Vox copia las prácticas de Alvise Pérez para competir en su mismo espacio electoral

Carmen Moraga

Madrid —
23 de junio de 2024 21:55 h

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Los dirigentes de Vox han dado la bienvenida a 'Se acabó de Fiesta' (SALF), la agrupación fundada por el agitador ultra Alvise Pérez. Tras su éxito en las europeas, en las que el esparcidor de bulos obtuvo tres escaños, los principales dirigentes del partido de Santiago Abascal les tendieron la mano y aseguraron que si Alvise Pérez y los otros dos eurodiputados electos de la nueva agrupación política deciden inscribirse en el Parlamento Europeo en el grupo de los Conservadores y Reformistas, donde están ellos y la italiana Georgia Meloni, entre otros líderes de la extrema derecha, les recibirán con “un abrazo”.

En sus primeras declaraciones, los de Abascal se esforzaron en minimizar la irrupción del agitador ultra en el tablero político y achacaban su indiscutible éxito en los recientes comicios al “hartazgo” de la ciudadanía con el Gobierno de Pedro Sánchez, con sus socios y también con el PP de Alberto Núñez Feijóo, al que consideran “un estafador”.

Pasada la resaca electoral, en Bambú –la calle madrileña donde se encuentra la sede de Vox– se han encendido las alarmas ante el peligro que supone un nuevo competidor en su mismo espacio electoral y han decidido elevar el tono contra el Gobierno y redoblar el uso de las redes sociales como herramienta de propaganda al más puro estilo del “analista y consultor”, como se presenta Alvise.

Aunque todos los partidos utilizan las redes sociales como vehículo de propaganda, especialmente Telegram, X y, más recientemente,Tik Tok, en el caso de Vox desde sus inicios le han dado mucha importancia a esa forma de comunicar. La formación de Abascal siempre ha publicado noticias –muchas veces bulos– a través de su periódico de cabecera, La Gaceta de la Iberosfera, que lanza en Telegram y en X junto a sus proclamas contra la inmigración, uno de sus blancos favoritos. Pero ahora, visto el éxito de SALF, los responsables de comunicación de Vox han decidido redoblar también su actividad en redes.

De hecho, desde las europeas, en las que no lograron doblar sus escaños como se habían propuesto, no paran de subir vídeos con impactantes imágenes de jóvenes agrediendo a transeúntes, armando broncas o en actitudes obscenas.

El partido de extrema derecha también ha intensificado en todos sus canales la propaganda sobre las actividades de sus diputados y cargos públicos, con resúmenes de las entrevistas realizadas a los principales dirigentes de la formación mientras critican a sus rivales políticos. La competición es palpable y evidente, hasta el punto de que los de Abascal han copiado el formato de Alvise y ahora añade un resumen diario con “las noticias más destacadas de Vox”, a imagen y semejanza de “las noticias de verdad” que tanto el agitador ultra como Vox dicen que “ocultan los medios”, y que en ocasiones son 'fake news' sin contrastar.

Vox se planta en la casa del hermano de Pedro Sánchez

A Vox ahora también le ha parecido poco personarse como acusación particular en las causas abiertas contra la mujer de Pedro Sánchez, Begoña Gómez y David Sánchez, hermano del presidente del Gobierno. Y hace unos días enviaban al senador y diputado extremeño, Ángel Pelayo, y su compañera Marta Castro, hasta el domicilio de este último en Elvas (Portugal) para denunciar su supuesta “corrupción”. Los dirigentes de Vox hablan in situ de la compra por parte de David Sánchez de “una casa señorial en la mejor zona” de la ciudad, mientras señalan una vivienda que tiene detrás en la que no se aprecia el lujo por ninguna parte.

Mientras tanto, la saturación de mensajes del fundador de SALF es tal que al día puede haber cientos de notificaciones de Alvise sobre todo tipo de cosas: desde “investigaciones” que ha hecho el 'analista' sobre determinadas políticos/as o personas relacionadas, a encuestas o simples reflexiones que deja en la red sobre la actualidad del día. Tampoco faltan los ataques a los medios de comunicación a los que, al igual que Vox, acusa de querer silenciarle y de estar al servicio del “poder” y del “sanchismo”.

Expertos en comunicación consultados por esta redacción coinciden en reconocer el éxito de Alvise por haber logrado en tan poco tiempo arrastrar cerca de un millón de votantes, sin un partido detrás, como tiene Vox, y sin programa electoral, utilizando principalmente su canal de Telegram, que cuenta con cerca de 600.000 suscriptores mientras en Instagram y en TikTok está rozando en cada uno los 200.000 seguidores y más de 35.000 en el perfil de SALF de X. El propio líder de la plataforma de electores se vanagloriaba la misma noche electoral de su hazaña: “Sin recursos, sin cobertura alguna y con total desprecio y descrédito por parte de políticos y medios, hemos logrado que un puñado de ciudadanos libres alcancen un resultado histórico”.

La importancia de las redes

Para Carlos del Castillo, experto en tecnología de elDiario.es, “para un fenómeno como el de Alvise las redes sociales pueden ser tan importantes o más que la cobertura de un medio de comunicación, porque permiten una relación directa con los seguidores, que en el fondo es el sueño de cualquier político, que sus mensajes lleguen sin filtros”. Del Castillo cree que “tener una estrategia fuerte de redes sociales no es que sea importante, es que es clave para partidos como Vox que basan su discurso en mentir o distorsionar datos”.

Verónica Fumanal, analista política y especialista en comunicación y liderazgo, recuerda que Alvise llevaba desde “el nacimiento institucional de Vox haciendo de periodista afín al régimen de Vox, no como su portavoz pero sí ejerciendo como un medio alternativo de difusión dentro de lo que se llaman esferas afines a la ultraderecha que se generan al margen de los medios tradicionales”. “Y eso –dice Fumanal– se suele hacer a través de páginas web alternativas o incluso de redes sociales alternativas”, como hizo Donald Trump, que “creó un Twitter propio antes de que lo comprara Elon Musk”.

La analista política añade que “en Estados Unidos se ha generado toda una serie de ecosistema de personas, periodistas o no, que han generado plataformas de contenido propio en las que se generan difamaciones, bulos e insultos que están muy al margen de los medios de comunicación tradicionales y serios”. 

En su opinión, Alvise “emerge también aquí de ese ecosistema” y “se independiza de la matriz madre, que es Vox, cuando ya tiene una base social amplísima de más de 500.000 suscriptores en Telegram y otros tantos seguidores en Instagram, personas que son potenciales votantes”. “Al comprobar que tiene un nicho electoral es cuando lanza una candidatura, una agrupación de electores para concurrir a las elecciones europeas en las que es más barato lograr un diputado al ser circunscripción única”.

Fumanal pone como ejemplo el hecho de que ahora anuncie que “no va a cobrar el sueldo ni va a tener coche oficial, como si los eurodiputados tuvieran coche oficial. Pero da igual porque él ha crecido en el bulo y, por lo tanto, todo en él va a ser un bulo. Y hay personas dispuestas a creerle”, zanja. 

Por su parte, David Álvarez Sabalegui, analista y consultor en redes sociales, cree también que uno de los principales motivos del 'exíto' de Alvise es que “el enfoque que da a las redes sociales no es sólo como unas herramientas de difusión”. “El factor diferencial en su caso es que sus perfiles digitales, principalmente Telegram, los usa como elementos estratégicos en términos de movilización”, y que “entre sus más de 500.000 suscriptores a su canal, ha conseguido convertir a muchos de ellos en activistas. Es su sustitutivo a lo que vendría a ser una organización política si de lo que hablamos es de movilizar”.

A la pregunta de qué peligros conlleva ese uso masivo de las redes Álvarez Sabalegui contesta que “los peligros son los mismos que las ventajas o virtudes. Es decir, el uso técnico de las redes es meramente instrumental. En el escenario de la política hablamos de comunicar (con estrategias de difusión de contenidos e interacción con las comunidades de seguidores), y hablamos de movilizar (trabajar las comunidades para convertir a parte de ellas en activistas)”, concluye.

Todo eso se puede usar para implementar buenas prácticas, saludables para la sociedad en general, o para implementar estrategias de difusión de contenidos de desinformación, por ejemplo.