Vox ingresó en 2019 más donaciones privadas que la suma de las recibidas por el resto de partidos
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no se equivocó cuando señaló durante el debate de la moción de censura de Vox que el partido de extrema derecha es el que recibe más aportaciones económicas de carácter privado para sus gastos y campañas. En su intervención en el Pleno, respondiendo aquel día a Santiago Abascal, Sánchez recordó: “No olvidemos una cosa que pasa por fuera del radar de los medios de comunicación, pero el partido del señor Abascal es el partido que más donaciones privadas recibe de todo el sistema político”. Al menos así fue en el ejercicio presupuestario de 2019, en el que Vox recibió nada menos que 1.564.800 euros en concepto de “donaciones y legados”, según desvela el partido en sus propias cuentas.
El resto de las formaciones políticas también declaran este tipo de ingresos en sus portales de Transparencia. Ese mismo año −en el que hubo dos elecciones generales y se celebraron también las autonómicas, municipales y europeas−, el PSOE ingresó 275.616 euros en donativos privados; el PP, 276.446; Podemos, 74.624 y Ciudadanos tan solo 26.099 euros. Los independentistas catalanes de ERC 133.276 euros; el PdeCat, 208.750 y el PNV declaró ese año donaciones por solo 8.629,36 euros. En 2018 Vox también encabezó el ranking en donaciones con un total de 459.801,28 euros. En 2017 los socialistas fueron los que más dinero recibieron: 560.912, 55 euros.
Las donaciones a los partidos políticos están reguladas por la ley de Financiación de Partido Políticos, cuya última reforma data de 2015. Entonces se estipuló que la cantidad máxima que puede donar una persona está limitada a 50.000 euros anuales en lugar de los 100.000 que hasta entonces marcaba la ley. En concreto, el artículo 5 de esa normativa establece en cuanto a límites a las donaciones privadas que “no podrán aceptar o recibir directa o indirectamente donaciones anónimas, finalistas o revocables”. Tampoco “donaciones procedentes de una misma persona superiores a 50.000 euros anuales”, ni “donaciones procedentes de personas jurídicas y de entes sin personalidad jurídica”. Además, estipula que “todas las donaciones superiores a 25.000 euros y en todo caso, las donaciones de bienes inmuebles, deberán ser objeto de notificación al Tribunal de Cuentas por el partido político en el plazo de tres meses desde su aceptación”. Aunque las donaciones anónimas están prohibidas los partidos solo desvelan la identidad de esos datos al Tribunal de Cuentas para su fiscalización.
Vox también ha recibido numerosas aportaciones de pequeñas empresas y de particulares que simpatizan con su causa e incluso ha recurrido a campañas de crowdfunding para recaudar fondos para el pago de fianzas judiciales o para adquirir, por ejemplo, una furgoneta de cerca de 50.000 euros. Este sistema es también utilizado por Podemos, especialmente cuando organiza actos extraordinarios, aunque la formación de Pablo Iglesias se compromete a devolver luego esos “préstamos”. Los socialistas, por su parte, desvelan que a lo largo de lo que va de año han recaudado 650.000 euros para la Covid con un sistema similar y el partido a su vez ha donado un millón al Instituto de Salud Carlos III para la investigación del virus.
Todos los partidos tienen en sus web un enlace para que sus simpatizantes puedan hacer aportaciones económicas voluntarias rellenando un cuestionario. Vox también. La formación de extrema derecha se jacta en el suyo de que “Vox no es ni será nunca una industria de la subvención ni una banda de golfos”. “No entendemos que españoles con unas ideas, las que sean, tengan que financiar con sus impuestos iniciativas políticas contrarias a lo que piensan; y, al igual que a ti, nos ponen entre la náusea y el vómito los negocios cerrados al calor de la política en los reservados de los restaurantes o en la sordidez del cuarto de baño de alguna gasolinera. Nuestra vocación es la de servir y nuestro sitio cualquiera donde haya luz y taquígrafos”. Sin embargo, no predican con el ejemplo porque han ocultado la procedencia de algunas importantes donaciones mientras acusan a otros partidos, como Podemos, de financiarse de forma opaca.
Según desveló El País, “el Consejo Nacional de la Resistencia de Irán (CNRI), una fuerza marxista-islámica en sus orígenes, envió durante tres meses 146 donativos a una cuenta de la formación de extrema derecha en España por valor de 800.000 euros”. Dirigentes de la formación admitieron haber recibido medio millón de euros en 2014 de iraníes en el exilio con lo que pudieron costear la mitad de la campaña de las elecciones europeas cuya candidatura la encabezó el exdirigente del PP, Alejo Vidal-Quadras. El CNRI “es un grupo opositor al régimen de los ayatolás de inspiración anticapitalista, que tuvo un brazo armado, el Muyahidin-e Jalq (MJ), que Estados Unidos sacó en 2012 de su lista de organizaciones terroristas tras el respaldo de dos exdirectores de la CIA y uno del FBI”, añadía aquella publicación.
Los dirigentes de Vox, mientras tanto, siguen clamando contra las subvenciones a los partidos políticos, pidiendo que se cierren los “chiringuitos” y criticando los “desmesurados” gastos del Gobierno. Pero en plena pandemia se negaron a que se retirara a los parlamentarios el complemento mensual que estos reciben para su manutención cuando acuden a los plenos de ambas Cámaras: 935,37 euros los diputados y senadores por la circunscripción de Madrid, y más del doble, 1.959,62 euros, los electos por las demás provincias. El líder de Vox dijo entonces en un mensaje en su cuenta de Twitter que el partido donaría íntegramente esa subvención de su grupo parlamentario correspondiente a los meses de marzo y abril a asociaciones de víctimas del coronavirus, sin aportar prueba alguna de ello.
Abascal suma a su sueldo de diputado una nómina anual como presidente de Vox que asciende a más de 55.000 euros, según se desvela en las mismas cuentas del partido y el líder de la formación de extrema derecha declara en el Congreso.
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