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Cuando el candidato del PP en la Comunitat Valenciana decía que gobernar con Vox era “una línea roja”
El líder del PP en la Comunitat Valenciana aún no ha jurado el cargo de presidente autonómico y ya ha cruzado dos de sus propias líneas rojas. Fue el propio Carlos Mazón quien trazó la primera. Lo hizo en varias ocasiones durante la precampaña y la campaña de las elecciones del 28M: no incluiría a Vox en un posible Ejecutivo autonómico. La segunda línea roja todavía tiene la pintura fresca: la trazó ayer lunes la dirección nacional del PP. Negociar con un “maltratador”, una persona “que no debería dedicarse a la política” es una “línea roja”, dijo el portavoz nacional del PP, Borja Sémper, desde Génova, en referencia a Carlos Flores –el líder regional de Vox–, sobre quien pesa una condena por violencia machista. El compromiso ético de uno y de otro, de Mazón y Sémper, se ha esfumado este martes cuando el PP y Vox han sellado un acuerdo –del que el “maltratador” Carlos Flores ha sido muñidor– para gobernar en coalición la Comunitat Valenciana.
En una entrevista en El Confidencial, el 20 de abril, tras ser preguntado por el vaticinio de las encuestas (que auguraban que el PP necesitaría a Vox para gobernar), Carlos Mazón respondió, literalmente: “La demoscopia hace cuatro meses nos daba 30 diputados y ahora nos da 37. Mi línea roja es gobernar en solitario”. Finalmente el PP obtuvo 40 escaños el pasado 28 de mayo, quedándose a 10 de la mayoría absoluta. Para gobernar necesitaba los 13 escaños de Vox.
Además, en esa entrevista, Carlos Mazón quiso colocarse como baluarte frente al avance de Vox, pidiendo el voto para el PP a todos aquellos que no querían ver a Vox en el Govern autonómico: “Todo aquel que tenga algún miedo o alguna arruga con respecto a cualquier socio de gobierno lo que tiene que hacer es votar al PP”.
A partir de este martes, quien en la Comunitat Valenciana haya votado al PP por miedo a Vox –haciendo caso a Mazón– será gobernado por esa formación de extrema derecha, de la mano del mismo Carlos Mazón que la consideraba “una línea roja”.
Más recientemente, el pasado 1 de junio, Mazón reiteraba ante los medios su objetivo de gobernar en solitario “para conseguir un Gobierno estable, que dé tranquilidad”. “Lo hemos dicho durante toda la campaña, no lo vamos a cambiar ahora”. Irónicamente, en esa comparecencia Mazón acusaba al Govern del socialista Ximo Puig de “contradicciones” y de “decir una cosa y hacer la contraria”.
El líder del PP en la Comunitat Valenciana aún no ha jurado el cargo de presidente autonómico y ya ha cruzado dos de sus propias líneas rojas. Fue el propio Carlos Mazón quien trazó la primera. Lo hizo en varias ocasiones durante la precampaña y la campaña de las elecciones del 28M: no incluiría a Vox en un posible Ejecutivo autonómico. La segunda línea roja todavía tiene la pintura fresca: la trazó ayer lunes la dirección nacional del PP. Negociar con un “maltratador”, una persona “que no debería dedicarse a la política” es una “línea roja”, dijo el portavoz nacional del PP, Borja Sémper, desde Génova, en referencia a Carlos Flores –el líder regional de Vox–, sobre quien pesa una condena por violencia machista. El compromiso ético de uno y de otro, de Mazón y Sémper, se ha esfumado este martes cuando el PP y Vox han sellado un acuerdo –del que el “maltratador” Carlos Flores ha sido muñidor– para gobernar en coalición la Comunitat Valenciana.
En una entrevista en El Confidencial, el 20 de abril, tras ser preguntado por el vaticinio de las encuestas (que auguraban que el PP necesitaría a Vox para gobernar), Carlos Mazón respondió, literalmente: “La demoscopia hace cuatro meses nos daba 30 diputados y ahora nos da 37. Mi línea roja es gobernar en solitario”. Finalmente el PP obtuvo 40 escaños el pasado 28 de mayo, quedándose a 10 de la mayoría absoluta. Para gobernar necesitaba los 13 escaños de Vox.