Un megáfono, un balancín y Bernie Sanders: los memes de la mesa de la reunión de Putin y Macron

El presidente francés, Emmanuel Macron, estuvo este lunes en Moscú, donde mantuvo una larga reunión (y una cena de siete platos) con su homólogo ruso, Vladímir Putin. Muchas miradas se posaron sobre el encuentro, considerado un importante movimiento diplomático para intentar impulsar una desescalada en torno a Ucrania.

Pero cuando los presidentes se sentaron frente a frente en el Kremlin ante las cámaras, otra protagonista acaparó la atención: la enorme mesa de mármol blanco que los separaba.

Como recordó Sylvain Tronchet, corresponsal de Radio France en Moscú, Macron no es el primer líder que se enfrenta a Putin en esta mesa –es la misma en la que se reunió con el primer ministro húngaro Viktor Orbán la semana pasada–. Esta vez, los dos presidentes se sentaron solos a ambos lados del enorme mueble, sin asesores ni secretarios, mientras los dos traductores estaban en la cabina.

La distancia entre ambos, dice el periodista en un hilo de Twitter, “se debe a las drásticas restricciones que Putin impone a su entorno”. “Todos los periodistas presentes en la rueda de prensa final se sometieron a cuatro pruebas de PCR, la última a su llegada al Kremlin. A Emmanuel Macron se le concedió un favor: solo presentó una prueba. Dicho esto, se le examina con mucha regularidad, explica el Elíseo”.

Sin embargo, en las redes sociales, la imagen de los dos mandatarios a varios metros de distancia y empequeñecidos dentro de la inmensa sala generó numerosos comentarios, muchos de los cuales hicieron referencia a la “falta de cercanía” o la “frialdad” entre ambos. Tampoco tardaron en llegar los memes. Los usuarios de Twitter transformaron la mesa en un balancín, en un campo de bádminton o en una pista de patinaje; hicieron aparecer de nuevo a Bernie Sanders con sus manoplas de la investidura de Joe Biden y trazaron una multitud de paralelismos con series, anuncios y películas.

El presidente francés, Emmanuel Macron, estuvo este lunes en Moscú, donde mantuvo una larga reunión (y una cena de siete platos) con su homólogo ruso, Vladímir Putin. Muchas miradas se posaron sobre el encuentro, considerado un importante movimiento diplomático para intentar impulsar una desescalada en torno a Ucrania.

Pero cuando los presidentes se sentaron frente a frente en el Kremlin ante las cámaras, otra protagonista acaparó la atención: la enorme mesa de mármol blanco que los separaba.