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Varios difusores de bulos racistas cierran sus cuentas de redes sociales tras el anuncio de la investigación de la Fiscalía

El Rastreador

21 de agosto de 2024 11:17 h

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Varios de los habituales difusores de bulos y mensajes de odio de redes sociales —esencialmente en X, la anterior Twitter, y Telegram— han borrado sus perfiles para no dejar rastro alguno de sus mensajes. Lo han hecho después de que la Fiscalía anunciara este martes que investigará si existe delito en los “mensajes falsos” que se han publicado durante los últimos días en redes sociales, en relación a la nacionalidad del asesino de un niño de 11 años en Mocejón. El Ministerio Público considera que en dichos mensajes se “criminaliza de forma generalizada” a menores migrantes.

Las datos policiales que han trascendido sobre el presunto autor del crimen, que confesó los hechos tras su detención, indican que se trata de un joven de nacionalidad española, que vive en Madrid y con familiares directos en el municipio toledano. Sin embargo, determinados perfiles han utilizado el asesinato de Mateo para vincular la inmigración con el crimen. Han lanzado acusaciones sin pruebas, llegando a sugerir motivos yihadistas y fomentando el odio hacia personas racializadas.

Uno de los primeros en abandonar la red social X tras el anuncio de la Fiscalía es Alberto Ferrando Sánchez, alias Alberto Caliu. El mismo domingo en el que se produjo el asesinato del pequeño Mateo, Caliu anunció la supuesta “nacionalidad” del asesino: “El asesino del niño de Mocejón es un moro. Políticos culpables”, escribió. “Una falla con cada centro de MENAs”, añadió.

Este martes, después de que trascendiera la noticia de la Fiscalía, Caliu explicó que había llegado “el momento de desconectar y descansar”. “Toca priorizar otras cosas y dar descanso también a la gente que me rodea”, dijo el paladín de la extrema derecha en su perfil antes de cerrarlo, asegurando que ya tenía tomada la decisión de borrar su cuenta desde hacía unas semanas. El perfil de Caliu ya no está disponible ni en X ni en Instagram.

También otra tuitera, (@Santanaav_), habitual en los círculos de propagación de mensajes de odio, ha eliminado su perfil de la red de Elon Musk. “Un niño de 10 años asesinado a puñaladas por un magrebí”, aseguró el domingo. “Llámenme racista, xenófoba, lo que les de la gana, pero los quiero fuera ¡YA!”, insistía la joven canaria.

Horas más tarde, se disculpaba con sus seguidores en un comunicado: “Me he equivocado a la hora de informar sobre el caso del pequeño Mateo. Leí en varios medios que había sido magrebí y, error mío, no contrasté más información y lo puse”, argumentaba antes de eliminar sus cuentas en las redes sociales.

Quien no ha borrado su perfil de X es el conocido tuitero de extrema derecha Raúl Alfonso Paredes, que publica bajo el nombre Un murciano encabronao y que está condenado por inventar un bulo sobre el periodista Rubén Sánchez.

El perfil de Paredes, al que siguen más de 14.000 personas, es una lista interminable de “bromas” racistas y xenófobas. También de mensajes de odio. Entre ellos, los del pasado domingo a raíz del asesinato de Mateo. “Ya sabréis que el despliegue policial”, dijo en referencia al Operativo Jaula que puso en marcha la Guardia Civil para encontrar al culpable, “no es por defender a los vecinos del niño asesinado... Es para proteger a los moros que han matado al niño”, afirmó.

Borrar tuits y eliminar el perfil de una red social no tiene, sin embargo, el esperado resultado que los usuarios buscan, que no es más que hacer desaparecer las “pruebas del delito” como si se tratara de un caso policial emitido en una serie de televisión. Más allá de los cientos de usuarios acostumbrados a sacar capturas de pantallas, existen también mecanismos de verificación web para certificar la existencia de mensajes borrados en casos de acoso, delito de odio o bulos.

El agitador Alvise Pérez ha mantenido su canal de Telegram —al que están suscritas 694.906 personas y por el que difunde titulares, imágenes y bulos a diario— activo durante los últimos días. El eurodiputado y líder del partido ultra Se Acabó La Fiesta lanzó numerosos mensajes “informativos” sobre la nacionalidad extranjera del asesino y sembró la duda sobre los datos oficiales de la investigación de la Policía Nacional y los transmitidos por la prensa. Habló de un suceso aislado como de una realidad extendida, y vinculó inmigración con delincuencia. Sin embargo, sus mensajes continúan publicados.

Este miércoles, el fiscal contra los Delitos de Odio, Miguel Ángel Aguilar, ha sugerido modificar el Código Penal para prohibir el acceso a Internet o redes sociales a quienes usen estos medios para incitar al odio o discriminar a colectivos vulnerables.

Varios de los habituales difusores de bulos y mensajes de odio de redes sociales —esencialmente en X, la anterior Twitter, y Telegram— han borrado sus perfiles para no dejar rastro alguno de sus mensajes. Lo han hecho después de que la Fiscalía anunciara este martes que investigará si existe delito en los “mensajes falsos” que se han publicado durante los últimos días en redes sociales, en relación a la nacionalidad del asesino de un niño de 11 años en Mocejón. El Ministerio Público considera que en dichos mensajes se “criminaliza de forma generalizada” a menores migrantes.

Las datos policiales que han trascendido sobre el presunto autor del crimen, que confesó los hechos tras su detención, indican que se trata de un joven de nacionalidad española, que vive en Madrid y con familiares directos en el municipio toledano. Sin embargo, determinados perfiles han utilizado el asesinato de Mateo para vincular la inmigración con el crimen. Han lanzado acusaciones sin pruebas, llegando a sugerir motivos yihadistas y fomentando el odio hacia personas racializadas.