La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, ha denunciado las políticas de subida de tipos que está llevando a cabo el Banco Central Europeo para luchar contra la inflación y ha considerado un “error” que en un contexto como el actual sea esta institución la que maneje la política económica de los países europeos. En su intervención en el Festival por el décimo aniversario de elDiario.es, la ministra de Trabajo ha afirmado que su Gobierno va a seguir trabajando para la gente con la revalorización de las pensiones y una nueva subida del salario mínimo interprofesional.
Díaz ha participado en el Festival que se celebra desde el viernes en Valencia junto con el exvicepresidente de Bolivia Álvaro García Linera. En una conversación moderada por el periodista de elDiario.es Iñigo Sáenz de Ugarte, ambos han repasado los principales retos de la economía global ante la emergencia provocada por la invasión rusa en Ucrania y problemas más de fondo como el cambio climático. Los dos han coincidido en el papel protector de los Estados en momentos de incertidumbre económica y en la necesidad de la paz y la diplomacia para el fin de la guerra.
La ministra de Trabajo ha comenzado su intervención con un reproche a las medidas económicas de la institución que dirige Christine Lagarde y ha considerado que la situación actual no es la misma que en la crisis anterior, por lo que las recetas “no pueden ser las mismas”. “Es un error que la política en este momento la dirija el Banco Central Europeo, que está haciendo seguidismo de la Reserva Federal [de Estados Unidos]. La política de tipos es negativa”, ha dicho Díaz, para lamentar que esta decisión está “encareciendo las hipotecas y el crédito para las empresas. ”Lo más preocupante s que con la subida de tipos las grandes entidades financieras vuelven a enriquecerse. Es un riesgo mayúsculo“, ha apuntado.
El contexto de la crisis en Ucrania y el uso que Rusia está haciendo del gas “como arma”, según la vicepresidenta, es la raíz del problema de inflación que afrontan los países de la Unión Europea y no una crisis de demanda. “Las recetas que tenemos que aplicar no pueden ser por tanto las mismas que si fuera una crisis de demanda”, ha puntualizado. A continuación ha esbozado las líneas que, a su juicio, debería tomar el Gobierno comunitario: “Hay que cambiar el mercado eléctrico. Europa está gobernada por entre 20 y 30 corporaciones energéticas que se están beneficiando (...); hay que agilizar las políticas de descarbonización (...); y hay que subir los salarios”.
La ministra de Trabajo se encuentra en plena negociación con los expertos del Ministerio para trazar la senda de subida del salario mínimo interprofesional. En la charla de este sábado se ha comprometido a volver a subir este indicador, así como a revalorizar las pensiones. “Vamos a cambiar las políticas energéticas y las que causan inflación, pero protegiendo a las personas. Lo hemos hecho en la pandemia, sosteniendo a trabajadores y empresas, a las que también hemos salvado. Vamos a volver a subir el salario mínimo interprofesional, vamos a revalorizar las pensiones”, ha prometido.
“Esto no va de fondos de inversión, va de democracia”
La vicepresidenta del Gobierno ha lanzado recientemente 'Sumar', la plataforma con la que pretende atraer a todo el votante a la izquierda del PSOE. Esta semana, presentó al primer equipo que se encargará de formular las propuestas programáticas de la nueva plataforma ciudadana, con figuras como el juez del Tribunal Supremo Fernando Salinas, el articulista y analista Ignacio Sánchez Cuenca o la investigadora ecologista Yayo Herrero.
En los puntos que ordenan el programa sobre el que trabajarán los expertos de la plataforma destacan algunos que han planeado sobre la charla de este sábado, como la vivienda o os alimentos. Sobre el primer asunto, Yolanda Díaz ha considerado que España es una “anomalía” si se compara con el resto de países europeos, especialmente por la escasez de vivienda pública. “Es una causa de aquella expresión de Aznar: una política pública decidida diciendo que toda España era urbanizable”, ha juzgado. Algo “gravísimo en términos sociales y ambientales”. “Hay que emprender una política de vivienda pública con la reutilización del parque de viviendas existentes”, ha apuntado.
El Gobierno, ha añadido, debe “prorrogar el tope de revalorización de las rentas de arrendamiento al 2%”. Es decir, mantener la medida que impide a los propietarios incrementar más del 2% interanual el precio de los alquileres para sus inquilinos. Pero ha ido un poco más allá y ha considerado que España debería imitar las medidas de algunos vecinos y congelar las rentas de arrendamiento: “Hay que desplegar una política de vivienda que no dé tranquilidad a los fondos de inversión internacionales sino a las familias y a la gente. Esto no va de fondos de inversión, va de democracia”.
También ha abordado una de las medidas que anunció en una reciente entrevista con este diario: su voluntad de llegar a un acuerdo con las distribuidoras de alimentos para poner un tope al precio de determinados productos de la cesta básica. Díaz ha reafirmado la necesidad de un pacto y ha descartado que sea una medida de escaso valor. “Tres grandes distribuidoras, de las que no se habla, concentran el 50% del mercado con márgenes empresariales muy extensos”, ha criticado para argumentar una medida que impondría una transferencia de esos beneficios a las rentas más bajas, al contrario de lo que sucede ahora mismo.
Díaz ha insistido en que hay margen para el acuerdo y ha apuntado que hay una gran distribuidora francesa, en referencia a Carrefour, que se ha mostrado dispuesta a una medida de este tipo. La ministra ha defendido que su estilo es “llegar a acuerdos”, pero ha puntualizado que la Ley de Comercio, en su artículo 13, habla de la potestad del Gobierno, en determinadas situaciones, para determinar los precios, porque “en todo país y en toda legislación debe primar el interés general”.
El exvicepresidente boliviano Álvaro García Linera, que ha participado en la conversación por videoconferencia, ha puesto en este punto el ejemplo de las políticas que lleva a cabo su país para contener el precio de los alimentos, con una inflación general que, ha recordado, ronda el 1% en estos momentos. “Bolivia tiene una tasa de inflación del 1% anual y eso tiene que ver con políticas públicas”, ha dicho. En el caso del Gobierno que dirige Luis Alberto Arce, esas políticas han consistido en “congelar el precio de los combustibles con impuestos a las grandes petroleras”. “Subvencionamos el precio bajo de los alimentos en el mercado interno mediante la captación de una parte de la renta mediante la exportación”, ha explicado. Con ello, pueden poner un tope máximo a productos como el trigo, el maíz o el aceite y “de esa manera la población puede ir al mercado sin preguntarse cómo aumentó el precio”.
Diplomacia para el fin de la guerra
Tanto Díaz como García Linera han hablado sobre el origen de estos problemas económicos que afectan a sus países pero también al resto del mundo. El académico y vicepresidente durante el Gobierno de Evo Morales ha criticado la invasión. “Todos los países que hemos sido invadidos lo sabemos. Ninguna invasión se justifica. Ninguna invasión de un país grande se justifica bajo un pretexto económico, político y moral”, ha dicho, aunque ha cargado contra la “hipocresía” de algunas potencias que rechazan la invasión de Ucrania pero no critican las de otros grandes imperios.
En cualquier caso, ha defendido el “ámbito de las negociaciones”. “¿Cuántos muertos hay que esperar? ¿Cuánto vamos a tolerar le incremento de las tarifas en Europa?”, se ha cuestionado. “Todas las guerra se han resuelto por vías diplomáticas. No esperemos más muertes, más crisis para que se resuelva este problema”, ha dicho.
“Yo creo que esto se solventa con la democracia. Mi posición se encuentra más próximo a la del Papa y [el presidente de la ONU, Antonio] Guterres”, ha dicho por su parte Yolanda Díaz, que ha denunciado la “vulneración de la legislación internacional” que ha cometido Rusia con su invasión y con la convocatoria de referéndums de anexión en los territorios del Donbás. “Esto no puede ser. Los demócratas cuando hay vulneraciones las condenamos”, ha dicho.
No obstante, ha defendido la “paz y la diplomacia” y ha criticado algunos aspectos de la cumbre de la OTAN que se celebró en Madrid este verano y de la que salió un concepto estratégico con el que ha dicho tiene “reservas”. “La primera: las migraciones no son una amenaza híbrida. En ese concepto que se ha debatido sobre autarquías y democracia, mi aliado no es Turquía. La sujeción sin ambages a la política de Estados Unidos me genera muchas dudas. ¿Qué vamos a hace si gana Trump?”, se ha preguntado, para defender una estrategia autónoma de la Unión Europea. “Europa tiene que tener una política de seguridad propia, autónoma, debatida, muy pensada”, ha concluido.