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Fans en Twitter: la televisión paralela
Twitter ha sido en ocasiones como el teatro: Una herramienta cuestionada de la que se ha dicho varias veces que iba a morir frente a otros competidores que entendían mejor el presente pero que de repente se convierte en el espacio donde mayores innovaciones narrativas se producen y se traspasan a otros contextos. Esto es un poco lo que ha pasado en el trinomio televisión convencional, Twitter y fans: la han convertido en un lugar donde dirigir su propio medio de comunicación audiovisual. Veamos algunos ejemplos de Operación Triunfo.
Este tuit de arriba fue publicado apenas unos minutos más tarde de que fuera emitido en directo en la señal de TVE. La calidad del vídeo (especialmente del sonido) nos indica que no se trata de una grabación hecha con un teléfono móvil de la pantalla de un televisor: se trata de la captura original de la señal de la televisión y del recorte de dicho vídeo para poder subirlo con la máxima calidad.
Esto que podría parecer un detalle técnico de la menor importancia en realidad es muy importante para entender este fenómeno: hay personas que dedican mucho tiempo, energía y cariño para poder ser comentaristas de sus productos culturales y de entretenimiento preferidos. No es lo mismo estar viendo tu programa de televisión preferido mientras te comes una pizza que estar pendiente de los momentos destacados, descargar y recortar un vídeo, subirlo a Twitter acompañado de un mensaje ingenioso y evaluar el impacto que tiene. Básicamente es un trabajo, que en la mayoría de los casos, será no pagado. La pregunta que muchas personas se harán es: si no es pagado, ¿cómo es posible tanta dedicación? Aquí van varias posibles respuestas.
Productores y consumidores a la vez. El escritor Alvin Toffler acuñó el término 'prosumidores' para darle explicación a un cambio en la relación con los bienes de consumo que tenemos las personas. Durante años este término se ha usado para explicar cómo la democratización en el acceso a los medios de producción de contenidos culturales ha desvelado que nadie es productor o consumidor solamente: cada persona produce y consume medios al mismo tiempo. Este fenómeno es el despegue de esa práctica ya que muchas de estas cuentas de Twitter no hacen nada distinto de lo que hacen muchos programas de televisión: seleccionar vídeos y comentarlos.
Múltiples pantallas, múltiples historias. Muchas de las personas que consumen este tipo de programas de televisión están simultáneamente en otros espacios y contextos: siguiendo hashtags o determinados usuarios en Twitter para luego compartirlo en grupos de Whatsapp o Telegram al mismo tiempo que revisan Live-Stories de Instagram. En definitiva, la persona que consume televisión no está consumiendo una única historia: está en distintas pantallas y viviendo distintas historias simultáneamente.
El propio director de Gestmusic contaba en una entrevista que la estrategia transmedia (tratar de multiplicar la historia en diferentes plataformas y formatos, como apuntan desde el blog de El Cañonazo, empresa dedicada a la producción transmedia) fue consciente, que cuentan con un equipo de redes muy joven y lo que resulta más revelador: “Una academia sin móviles hubiera sido un anacronismo. Lo raro en 2017 sería ver a un grupo de jóvenes sin su móvil en la mano”.
Amar y criticar, esencia fan. El fan siempre ha sido una figura sobre la que planea una cierta desconfianza. La propia raíz de la palabra proviene de 'fanático'. Pero el relato que se dibuja de alguien que ama algo, especialmente si se trata de un producto cultural, suele ser superficial. Casi nadie ama incondicionalmente un producto cultural. La crítica y la intervención sobre dichos productos forma parte de la esencia del fan contemporáneo.
De hecho y aunque siga existiendo la teoría de que somos personas alienadas que recibimos las historias dominantes y respondemos de forma condicionada y sumisa, lo cierto es que la interacción es la única realidad palpable del consumo de medios contemporáneo. Y en dicha interacción hay diálogo, tensión, conflicto.