mi criterio personal no va a cambiar”, sostiene Pumares, en referencia a la campaña de Vox al que no considera un partido democrático porque “no sigue las reglas básicas del juego de la democracia”. “Hay que garantizar que cualquier persona que quiera utilizar la llingua asturiana en Asturias lo pueda hacer y quien no la quiera utilizar que no la utilice. Sin obligaciones ni imposiciones”, explica su posición a favor de la cooficialidad del asturiano y del gallego-asturiano, si bien recuerda que la decisión no le corresponde solo a él y que no va “por libre”. “Estoy a lo que decida un partido político que, por cierto, tiene más votos que Vox en Asturias”, concluye. Blanco, sin embargo, considera que la actitud de Pumares “es una indefinición forzada para coger un protagonismo que no tiene”. “Foro no tiene ya importancia en la vida pública asturiana”, amplía.
Un modelo aún por decidir “entre todos”
A efectos prácticos, ¿en qué consistiría esta cooficialidad? El presidente del Principado, Adrián Barbón, dejó claro en la sesión de la Junta General de este miércoles que, mientras el PSOE lidere este proceso de reforma estatutaria, el asturiano no será lengua vehicular dentro del sistema educativo ni será exigible su conocimiento para “médicos y enfermeras”. “No va a ser requisito para acceder a la función pública”, aclaró el jefe del Ejecutivo autonómico, que defiende una idea de cooficialidad adaptada a la realidad sociolingüística del Principado. También insistió en que el modelo de oficialidad será una cuestión a debatir en una ley autonómica posterior “entre todos”.
En las calles, como cada año y desde hace 34, se manifestaron el pasado sábado cerca de 30.000 personas reclamando la oficialidad del idioma en el centro de Oviedo. Esta movilización fue convocada por la Xunta pola Defensa de la Llingua Asturiana, coincidiendo con este proceso de negociaciones y con la campaña de Vox. “Hacen auténticas barbaridades. Esto no lo han hecho en ningún lado, solo aquí”, explica Pumares sobre los carteles colocados con su imagen. “La primera persona que me avisó de que estaba en una valla fue mi padre. Y eso da una idea de lo que supone a nivel personal esta campaña de hostigamiento”, sentencia.