Vox ha cerrado su primera semana de campaña llenando auditorios en la costa mediterránea. En algunos mítines, como en el Murcia, centenares de seguidores se han quedado en la calle bajo la lluvia. A pesar de una situación metereológica adversa, la presencia de Santiago Abascal ha generado mucho interés en territorios que hasta hace pocos años eran feudos imbatibles del PP. De hecho, las encuestas prevén en estas autonomías una potente irrupción del partido de extrema derecha.
En la primera semana de campaña Vox ha dejado a un lado las salas de hoteles, en las que sus líderes se han desenvuelto en los últimos meses, y han pasado a polideportivos con capacidad para millares de asistentes. El sábado Abascal estuvo en Baleares y este domingo ha hecho doblete en Alicante y Murcia.
A falta de una hora para que comenzase el mitin en Murcia, el Pabellón Príncipe de Asturias estaba completo. La nota negativa para la mayor parte de los asistentes ha sido la precaria acústica del espacio escogido, donde el público de los laterales apenas podía entender los discursos de sus oradores. “No sé qué estoy aplaudiendo”, confesaba alguno de ellos anoche, en medio del estruendo general.
Ya durante la mañana del domingo se había hecho muy difícil encontrar butaca en el mitin de Alicante. Hora y media antes de empezar, una larga cola recorría el perímetro del Pabellón Pitiu Rochel.
“No son un partido, es un sentimiento común y hablan de sentido común”, cuenta Paqui, a la salida del mitin de Murcia. Esta mujer de 69 años asegura que a lo largo de su vida ha apoyado a PSOE y PP porque “no vota al partido, vota a la persona”. “Me ha parecido un mitin fantástico. Me quedo con muchas ideas, desde la libertad para elegir la educación de tus hijos hasta... todas. No hay ninguna con la que esté en desacuerdo”, añade. Esta murciana repite un patrón que comparten varios asistentes consultados: nunca antes había pisado un acto de un partido político.
Entre las conclusiones de la última macroencuesta electoral elaborada por el CIS figura que los feudos mediterráneos del PP peligran, ya que según este sondeo Vox se ha convertido en un partido muy atractivo para los votantes conservadores de estas autonomías. De acuerdo con los datos de la encuesta, el próximo 28 de abril en Murcia, la tierra del secretario general y mano derecha de Pablo Casado, Teodoro García.-Egea, los populares se darían un batacazo porque pasarían de llevarse ocho escaños en 2011 a tres en los comicios del domingo, la formación de extrema derecha se quedaría cerca, con un par de diputados.
La misma tendencia se repetiría en Baleares, aunque en este caso Vox obtendría más apoyos que la formación de Casado el 28A según el CIS. El 2011 el PP consiguió mayoría absoluta, en 2016 perdieron gran parte de esos apoyos aunque repitieron como primera fuerza. En esta ocasión, según el CIS, los populares se desploman y consiguen solo un escaño en las islas. Por su parte, el partido de Abascal lograría entre uno y dos.
Lo mismo sucedería en la Comunidad valenciana, donde Mariano Rajoy obtuvo en su primer mandato 20 de 33 escaños y desde los 90 uno de los principales feudos del PP. El CIS da a Casado un mínimo de cinco y un máximo de seis escaños y Abascal se quedaría muy cerca con entre tres y cinco escaños.
A pesar de que el histórico electoral determina que en estas zonas el voto ha sido de derechas, Abascal ha decidido cargar en sus intervenciones contra Pedro Sánchez, al que ha llegado a definir como un “tipo peligroso, sin escrúpulos”, y no contra el líder del PP. De hecho, ha llegado a interpelar al elector socialista, que les apoyó “pensando que defendía a los más débiles”. “Les tenemos que decir que este barco de la España viva es también para ellos”, ha planteado, para asegurar posteriormente que el problema del país “se llama PSOE” y su solución “se llama Vox”.
Esa tensión contra Sánchez se percibió media hora antes de que empezase el evento en Murcia, ya con con el aforo completo, el público comenzó a gritar y a insultar a una pantalla cuando proyectaron un vídeo con imágenes del presidente del Gobierno bajo el lema “se acabó el tiempo”. Calificativos como “okupa”, “payaso” y “traidor” acompañaron a una sonora pitada, que se transformó en ovación cuando desapareció su cara y emergieron fotografías de los líderes de Vox.
La organización programó después vídeos de Pablo Iglesias, Irene Montero y Gabriel Rufián que siguieron idéntica suerte que el de Pedro Sánchez.
“Me han devuelto la ilusión”, comentaba uno de los asistentes tras ver el spot promocional protagonizado por Abascal. “Yo ya estaba harto de que fuesen siempre los mismos”, completó su acompañante, que durante la hora de espera recibía el argumentario del partido. Esa conversación definió a Ciudadanos como la “veleta naranja”, justificó la posesión de armas para que no “te hagan daño en casa” y cargó contra los líderes independentistas. “España no se negocia, se defiende”, aseguró uno de ellos y ambos coincidieron en que los políticos catalanes son unos “traidores que viven chupando del bote”.
“Les tienen vetados los medios. Solo se oye para echar pestes, venimos aquí para enterarnos”, aseguró este seguidor de Vox a un conocido que se encontró en las gradas del pabellón murciano.
Durante el fin de semana, Abascal también ha cargado contra los medios de comunicación en otro acto en Albacete, asegurando que van a cerrar las televisiones públicas y vigilar a las privadas. “Vamos a revisar la concesión de las licencias, vamos a analizar detalladamente las televisiones que se han puesto al servicio del golpe de Estado”, planteó.
Aprovechando sus actos en territorio levantino, los líderes del partido se han pronunciado sobre el plan hidrológico. “Para la izquierda la forma sostenible es que no tengamos agua, un trasvase vacío de agua”, ha planteado el presidente de Vox Murcia, Pascual Salvador. Abascal aseguró que hay que “exigir” el trasvase Tajo-Segura y lamentó que las políticas nacionales castigasen la zona en la que se encontraba. “Nadie dice nada de los trasvases que se hicieron en Barcelona o Bilbao”, ha añadido.
Tras invertir alrededor de tres horas para asistir al encuentro, escuchar el himno de España, corear “presidente, presidente” a la entrada de Abascal y entonar el novio de la muerte, himno de la legión que suena en la mayoría de mítines de Vox, algunos asistentes que lograron entrar al pabellón de Murcia compartían con los que se habían quedado fuera algunas impresiones. “El domingo los izquierdosos se van a llevar una sorpresa”, sentenciaba una señora al despedirse de sus amigas y hacer balance del mitin. Las estatregia de Vox en el Mediterráneo no termina aquí, el jueves tienen nueva cita en Valencia, ya en la recta final de la campaña.