CRÓNICA

Yolanda Díaz quiere que seáis felices

8 de julio de 2022 23:37 h

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Rosalía ha comenzado su gira Motomami con toda la potencia que se espera de ella. La izquierda llevaba meses esperando el inicio de la gira de Yolanda Díaz (¿Galega Motomami?) y se estaba desesperando porque no sabía dónde se compraban las entradas. ¿A qué esperaba? ¿Estaba todavía formando la banda? ¿Tenía dudas sobre el repertorio? ¿Habría tanta fusión en las canciones como había prometido? 

El viernes fue el día en el Matadero de Madrid, un centro cultural con nombre apropiado para iniciar un movimiento popular, porque la política es una máquina de picar carne. Para desmentir esa idea, Yolanda Díaz habló de ternura, de alegría y de esperanza. Ella es así. Muchas sonrisas. Mucho ánimo positivo. No es hora de conformarse y esperar a ver qué nueva idea se les ocurre a los partidos de izquierda. A las 5.000 personas reunidas, les dijo que ellos debían tomar la iniciativa.

“Me dicen estos días que voy lenta”, comentó la vicepresidenta para responder a los que empezaban a ponerse nerviosos. Pandemia, una guerra en Europa, inflación desbocada. Los acontecimientos se suceden a gran velocidad y parece que todo el mundo llega tarde a todo. Queda más de un año para las elecciones en España, pero hay épocas en que el calendario acelera hasta ritmos que son difíciles de asimilar. Díaz está convencida de que hay tiempo para crear algo nuevo, que por otro lado es una situación muy habitual en la izquierda. 

Habló de impuestos, de feminismo, de precariedad, de las eléctricas (“no es justo que las grandes eléctricas se forren a costa de más de cinco millones de pobres energéticos”). Sobre todo, habló de sentimientos, de los que deben motivar a la gente para construir algo nuevo. Tenemos que “querernos”, dijo. “No se puede construir desde el no cariño”. “En la cosa pública, no se puede hacer nada sin ternura”. Muchos políticos pensarán que habló en sánscrito.

Quizá sonó en algunos momentos demasiado ingenua o sentimental. Sin embargo, nadie ignora que la política está llena de sentimientos, y la mayoría son bastante negativos o deprimentes. Sólo hay que escuchar un debate en el Congreso. Díaz apuesta por dejar el mal rollo a un lado o el persistente pesimismo que agobia a la izquierda a nada que las cosas van mal dadas.

Así que nada de decir que vivimos en el mundo que adelantó la serie ‘Years & Years’, como es ya tradición en Twitter. Mucho menos empezar a recordar escenas de ‘El cuento de la criada’, aun más después de las noticias sobre el aborto en Estados Unidos. Nada de conformarse con que no se vaya todo a la mierda porque no está la cosa para sentir buenas vibraciones.

“No queremos distopías. Queremos ser felices”, dijo Yolanda Díaz. 

Muchos de sus mensajes sonaban en cierto modo a las primeras campañas de Podemos. Tampoco se puede reinventar la rueda a los pocos años. Para diferenciarse de todo lo que ve como el pasado, y es un pasado que la llevó a ella a convertirse en ministra de Trabajo en un Gobierno de coalición, Díaz refutó la idea de que es necesaria una nueva coalición de partidos. 

Da la sensación de que considera todo eso una apuesta fallida o una que funcionó pero que ya no volverá a funcionar. Aunque al final habrá que presentar una lista en 50 provincias en las elecciones generales. No mencionó a Podemos ni a Izquierda Unida. Habló de que Sumar “no va de partidos, no va de siglas. Va de inteligencia colectiva”. 

La paradoja es obvia. El proceso de “escucha” anunciado hace tiempo por Díaz se ha iniciado con un acto público en el que había mucha gente interesada en escucharle a ella. Ahora la abogada laboralista dice que debe comenzar un proceso nacional en el que intervengan personas como las que subieron al escenario para acompañarla: una activista ecologista, una abogada que defiende a inmigrantes, una psiquiatra, un delegado sindical en Amazon o una profesora de universidad.

Ellos tendrán la palabra, dijo. “En este movimiento ciudadano que arranca hoy, el protagonismo es vuestro”.

Al acto no asistieron muchos políticos. Estaban el secretario general del PCE, Enrique Santiago, los eurodiputados Ernest Urtasun y María Eugenia Rodríguez Palop y diputados de Unidas Podemos. La nueva plataforma recabó apoyos del mundo de la cultura, como el actor Antonio de la Torre, el escritor Bernardo Atxaga o el músico James Rhodes. Llegará el día en que los partidos que apoyen a Sumar tendrán cosas que decir con respecto al programa, la campaña y las listas electorales. Ese momento no ha llegado aún, pero llegará. Cuanto más potente sea la movilización que provoque Sumar, más margen de actuación tendrá Díaz.

No tiene muchas ganas de hacer las cosas como es habitual en los partidos. Para empezar, mostró su total comprensión por lo que le dicen las personas que se quejan de que la política no sirve para nada. “Sé que la política os ha dejado atrás”.

Hasta ver cómo crece Sumar y hasta dónde, habrá que esperar. La gira de Yolanda Díaz tendrá menos actos de los que esperan sus seguidores y los periodistas. La idea de promover un proceso de debate ciudadano para armar una nueva alternativa es real. Ella tendrá que demostrar que la idea de dejar el protagonismo a la gente va en serio, aunque será su presencia la que a buen seguro dará combustible, preferiblemente no fósil, a la iniciativa.

Ya está aquí el Yolanda World Tour. Su desenlace es incierto, como casi todo ahora, pero de momento Yolanda Díaz quiere que seáis felices. Es mejor comenzar así que con caras largas.