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Una constituyente chilena interviene en la Asamblea con el pecho desnudo tras superar un cáncer de mama: “Sentí culpa por poder sanar”
Una diputada de la Asamblea Constituyente chilena, Alejandra Pérez, ha realizado una intervención con el torso desnudo para dejar a la vista las cicatrices que le quedaron tras superar un cáncer de mama. En su pecho se podía leer la frase “Hasta que valga la pena vivir”.
La constituyente confesó durante su discurso haberse sentido culpable al conocer el diagnóstico: “Sentí culpa por poder sanar, por poder tener una cama, medicamentos y horas de atención, culpa por aquellas que no tienen plata para una mamografía, por estar en el sistema privado de salud”. En su intervención se preguntaba por qué debía sentir culpa si todas deberían tener el derecho a la salud que “se debe traducir en el derecho a la vida”.
Así usó su propio testimonio como reivindicación frente al sistema “de un país injusto”, donde “los privilegiados no ceden y los recursos escasean”. Por eso quiso recordar a su madre, a todas las mujeres que no sobrevivieron a esta enfermedad y a todas las que vendrán después y manifestó su voluntad de no llevar a cabo la cirugía de reconstrucción de pecho. “No me haré la reconstrucción porque cada marca en mi pecho es un grito de alegría en la vida”, ha dicho.
“Verdad, justicia y reparación y no repetición compañeros”, fueron sus últimas palabras antes de bajar del estrado. La de este lunes fue la tercera jornada de discursos de apertura del debate constitucional, en la que la representante del distrito nueve quiso dedicar su tiempo a los obstáculos en el proceso constituyente “por parte de quienes no quieren perder privilegios” y a la atención sanitaria en Chile.
Pérez es uno de los rostros más conocidos de la Lista del Pueblo, un grupo heterogéneo de independientes conformado por activistas, amas de casa y profesionales que emergieron de las protestas sociales de 2019 y que fueron la gran sorpresa de las elecciones constituyentes al convertirse en la tercera fuerza más votada.
El proceso constituyente se planteó como la vía política para amainar la mayor crisis social en los 31 años de democracia chilena que comenzó con masivas manifestaciones en 2019. Miles de personas coparon las calles durante más de un año para reivindicar un modelo socioeconómico más justo que terminara con las fuertes desigualdades del país y que garantizara servicios básicos como la salud, las pensiones o la educación.
En caso de aprobarse en un plebiscito de salida, la nueva Constitución chilena sustituiría a la actual, vigente desde la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) y vista por gran parte de la sociedad chilena como el origen de las graves desigualdades del país.
Una diputada de la Asamblea Constituyente chilena, Alejandra Pérez, ha realizado una intervención con el torso desnudo para dejar a la vista las cicatrices que le quedaron tras superar un cáncer de mama. En su pecho se podía leer la frase “Hasta que valga la pena vivir”.
La constituyente confesó durante su discurso haberse sentido culpable al conocer el diagnóstico: “Sentí culpa por poder sanar, por poder tener una cama, medicamentos y horas de atención, culpa por aquellas que no tienen plata para una mamografía, por estar en el sistema privado de salud”. En su intervención se preguntaba por qué debía sentir culpa si todas deberían tener el derecho a la salud que “se debe traducir en el derecho a la vida”.