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El polémico mensaje en la chaqueta de Melania Trump en su visita a la frontera desata una ola de memes
El pasado 7 de Mayo el Fiscal General de los EEUU anunciaba la denominada “tolerancia cero” en sus políticas para contrarrestar la inmigración ilegal. Jeff Session declaraba: “Si tú intentas entrar ilegalmente con niños te perseguiremos y te separaremos de ellos, tal y como se requiere por ley. Si no te gusta esto, no intentes meter niños a través de nuestra frontera”.
Aunque el decreto ha sido revocado por Trump, en las últimas semanas se han producido la separación de al menos 2.342 niños. Esto ha provocado escenas dantescas como la grabación en la que se escucha a los niños llorar interior de una instalación de la Patrulla Fronteriza mientras un agente bromea: “Aquí tenemos una orquesta”. Las críticas se han sucedido desde muchos sectores, incluso por parte de simpatizantes del partido republicano.
En medio de esta polémica la primera dama de EEUU, Melania Trump, eligió el jueves para el comienzo de su visita a la frontera con México una chaqueta que portaba el siguiente mensaje: “Realmente no me importa, ¿y a ti?”. La frase estaba impresa en mayúsculas blancas y en inglés sobre el abrigo un abrigo de Zara cuando embarcó en su avión a las afueras de Washington para dirigirse a Texas, según captó uno de los fotógrafos presentes.
Como cuando sucede ante este tipo de situaciones, las reacciones de indignación se han sucedido en las redes y las respuestas han sido variadas.
El propio Donald Trump se vio obligado a tuitear acerca del tema y su explicación era que el mensaje no tenía nada que ver con las familias que iba a visitar en la frontera y sí estaba dirigida a las noticias falsas propagadas por los medios de comunicación. Toda esta reacción puede suscitar varias reflexiones sobre memes y política:
1. Los memes son productos culturales y políticos complejos
“Let them eat cake” (Déjales que coman pastel) es una de las frases que aparece en uno de los memes que ilustran este artículo. La frase se le ha atribuido múltiples veces (aunque no de forma documentada) a María Antonieta, quién supuestamente y según el libro “Confesiones” de Rousseau (1770) la habría pronunciado de forma despectiva con 14 años tras haberle explicado que los campesinos estaban enfadados porque no tenían pan. Cambiar la frase de la chaqueta de Melania Trump por esta es asemejar una a otra y por tanto hacer un comentario social y político de una carga bastante profunda en un producto cultural aparentemente superficial.
2. Nada pasa desapercibido, todo es convertible en meme
Sería absurdo pensar que Melania Trump no se puso una prenda que sabría que podría dar que hablar. Del mismo modo que es comprensible que Mark Zuckerberg decida tener miles de insulsas camisetas monocolor lo que podemos concluir es que el seguimiento mediático de la política mainstream se ha convertido en un Gran Hermano en el que hay millones de ojos mirando, escrutando, analizando. Estar en el foco de atención implica manejar constantemente todos los detalles y es evidente que ya nada pasa desapercibido y si llama la atención, se terminará convirtiendo en un meme.
3. Los memes son ya parte natural del paisaje político
La indignación se traduce automáticamente en memes. Aunque algunos de ellos puedan aludir más al absurdo, lo cierto es que los memes son el lenguaje por naturaleza de la conversación política contemporánea. No podemos concluir que los memes hayan ayudado a que Trump revirtiera esta medida pero lo que sí es seguro es que los memes tienen agencia política. Cuestionan el sentido único del relato y multiplican las críticas cuando algo no es del agrado de alguien.
Donald Trump sin embargo ha sido presidente en una epoca donde el meme parecía la herramienta política por excelencia de la izquierda. Angela Nagels en su ensayo “Kill all normies” ya nos da pistas de que este tipo de producción cultural ya no pertenece en exclusiva a la progresía y que está habiendo auténticas batallas de memes en la red para imponer un sentido común. Por suerte para los niños y niñas que cruzan la frontera, de momento y en este caso, va ganando el relato que los protege.
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