“Lo que está pasando es de extrema gravedad”. Con estas palabras se ha expresado una vez más este miércoles la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, acerca del escándalo del espionaje a través del sistema Pegasus que ha afectado a 66 dirigentes independentistas, periodistas y abogados, además de al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la ministra de Defensa, Margarita Robles.
Ante lo ocurrido, Díaz considera que “hay que cambiar” la ley de secretos oficiales que se remonta al franquismo. “Una norma que es de 1968 en el año 2022 no tiene sentido”, ha remarcado durante un desayuno informativo, en Madrid, y ante otros miembros del Gobierno como los ministros de Presidencia, Consumo y Seguridad Social, Félix Bolaños, Alberto Garzón y José Luis Escrivá, respectivamente. “Tenemos viejos procederes que tienen márgenes de mejora”, ha insistido.
La vicepresidenta ha considerado que “cuando el presidente ha sido espiado pone en tela de juicio toda la democracia”. “Tenemos derecho a saber lo que ha pasado con espias. No hay que tener miedo a saber lo que ha pasado y si hay que depurar responsabilidades, depúrense”, ha señalado. En la misma línea del resto del Ejecutivo, Díaz ha evitado pedir dimisiones, y ha solicitado ir “paso a paso”. “Veamos cada una de las comparecencias y después tomemos las decisiones”, ha dicho a primera hora, justo cuando comenzaba la comparecencia de la ministra de Defensa, Margarita Robles, en el Congreso.
Díaz también se ha preguntado “por qué” no se puede “conocer cómo funciona Pegasus en el mundo” y ha asegurado no tener “ningún miedo a que se conozca”. A su juicio, Sánchez “ha dado un paso al frente” abriendo una investigación interna sobre el escándalo. “La democracia no tiene que tener miedo a saber”, ha remachado
Pide “autocrítica” a los partidos
Desde el plano estrictamente político, Díaz ha alertado de un “cambio de paradigma” ante el auge del “autoritarismo” de la extrema derecha. “La lección que hemos aprendido en Francia es profunda: no le podemos decir a nuestro país es entre Macron y Le Pen porque vamos con demasiado riesgo”, ha remachado. Para ella, “el futuro” de España “son los derechos humanos”.
Además, la vicepresidenta ha reclamado “autocrítica” a los partidos políticos, porque “siguen tratando a la ciudadanía como si fueran menores de edad”. “Han de modernizarse y responder a los retos del siglo XXI. La buena política no es el partidismo, es mejorar la vida de la gentes”, ha zanjado.
Tratando de esbozar además su futuro proyecto político, Díaz ha realizado la siguiente declaración de principios: “Sueño con un país que permita que cuando gobernemos no se acuerde de nosotros. Voy a trabajar por un país diverso, en el que me sienta cómoda siendo gallega. Sueño en un país que sea pluricultural y plurilingüístico. Esta es la España real. Un país que tenga diversidades sexuales de todo tipo, que se tome en serio los derechos humanos, la paz, que diga a los jóvenes que puedan volver, que diga que puede presumir en el mundo de investigación y que tenga servicios públicos dignos”.
“No quiero políticas que confronten y dividan. Creo que el diálogo funciona, estoy dispuesta a dialogar, no soy pura. No tengo miedo a conversar con alguien que no piense como yo. Quiero cuidar el mundo con políticas útiles”, ha añadido. Un “país nuevo”, ha dicho, “amable, fraterno, diverso y plural.