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Jordi Sevilla anuncia que deja de ser “comprador y lector de El País por su sectarismo contra Pedro Sánchez”
El exministro socialista Jordi Sevilla ha esperado al final del congreso del PSOE para anunciar que dejaba de comprar y leer El País, cuya línea editorial se ha caracterizado en los últimos tiempos por hacer oposición a Pedro Sánchez.
Tres horas después del tuit de Sevilla, El País publicaba su editorial sobre el congreso del PSOE, titulado “Decepcionante PSOE”. En él, el diario afirma: “Lo único evidente en el nuevo PSOE es que combina una hostilidad visceral al PP, un partido esencial si se quiere reformar la Constitución con garantías de éxito, con continuos guiños a Podemos y los independentistas, cuyo compromiso con la Constitución, bien por razones ideológicas o territoriales, es débil cuando no inexistente”.
Y prosigue: “El nuevo PSOE quiere sembrar entre los votantes de izquierda la esperanza de que es posible desalojar a Rajoy de La Moncloa este mismo otoño. Todo ello pese a que, como se ha visto en la investidura, la negociación presupuestaria y la moción de censura, la aritmética parlamentaria actual no dé para ese empeño. Políticamente, además, es dudoso que un partido tan desdibujado por el tacticismo y la confusión sea capaz de conformar una alternativa viable y a la vez estable al bloque conformado por el PP y Ciudadanos, que la inconsistencia del nuevo PSOE sin duda cimentará al convertirlos en adalidades de la estabilidad”.
En su editorial tras la victoria de Sánchez en las primarias del 20 de mayo, criticó duramente el proyecto político del secretario general del PSOE. “La propuesta programática y organizativa de Sánchez”, afirmaba El País, “ha recogido con suma eficacia otras experiencias de nuestro entorno, desde el Brexit hasta el referéndum colombiano o la victoria de Trump, donde la emoción y la indignación ciega se han contrapuesto exitosamente a la razón, los argumentos y el contraste de los hechos. En este sentido, la victoria de Sánchez no es ajena al contexto político de crisis de la democracia representativa, en el que se imponen con suma facilidad la demagogia, las medias o falsas verdades y las promesas de imposible cumplimiento”.
El País proseguía: “Sería ilusorio pensar que el PSOE no está en este momento ante un riesgo de la misma naturaleza. En todos los casos, la demagogia —conocida en Podemos o Trump— de los de abajo contra los de arriba se ha impuesto a la evidencia de la verdad, los méritos y la razón. Debemos asumir que esto nos sitúa ante una situación muy difícil para nuestro sistema político”. Y concluía: “En un momento en el que España enfrenta un grave problema territorial en Cataluña, era más necesario que nunca que el PSOE se configurase como un partido estable y capaz de suscitar amplios apoyos. Lamentablemente, el proyecto de Sánchez, en el que no cuenta con nadie que represente el legado de 22 años de Gobierno del PSOE ni ningún poder territorial significativo, aboca al partido a la profundización de una ya gravísima crisis interna. Como demuestran las debacles electorales que sufren los socialistas en toda Europa, y como ya han experimentado los socialistas en España, los márgenes para la supervivencia y relevancia del proyecto que aspiran a encarnar son de por sí ya muy estrechos. En esas circunstancias, la confusión ideológica y el modelo de partido asambleario en el que se ha apoyado Sánchez fácilmente podrá desmovilizar aún más a sus votantes y alejar a los socialistas del poder”.
En su editorial tras la moción de censura de Unidos Podemos contra Mariano Rajoy, El País también aprovechó para criticar a Pedro Sánchez: “El silencio de Pedro Sánchez ante la moción de censura, aunque espere a su confirmación como secretario general el próximo fin de semana en el congreso del PSOE, es poco comprensible ante una ocasión de debate político como la que transcurre en el Parlamento. Y la decisión de abstenerse le deja desdibujado y sin argumentos claros frente a unos y otros. En política, los vacíos no existen, son rápidamente ocupados por otros”.