El discurso antiinmigración es uno de los puntales en los que Vox sustenta su estrategia para la campaña de las elecciones catalanas del próximo día 14. Por eso la extrema derecha trató este miércoles de trasladar sus soflamas racistas al Congreso de los Diputados, convertido durante esta semana en una extensión del eterno debate electoral de Catalunya, y a donde cada partido ha llevado los mensajes que repite en sus respectivos actos de campaña. Santiago Abascal y los otros 51 diputados de Vox en la Cámara Baja se encontraron, sin embargo, con una inusual imagen de unidad del resto de los partidos con representación parlamentaria que, uno por uno, desmontaron sus consignas xenófobas, como las que sostienen que España se encuentra inmersa en un proceso de “islamización” o que vive una “invasión” migratoria.
El único que evitó responder directamente a esos mensajes racistas de la extrema derecha fue el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que nada más comenzar el Pleno, cuando pasaban apenas diez minutos de las nueve de la mañana, no reaccionó ante el discurso de Abascal que, durante una pregunta al jefe del Ejecutivo, sostuvo, por ejemplo, que el Gobierno “ha condenado a Canarias a la inmigración masiva”, o que mientras la ciudadanía sufre el paro y la gravedad de la pandemia se puede ver “a los inmigrantes ilegales bañándose en las piscinas de los hoteles que han sido cerrados a los turistas, y que llevan al país a la ruina”.
Abascal reprochaba a Sánchez que aplauda “la censura de las oligarquías digitales” contra Vox por “denunciar la inseguridad y la criminalidad que traen la inmigración ilegal y los menas (inmigrantes menores de edad no acompañados)” a España , en referencia al cierre de la cuenta de la formación de su partido por parte de Twitter precisamente por “incitación al odio” con su campaña “Stop Islamización”, que derivó en una querella de Vox contra esta red social. El presidente del Gobierno no solo evitó contestar a esas acusaciones sino que aseguró que “en algunos momentos de destello” Abascal “muestra más responsabilidad de Estado que el líder de la oposición”, en alusión al presidente del PP, Pablo Casado. Se refería a la abstención de Vox que, el pasado jueves, permitió al Ejecutivo convalidar su decreto sobre los fondos europeos y al que el PP, y también Ciudadanos, votaron 'no'.
Las soflamas de Abascal fueron solamente el aperitivo de un empachador discurso xenófobo que Vox vociferó después desde el atril del Congreso durante siete largos minutos, el tiempo que duró la defensa de su moción “sobre las medidas que va a adoptar el Gobierno para frenar la invasión migratoria en España”. La diputada Rocío de Meer, portavoz de la extrema derecha durante el debate, aseguró que la labor de su partido en el Parlamento es la de “pelear contra esa religión buenista” que según ella ha construido el Gobierno por la cual sus miembros, de PSOE y Unidas Podemos, “son los adalides de la superioridad moral” en la sociedad “y que no es otra que la hipocresía” en el tratamiento a los inmigrantes, “porque dejan abandonados luego a los españoles”.
La “traición” a España y el “abandono” de los españoles
“Nosotros no vamos a tolerar la islamización de España, que es lo que están alentando con el multiculturalismo y con su buenismo”, proseguía. “Yo estoy aquí para que se les atragante el cava de Pedro J. –decía, en alusión a la fiesta organizada en octubre por el diario El Español que dirige el citado periodista, y al que acudieron representantes de PP y PSOE pese a las restricciones de la pandemia–, porque mientras ustedes brindan los españoles sufren esta invasión migratoria, porque es una invasión migratoria”.
De Meer acusó a las ONG que realizan labores humanitarias y de rescate de inmigrantes de “traficar” con personas. “La gente cree, porque así se lo venden ustedes, que estas organizaciones son un grupo de amiguetes buenistas que se juntan en un barco y se van al Mediterráneo a salvar a la gente que está en el mar. Eso es mentira y falso”, zanjaba. Lo que sucede, a su juicio, es que “unos desalmados” [las mafias de traficantes] les meten en un barco y avisan luego a estas organizaciones para que les lleven no al puerto más cercano sino al puerto más europeo“. ”El relato de Hollywood no coincide con la realidad que es cruda, tan cruda como el dinero que se están llevando todas esas ONG traficantes de personas“, añadía.
“No se puede consentir que España sea el paraíso de las mafias, no se puede consentir esta traición que están realizando a los españoles. Su superioridad moral apesta, apesta el abandono de todos los españoles”, concluía, instando a la UE a “defender las fronteras” y acusando al Gobierno de haber convertido Canarias “en una nueva Lampedusa”. “Ustedes son los lacayos de unas élites inmorales que quieren la destrucción de las naciones. Es más necesario que nunca escoger entre globalismo o patria”, remachaba.
Todos los partidos rebatieron estas afirmaciones de la extrema derecha, incluidos sus socios autonómicos, PP y Ciudadanos, que gobiernan en comunidades y ayuntamientos con el apoyo necesario de Vox. “Señora De Meer: invasión migratoria, amenaza para la seguridad nacional, aumento de la siniestralidad, peligro real de infiltración de terroristas yihadistas, disolución de nuestra identidad española, progresiva islamización de la cultura española”, enumeró el diputado de Ciudadanos, Miguel Gutiérrez, haciendo referencia a algunos de los términos incluidos en la moción defendida por el partido de Abascal.
Críticas de Ciudadanos y PP
“Es que ni ustedes mismos se creen esto”, proseguía. “Ustedes tienen una responsabilidad con los que les han votado, pero tienen una mayor, si cabe, con los representantes de una institución, como es este Congreso, y una más grande con los ciudadanos de este país, aunque no les hayan votado. Y esa responsabilidad es no fomentar el odio en este país, no exacerbar los instintos de aquellos que no son capaces de cribar la información para saber lo cierto de la exageración. La llamada a la tribu es lo que se desprende de su intervención”, sentenciaba Gutiérrez, que denunciaba la “irresponsabilidad” de la parlamentaria de Vox. Aunque menos explícito, el diputado del PP José Ortiz denunciaba también el “extremismo” del partido de Abascal y hablaba de España como de un “país de acogida” de inmigrantes.
Los golpes más duros contra el discurso de Vox llegaron por parte de la bancada de la izquierda y de las fuerzas nacionalistas e independentistas, aunque la diputada de EH Bildu Bel Pozueta renunció a su turno de intervención y, desde su escaño, se limitó a llamar a los diputados de la extrema derecha “fascistas” y “racistas”, provocando un enorme murmullo en la bancada de Vox y peticiones frustradas de palabra de Iván Espinosa de los Monteros a la presidencia de la Cámara que no pudo justificar por no aludir a ningún artículo del reglamento.
El PNV acusó a la extrema derecha de querer generar “crisis divisivas en la sociedad a través de una realidad que inventan y manipulan con unas estrategias globales del populismo de extrema derecha, agitando pasiones profundas a través del miedo y del odio y aprovechando políticamente de ello aún a sabiendas de descoser y dividir a la sociedad por la que dicen trabajar en un juego inhumano de mentira y manipulación”. Mikel Legarda destacó que “lo más chocante” es que este discurso “se practique en un país de migrantes económicos que sufren la persecución el rechazo de los países de recepción”.
Aún más contundente se mostró el portavoz de Más País Equo, Íñigo Errejón, que acusó a Vox de llevar al Congreso una “bazofia” de moción, “consistente en una promesa muy sencilla, muy cruel e indecente: que en un momento en el que todo el mundo lo está pasando muy mal, se le promete a todo el mundo que va a tener alguien sobre el que ser despiadado”. Es, a su juicio, “simple y llanamente, la moral del siervo: las orejas gachas con los de arriba y el matonismo con los que lo están pasando peor”. Para Errejón, lo de Vox “no es solo racismo”, es “odio al pobre”.
Errejón, a Vox: “Ustedes son un estercolero moral”
“Ustedes llegaron a leer en un mitin los apellidos de la gente que recibía ayudas sociales para demostrar que venían de fuera. Ustedes, los De Meer, los Smith y los Steegman”, recordaba el diputado de Más País en alusión a los apellidos de algunos de los diputados de Vox. Errejón realizó un repaso a la extrema derecha y su supuesto patriotismo intentando desmontar el discurso de De Meer que, para defender sus posiciones antiinmigración, había asegurado que se debe elegir “entre globalismo o patria” y “defender la soberanía”.
“Miren ustedes –les decía Errejón a los parlamentarios de Vox–, las acciones que controlan 19 de las 35 empresas del IBEX–35 están en manos extranjeras, casi todas norteamericanas, ustedes callados. Blackrock, un fondo de inversión norteamericano, controla ya Vía, Ferrovial, Repsol, Iberdrola, Telefónica y Aena. Ustedes, sobre esta soberanía nacional, callados. No tenemos ya farmacéutica nacional, aerolínea de bandera pública, compañía de telecomunicaciones, metalúrgica nacional, eléctrica o automovilística nacional. Vox, callados. Los fondos de inversión controlan ya la mitad de la Bolsa española y pagan el 63% de los impuestos, fuera. Vox aquí, de defender la soberanía nacional, nada. ¿Por qué? Porque son ricos”, zanjaba.
Su discurso suscitó el aplauso de un amplio número de diputados, incluidos los de Unidas Podemos y del PSOE, sobre todo después de que asegurara que “unos señoritos malcriados”, en alusión a Vox, habían acudido al Congreso a “azuzar el odio contra quienes lo están pasando peor”. “Usted, señora de Meer”, concluía Errejón, “insultó a muchos barrios populares de nuestro país, llamándoles estercoleros multiculturales. A mí, después de escucharle, me queda claro que por muchos millones que les legaran sus abuelos, por muchas casas que les dejaran en herencia, por muchos apellidos compuestos, ustedes son un estercolero moral”.
Desde el PSOE, el diputado Luc Andre Diouf, nacido en Senegal, subrayaba que con el discurso de Vox “se asoma la epidemia del odio, el racismo y la xenofobia” y les advirtió: “Si no paran de envenenar con su odio, se romperá España y ustedes serán los culpables”. A su juicio, “hay que marcar distancias entre los que defienden la democracia y los que se acercan al fascismo”. La diputada de Unidas Podemos Isabel Franco alertó, por su parte, de la “enésima difusión de bulos y mentiras” de la formación que preside Santiago Abascal.