CRÓNICA

A Vox solo le quedó el insulto y el acoso contra la amnistía

–¿Sánchez Pérez-Castejón, Pedro? 

–Sí.

– ¡Traidor! 

La extrema derecha estiró este jueves un poco más los límites de la convivencia parlamentaria. Primero durante el debate del texto en el Congreso, después durante la votación del Gobierno y por último en los pasillos de la Cámara. La ley de amnistía ya viaja hacia el Boletín Oficial del Estado tras recibir el apoyo de la mayoría absoluta de los diputados, a pesar de los intentos de Vox de boicotear el pleno con interrupciones, gritos e insultos.

No es la primera vez que la formación ultra se esfuerza por reventar un pleno del Congreso, pero la de este jueves era una ocasión delicada, la aprobación de la amnistía para los encausados del procés. El trámite final de una ley que la extrema derecha equipara a un golpe de Estado y que a finales del año pasado sirvió de excusa para que sus seguidores rodearan durante días la sede del PSOE, en la calle madrileña de Ferraz. 

La primera cerilla la puso este jueves el líder de Vox, Santiago Abascal, durante el discurso con el que defendió su posición en contra de la ley. En un momento de la intervención, acusó al diputado de Sumar, Gerardo Pisarello, que había hablado justo antes que él, de “odiar profundamente a España”. “Como alguno que ha subido antes que yo a la tribuna, que arrancó la bandera de España de un ayuntamiento y que odia profundamente a España y que aquí viene a disimular y a participar en un intento de romper la convivencia en nuestra patria”, dijo el jefe de la formación de extrema derecha.

“Soy nieto de republicanos andaluces”, le respondió Pisarello. “Me siento orgullosamente catalán y orgullosamente latinoamericano, y aunque fuera de Senegal, o fuera de Donosti, le diría que los que trabajamos y vivimos aquí no aceptamos ninguna lección de los señoritos que siempre han vivido del cuento y que forman parte de organizaciones históricamente islamófobas, históricamente antisemitas y que han ido a rendirle pleitesía al carnicero de Rafah”, le replicó en un encendido discurso. 

Aunque el diputado de Vox José María Figaredo solicitó un nuevo turno para continuar ese debate particular con Pisarello, la presidenta del Congreso, Francina Armengol, optó por pedir contención a la bancada de la extrema derecha, que estalló en gritos. “Intentemos no dar este espectáculo, que la gente no se lo merece”, dijo la socialista. 

De nada sirvió. El turno siguiente era para el socialista Artemi Rallo, que apenas había abierto la boca cuando el diputado de Vox Manuel Mariscal Zabala ya le gritaba “traidor” y “corrupto”. El vicesecretario de comunicación de la extrema derecha se levantó incluso de su asiento junto a su compañero Pedro Fernández, agitando el brazo derecho y señalando con el dedo a los asientos de ERC y Sumar. “¡Traidores! ¡Corruptos!”, repetía. Armengol lo llamó al orden pero el alboroto continuó todavía unos minutos. 

Rallo, que esperaba a continuar su intervención en la tribuna, respondió a la bancada de Vox con epítetos. “Un neofascismo que embiste, montaraz y cerril; filonazis”, dijo. Sus palabras volvieron a generar revuelo en el hemiciclo y Armengol trató de nuevo de templar el ánimo. “Esto no es posible”, dijo. “Ser demócrata implica escuchar al que piensa diferente”, razonaba, con dificultades para silenciar a los diputados de Vox sin llegar a expulsarlos para evitar condicionar la votación.

Pero la extrema derecha todavía se reservaba una última actuación. Cuando el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, emitía su voto de viva voz volvieron a insultarle: “¡Traidor!”. Un adjetivo que repitieron con cada uno de los ministros que daban el ‘sí’ a la ley de amnistía. 

Acoso en los pasillos del Congreso

Al finalizar el Pleno, con la ley ya aprobada, integrantes de Vox han mantenido su actitud acosadora contra miembros del Gobierno. La vicepresidenta primera, María Jesús Montero, atendió a la prensa a la salida del Hemiciclo y dijo que este jueves era “un día muy importante para la convivencia del conjunto del país”. 

Antes de poder seguir, un diputado ha interrumpido a la también ministra de Hacienda: “Y para la traición cojonudo, también”. Montero ha replicado: “La libertad de expresión es lo más importante”. “Y lo respetamos”, le ha replicado el diputado, mientras un compañero suyo le espetaba: “Esto es una traición a España”.

En el mismo tumulto estaba presente el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, quien ya en el patio exterior ha seguido recibiendo los comentarios de los diputados de la extrema derecha.

Uno de los más activos en su acoso ha sido Manuel Mariscal Zabala, quien como vicesecretario de Comunicación de Vox es uno de los principales responsables del continuo veto de la extrema derecha en sus actos a los medios de comunicación que no siguen las consignas que ellos quieren. elDiario.es es uno de ellos, como lo son también El País o la cadena SER, entre otros.

El diputado por Toledo llegó a grabar dentro del Hemiciclo, en la cafetería reservada para los diputados, donde representantes de ERC se estaban tomando un café con el líder de su partido, Oriol Junqueras. El vídeo, promovido por algunos pseudomedios, concluía con Mariscal diciendo que el político catalán “tendría que estar en la cárcel”.