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Desokupa extiende el bulo de la expulsión de una anciana de su piso para acosar a una inquilina migrante
Daniel Esteve, propietario de la empresa de desalojos Desokupa, ha participado en la expansión de un bulo sobre una falsa okupa marroquí que había expulsado de su casa a Carmen, una anciana de 89 años a la que cuidaba, a sabiendas de que no era verdad, según ha publicado este viernes El País. En realidad, la Policía sostiene que la joven no ha cometido ninguna irregularidad y se trata de un conflicto entre la anciana y la propietaria del piso por haber realquilado la vivienda. La chica, de 26 años, ha recibido amenazas y comentarios racistas tras difundirse sus datos.
El conflicto por el piso, situado cerca de la Plaza Mayor de Madrid, se originó por el subarrendamiento de Carmen a la joven marroquí. La chica comenzó a vivir en 2017 en el piso tras venir a España para estudiar Filología Hispánica en un programa conjunto de la Complutense y la Sorbona de París. Pagaba un alquiler de 400 euros por una habitación a Carmen, que no es la propietaria del piso sino una inquilina de renta antigua que paga 121,5 euros con un contrato que prohíbe expresamente realquilarlo, según recoge El País tras acceder a la documentación. La propietaria del piso vive en Bilbao y, según el abogado de la chica, cobraba la renta de Carmen mientras ella a su vez subarrendaba una habitación a distintas personas, algo que niega la familia de la anciana.
En 2019, Carmen se fue a vivir al piso de su hermano, según las capturas de mensajes de WhatsApp entre la mujer y la inquilina. Dos años después, en 2021, la propietaria vio que en el buzón el nombre que aparecía no era el de Carmen y envió un burofax en abril anunciándole su intención de rescindir el contrato a menos que probara que no había inquilinos. La respuesta, fechada en mayo, fue que en ese piso solo entraban sus nietas y alguna amiga de ellas: “Son mujeres jóvenes que cuando salen los fines de semana y, porque viven lejos del centro, les resulta más cómodo quedarse a dormir conmigo en mi casa”.
En agosto, cuatro familiares de Carmen dijeron a la inquilina que debía marcharse porque iban a mudarse allí con su abuela. Primero le dieron un mes de plazo, pero al tardar en encontrar otra vivienda perdieron la paciencia. El 10 de agosto la Policía quitó las llaves del piso a la nuera de Carmen y la joven se quedó en su casa porque tenía un título válido. En ese momento empieza el bulo: una nieta de la anciana llamó al número de denuncias de Telemadrid y, tras una recomendación para acudir a Desokupa, contactó con ellos y le ofrecieron sus servicios gratuitamente.
La empresa conoce la versión de la Policía porque los agentes explicaron a Daniel Esteve y a su abogado la situación, según explicaron a El País fuentes policiales. Pese a ello, no han rectificado y han llegado a publicar datos e imágenes robadas de ella, que está recibiendo amenazas de muerte e insultos racistas desde que la familia comenzó su campaña.
El pasado sábado OKDiario ya publicó que la investigación policial apuntaba a un interés por parte de la familia de Carmen. Cuatro días después, el miércoles, Desokupa organiza una concentración frente a la casa: “Carmen de España no está sola”, dice Esteve en el vídeo para difundir la convocatoria. En tuit insisten en llamarla “okupa”.
“A Desokupa la verdad no les ha importado”
El abogado de la joven, Pablo Galdón, ha explicado en una entrevista en la Cadena SER que ahora se encuentra “más tranquila” porque “está aflorando la verdad y empiezan a remitir las amenazas e insultos” que recibe desde que Desokupa “facilitó de forma ilegal sus datos”. En un primer momento acudieron al piso incluso identificándose como abogados de la propiedad, pese a que Carmen es una inquilina, según ha detallado en declaraciones a la SER.
“Mi clienta es la que ha llamado a la Policía siempre ante el acoso de la familia de Carmen. La Policía cuando acudió ya la primera vez se percató de cuál era la realidad e informó a la familia de que no podían ir ahí (...) Desokupa tiene desde entonces noticia de que la Policía tiene claro cuál es el relato, el que ahora sale a la luz, pero les ha dado igual. La verdad no les ha importado. Han querido buscar su provecho jugando con el sentimiento de los ciudadanos y jugando con doña Carmen”, ha expresado.
Un bulo que agitó la xenofobia
Vox se hizo eco de este bulo para agitar la xenofobia. “Es intolerable que encarcelen a españoles por defender su hogar y den protección legal a los que violan una propiedad. No descansaremos hasta que España sea al último sitio donde vendría un delincuente”, escribieron en Twitter desde la cuenta oficial del partido.
Víctor Sánchez del Real, diputado de la formación de extrema derecha, fue uno de los que utilizó el caso de Carmen: “Recuerdo que cuando subí al estado del Congreso a defender a los propietarios de viviendas los izquierdistas salieron en tromba a atacarme. ¿Te acuerdas, Gabriel Rufián? Quiero que veas este vídeo”, le dijo, añadiendo una entrevista a la anciana en la que contaba que se había encontrado la vivienda okupada tras regresar del hospital. Este viernes ha argumentado que se limitó a poner su intervención en sede parlamentaria con la defensa del propietario, “sea quien sea”.
La nueva estrategia intimidatoria de Desokupa
Desde hace un tiempo, para lograr sus objetivos Desokupa ya no solo utiliza la presencia de hombres hipermusculados a las puertas de un domicilio. Ahora también usa las redes sociales, donde acumula cientos de miles de seguidores, para intimidar, como contamos en elDiario.es.
El líder de esta empresa se ha acabado haciendo famoso al calor de programas matinales como el de Ana Rosa, en Telecinco, o el de Susanna Griso, en Antena 3, donde ha aparecido en directo en decenas de ocasiones explicando sus actuaciones más polémicas. Sus seguidores han subido como la espuma gracias a estos programas y ahora ya vuela solo. Él mismo se define actualmente en su página web como un “influencer”.
Desde estas cuentas se dedica a publicar los rostros de los okupas a los que quiere expulsar para ejercer presión sobre ellos. En ocasiones también revela su nombre completo, el municipio en el que viven o incluso sus números de teléfono y pide a sus seguidores que le inunden a llamadas. También dispara mensajes racistas, tránsfobos y machistas y muestra apoyo a iniciativas y periodistas de extrema derecha.
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