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Vox tira de la cantera de sus think tanks y su sindicato para renovar sus candidaturas

El líder de Vox, Santiago Abascal, durante una rueda de prensa en la sede de su partido

Carmen Moraga / Laura Galaup

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El inesperado adelanto de las elecciones generales decretado por Pedro Sánchez para el 23 de julio ha pillado a Vox, como al resto de los partidos políticos, con el pie cambiado a pesar de que Santiago Abascal llevaba meses reclamando esa convocatoria electoral para hacerla coincidir con las municipales y autonómicas del 28M. El núcleo duro de Vox ha tenido que diseñar en un tiempo récord las candidaturas para el Congreso y el Senado, una complicada tarea que se han visto obligados a compaginar con las negociaciones abiertas con el PP para intentar cerrar acuerdos en aquellas comunidades y ayuntamientos donde el partido de Alberto Núñez Feijóo les necesita para gobernar.

Ante ese nuevo escenario, Abascal ha aprovechado el momento para buscar acomodo a algunos de los dirigentes que durante estos últimos años han contribuido a potenciar la línea ideológica del partido a través de su fundación, Disenso, o han ayudado a impulsar su sindicato, Solidaridad.

Nuevos nombres en las listas

Cerca de la mitad de los cabezas de lista han sido renovados y se han quedado fuera de las nuevas candidaturas trece de los 52 diputados y diputadas que formaban hasta ahora el grupo parlamentario del Congreso, algunos de ellos fundadores de Vox, como Víctor Sánchez del Real, al que algunos sectores mediáticos encuadran en el ala liberal del partido representado por el portavoz parlamentario, Iván Espinosa de los Monteros.

El hasta ahora diputado por Badajoz, que destacó en esta legislatura por sus sonadas intervenciones en el Congreso, ha sido sustituido por Ignacio Hoces, uno de los dirigentes que gana cada vez más peso en la sede de Bambú tras situarlo al frente de la Vicesecretaría de Institucional. La exclusión de Sánchez del Real sorprendía incluso al propio diputado que se lo tomaba con deportividad ironizando con ello en su cuenta de Twitter con un pasaje de El Quijote.

A las bajas más sonadas también se ha sumado el nombre de Rubén Manso, quien coordinó el programa económico del partido en 2019 cuando la formación de Abascal comenzaba a obtener representación parlamentaria y crecía a nivel nacional.

Uno de los nombres que se ha caído ahora de las listas explica a esta redacción que no fue el presidente, Santiago Abascal, quien le comunicó su baja, sino alguien del Comité Ejecutivo Nacional, y que ese miembro de la dirección simplemente le explicó que el partido estaba apostando ahora por “otros perfiles”. Vox asegura que estos cambios son únicamente una “cuestión puramente organizativa del partido”. Así lo reconoció el pasado lunes el portavoz del Comité de Acción Política de Vox, Jorge Buxadé, que intentó quitar trascendencia a estas decisiones sobre las que su opinión tiene un peso fundamental.

Las candidaturas de Vox para el 23J tampoco cuentan con algunos de los militares retirados por los que apostó Abascal en las anteriores elecciones, como el general de Brigada de Infantería de Marina Agustín Rosety Fernández de Castro, que fue como cabeza de lista de Cádiz; o Manuel Mestre, que abría la lista de Alicante. Sí se mantiene el general retirado Alberto Asarta Cuevas, que es 'número 1' por Castellón.

La espantada de Macarena Olona, que concurrió como cabeza de lista por Granada, ha sido solventada con la colocación en este puesto del que fuera su jefe de campaña en Andalucía, Jacobo González-Robatto.

La lista por Madrid acoge a cargos de Disenso y Solidaridad

La lista por Madrid que encabeza el líder de Vox, incluye algunas sorpresas como la de la nueva número dos de Abascal, María Ruiz Solás, secretaria de Organización de Vox, que relega al puesto número cuatro al portavoz del partido en el Ayuntamiento de Madrid, Javier Ortega Smith, que va por detrás de Iván Espinosa de los Monteros. Otras dos sorpresas en su lista han sido el de la senadora andaluza Pepa Millán y el fichaje de Rocío Aguirre Gil de Biedma, hermana de la expresidenta regional del PP, que se incorpora como número 8, mientras el líder relega a la veterana Mireia Borrás al puesto 11, con pocas probabilidades de salir elegida. En cambio, deja a Carla Toscano, uno de los 'azotes' de la ministra Irene Montero, en el puesto 7 de la lista madrileña.

Vox ha recurrido a uno de los satélites que han creado esta legislatura, la fundación Disenso, para completar sus candidaturas. Jorge Martín Frías, presidente de la fundación, ocupa el 'número 10' por Madrid; mientras en el segundo puesto de Sevilla sitúan a Carlos Hernández Quero, que ha trabajado en el departamento de comunicación y análisis de este think tank del partido de extrema derecha. Además, dos miembros de sus patronato, Carlos Bustelo y Enrique García-Máiquez, encabezan listas al senado por Madrid y Cádiz, respectivamente.

La Fundación para la defensa de la nación española (DENAES) también está presente en las listas. Esta plataforma promovida por Abascal fue una de las impulsoras de Vox en sus inicios y en ella participaron algunos de los fundadores del partido. Su presidente, Iván Vélez, vuelve a concurrir a las elecciones, aunque en esta ocasión con más posibilidad de obtener escaño. Pasa de liderar la candidatura de Cuenca en 2019, donde no consiguió representación, a encabezar la de Albacete, que obtuvo un diputado. De esta forma, Vélez sustituye a Rafael Fernández Lomana.

La formación de extrema derecha ha recurrido, asimismo, a altos cargos de Solidaridad, el sindicato impulsado por el partido, para rellenar algunos puestos de salida. Su secretario general, Rodrigo Alonso, que ya es diputado autonómico en Andalucía, figura como 'número 2' por Almería y David García, responsable nacional de la organización, lidera la candidatura de Alicante.

Otra de las decisiones más polémicas ha sido el haber colocado como número uno por Valencia a Carlos Flores Juberías, el diputado valenciano vetado por el PP para ser vicepresidente del nuevo Gobierno de la Comunitat Valenciana pactado entre los dos partidos, al pesar sobre él una condena por violencia machista. Flores incluso ha desplazado al veterano diputado Ignacio Gil Lázaro –ex del PP–, que va ahora de número dos de la candidatura valenciana. El siguiente en la lista es Julio Utrilla, que ya ha sido diputado y que también es patrono de la fundación Disenso.

Cambios en Barcelona

Al enviar a Flores a Madrid Abascal se ha quitado un problema de encima. Lo mismo ha hecho con el dirigente balear Jorge Campos, que era uno de los escollos para alcanzar un pacto en Baleares con el PP. Campos va ahora abriendo la lista de Baleares.

En la candidatura de Barcelona se han producido cambios. Pero no entra Jorge Buxadé que continuará siendo eurodiputado, a pesar de que fuentes del partido reconocen que en el grupo parlamentario e internamente era “un rumor muy intenso” que quería dar el salto al Congreso. Abascal ha optado por colocar como cabeza de lista de la capital catalana a Juan José Aizcorbe dado que Ignacio Garriga, que abrió esa circunscripción en los anteriores comicios, se queda en el Parlament catalán. Otra de las sorpresas ha sido ver que cómo número dos va Carina Mejías, exdiputada de Ciudadanos y del PP.

Si finalmente Mejías consigue acta de diputada el 23 de julio, no será la primera vez que coincida con representantes de Vox. Esta abogada forma parte del claustro de profesores del Instituto Superior de Sociología, Economía y Política (Issep), donde también dan clase García-Máiquez, Buxadé, Hoces, Espinosa de los Monteros o el vicesecretario de comunicación de la formación, Manuel Mariscal.

Por sus aulas han pasado, entre otros nombres vinculados al partido, la diputada Cristina Esteban, que repite en la lista valenciana, y el 'número 2' por León, Miguel Suárez. Este centro educativo fue fundado por la política francesa Marion Maréchal-Le Pen, sobrina de Marine Le Pen y simpatizante del ultraderechista Éric Zemmour. Llegó a España de la mano de miembros muy cercanos a Abascal, como el consultor Kiko Méndez-Monasterio, y en él se imparten cursos sobre liderazgo para formar a las élites de la extrema derecha.

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