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'As Bestas' arrasa en unos Premios Goya que ignoran a 'Alcarràs' y lloran la muerte de Carlos Saura

Rodrigo Sorogoyen recoge uno de los muchos Premios Goya que recibió 'As bestas'

Javier Zurro

Sevilla —
12 de febrero de 2023 01:18 h

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Daba igual las películas. Si ganaba As bestas o Alcarrás. La gala de los Goya, incluso, había quedado en un segundo plano. Se había ido el maestro. El director que inspiró a tantos. A toda una generación de nuevas voces que estaba nominada y que siempre han señalado a Carlos Saura como ese director que marcó, con un cine incómodo, críptico y moderno, toda una cinematografía. La muerte del autor, un día antes de recoger su Goya de Honor fue un golpe duro para toda la industria, y en la Alfombra Roja solo se habló de él. Había en el ambiente una sensación de honrarle, de decir alto y claro que junto a Buñuel y Almodóvar es el gran director español de nuestra historia.

“Harían falta mil galas para honrar tu legado”, dijo Antonio de la Torre para abrir una gala —tras un errado número musical— que estaba marcada por su ausencia y que afrontó de forma frontal aquella muerte. Entregó el Goya de Honor, de forma póstuma, al comienzo de la ceremonia, con Carmen Maura recordando las anécdotas del rodaje de ¡Ay, Carmela!, la película por la que Saura ganó el Goya al Mejor director y a la Mejor película. La intérprete no pudo contener las lágrimas al recordar cuánto le había marcado como actriz, antes de presentar a Eulalia Ramón, pareja de Saura, y a Anna y Antonio, sus hijos. Los tres recogieron un premio que el director ya había recibido antes de fallecer en su casa. La platea se puso en pie en un momento de esos que sobrecogen. En los que cualquier cosa que se diga no estaría a la altura. Ramón alzó el Goya al cielo en una ovación como quizás nunca se había oído en unos Goya.

“Estamos aquí, como él quiso, en representación de todos los hermanos. Nuestro padre se fue trabajando hasta el último minuto. Enseñándonos que hay que vivir apasionadamente, que la imaginación no tiene límites y que la cultura es lo más importante que tenemos, que hay que potenciarla, que no entiende de ideología, que es nuestro legado y nuestro futuro. Creo que es un ejemplo de vida para todos nosotros”, dijo Anna Saura antes de que Eulalia Ramón leyera las palabras que había dictado Carlos a su pareja y que agradeció a Elsa, su cuidadora, y a los médicos del hotel y de paliativos del centro médico de Villalba. 

“Muchísimas gracias por cómo le habéis cuidado y cómo nos habéis cuidado a nosotros para que todo fuera triste y bonito. La sanidad pública se merece que la cuiden como el personal médico nos ha cuidado a nosotros. A quien corresponda, que lo haga por favor. Le prometí a Carlos que le saludaría allá donde esté”, dijo Ramón antes de, ya sí, leer la carta de Saura. “Me considero una persona afortunada, gracias a los que habéis colaborado conmigo en ese trabajo maravilloso, hacer una película, en especial a mis actrices y actores favoritos. Estaré feliz si el cine que he hecho ha sumado algo de inspiración a la maravillosa generación de hoy. Me veo como una estrella errante en la inmensidad del cosmos. Muchas gracias y una pena no estar saboreándolo con vosotras y vosotros”, leyó antes del emocionante vídeo que resumía una carrera inabarcable, única y que culminó, como no podía ser de otra forma, con una versión de Por qué te vas, el himno de Cría Cuervos que versionó Natalia Lafourcade. En el monólogo inicial hubo dardo para Feijóo (no hay que confundir los Goya con los Oscar) y para Pedro Sánchez (con una mención a ese “chuletón imbatible”). Ambos estuvieron presentes en una ceremonia llena de políticos y ministros (con las dos Montero, Irene y María Jesús; el Ministro de Cultura, Miquel Iceta, y la vicepresidenta Yolanda Díaz).

Pero al final, había que entregar los premios y la carrera apuntaba a un duelo entre As bestas y Alcarràs que pronto se decantó del lado del filme de Sorogoyen. El primer premio de la noche, el de Actor de reparto, fue para el favorito, Luis Zahera, por su terrorífico pero humano hermano Anta en el thriller del director. “Siempre quise rodar un western y matar un francés”, dijo con sorna. El galardón predijo una noche mágica para el largometraje, que terminó triunfando con nueve galardones, entre ellos los más importantes: mejor película, dirección, guion original, actor principal (Denis Ménochet), actor de reparto (Luis Zahera), sonido, fotografía, montaje y música original. Eduardo Villanueva, productor del filme, dejó un recado con su discurso como productor del filme y dijo que la mejor forma de patriotismo es amar nuestra cultura.

La consecuencia del arrase de As bestas dejó a Alcarràs con el marcador a cero. Resultado injusto para una película que ganó un histórico Oso de Oro en la Berlinale pero que no ha sido reconocido por la Academia. En el año de las mujeres, los Goya no remataron la jugada. Pilar Miró, Iciar Bollaín e Isabel Coixet siguen siendo las únicas mujeres que han ganado el premio a la mejor dirección en 37 ediciones.

Donde sí siguieron dominando fue en la categoría de mejor dirección novel, donde Alauda Ruiz de Azúa se convirtió en la sexta mujer consecutiva que lo logra. Lo hizo por ese fenómeno llamado Cinco lobitos, un filme sobre la maternidad y los cuidados que también vio como sus dos actrices se llevaban el premio. Laia Costa, como mejor actriz protagonista y Susi Sánchez como actriz de reparto. Un duelo interpretativo que se merece estos dos galardones. La segunda pidió que la presencia de mujeres nominadas no sea una excepción. “Si la sociedad es un desastre, está en nuestras manos intentar arreglarla. Hasta ahora se nos han abierto muy poquitas puertas, básicamente la de la cocina y la del dormitorio. Espero que, vosotros compañeros, os deis cuenta de que tenemos muchas cosas que ofrecer, y que queremos estar codo con codo con vosotros”, dijo.

En número de Goyas Modelo 77 quedó segunda gracias a sus cinco cabezones, aunque todo fueron técnicos: mejor vestuario, mejores efectos especiales, dirección de producción, maquillaje y peluquería y mejor dirección de arte. El resto de películas se quedaron con la pedrea. Cerdita logró el premio a la Mejor actriz revelación para Laura Galán, que emocionó con un discurso contra el bullying, tema que aborda el filme de Carlota Pereda. Isaki Lacuesta, Isa Peña y Fran Araujo lograron el premio al mejor guion adaptado por Un año, una noche. Lacuesta se acordó de Joaquim Jorda al recogerlo. Ya en la alfombra roja, pidió “unos premios más modernos donde los nominados no sean tan académicos”. Una mención a la que se unió Juan Antonio Bayona antes de dar el premio de dirección, acordándose de la ausencia de Albert Serra.

Uno de los grandes momentos de la noche llegó con el premio al Mejor actor revelación para Telmo Irureta. Su discurso, en el que defendió el “derecho a la sexualidad de las personas con discapacidad”, terminó con una frase que arrancó los aplausos: “Nosotros también existimos y nosotros también follamos”. Es, además, el reconocimiento merecido para una de las grandes películas de este año que se quedaron fuera de las nominaciones importantes, La consagración de la primavera. También emocionó Fernando Esteso, que al entregar el premio al Mejor corto documental se acordó no solo de Saura, sino también de Agustí Villaronga. “Me reuniré con ellos más pronto que tarde”, dijo.

La Academia premió por fin a Sabina, que en su tercera nominación se llevó el goya a la Mejor canción original. Eso sí, no fue a recogerlo. En su lugar estuvieron Fernando León de Aranoa, director del documental por el que ganó, y Leiva, con el que han escrito la canción y que recordó que era el cumpleaños del cantante: “Flaco, te llevo un regalo cojonudo”. Sintiéndolo mucho perdería después el premio que parecía que tenía su nombre, el de mejor documental, que fue para Labordeta, un hombre sin más, en una de las pocas sorpresas de la noche.

Merecido fue el galardón de Unicorn Wars como Mejor largometraje de animación, que terminó con el reinado de Tadeo Jones, que por primera vez perdió el Goya con su tercera película. Argentina, 1985 venció como película iberoamericana y La peor persona del mundo como filme europeo. Los cortos fueron de los más reivindicativos. Todos los nominados lucieron su chapa reivindicando ese 1% de los ingresos que RTVE destina al cine para ellos y los ganadores también lo hicieron. Loop venció en la categoría de animación; Arquitectura emocional 1959 en la categoría de ficción y Maldita, a love song to sarajevo en la de documental.

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