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Las dimisiones de políticos que sorprenden en España

Existen países donde si un político comete una infracción, abandona su cargo público. Y no sólo por grandes casos de corrupción o escándalos que abren las portadas de los medios con más repercusión del planeta, sino por todo tipo de infracciones. Algunas se pueden considerar más o menos graves, pero de cualquier modo, han puesto punto y final a carreras políticas.

La última ocasión se ha dado este sábado, cuando la ministra de Educación Secundaria y para Adultos sueca, Aida Hadzialic, ha anunciado su dimisión tras haber dado positivo en un control de alcoholemia. Hadzialic, quien dijo estar “furiosa consigo misma” y “profundamente arrepentida”, arrojó en la prueba un resultado de 0,2 miligramos de alcohol en sangre, la cantidad mínima que en Suecia se considera delito.

Ocultar una infracción de tráfico

Las cuestiones de tráfico siempre han tenido especial relevancia en este aspecto. El ministro británico de Energía, Chris Huhne, dimitió en febrero de 2012 después de que la Fiscalía informase de que sería procesado por intentar ocultar en 2003 una infracción de tráfico. Huhne fue encausado por haber pedido a su exmujer, Vicky Pryce, economista de profesión, que aceptase por él la pérdida de puntos en el carné de conducir con el objetivo de evitar que le fuera retirado.

Los hechos sucedieron el 12 de marzo de 2003, cuando el titular de Energía fue sorprendido a 111 km/h en una zona limitada a 80 km/h por una cámara que controlaba la velocidad de los automóviles mientras viajaba desde el aeropuerto londinense de Stansted a su casa en Clapham, al sur de Londres. Finalmente, tanto Chris Huhne como Vicky Pryce fueron condenados a ochos meses de prisión, acusados de delito de obstrucción a la Justicia.

Plagio de la tesis doctoral

En el año 2011, el ministro de Defensa alemán, Karl Theodor zu Guttenberg, abandonó su cargo tras ser acusado de plagiar su tesis doctoral. Zu Guttenberg, miembro del Ejecutivo de Angela Merkel, había recibido enormes presiones para que fuera fiel a su compromiso con los electores y a la seriedad y confianza que siempre dijo defender.

Los hechos salieron a la luz cuando el diario muniqués Süddeutsche Zeitung publicase una serie de pruebas en las que se demostraba que el titular de Defensa había plagiado parte del trabajo de su tesis doctoral en Derecho. El día de su dimisión, el ministro compareció visiblemente afectado. A diferencia de lo que acostumbraba cuando hablaba en público, leyó con voz rota y no despegó la mirada de sus papeles. “Es el momento más doloroso de mi vida”, concluyó el exministro.

Amenazas a periodistas

Este mismo año, el ministro de Cultura de Portugal, Joao Soares, presentó en abril su dimisión después de amenazar con propinar bofetadas a dos columnistas del diario portugués Público que cuestionaban su competencia y educación para seguir en el cargo.

La dimisión de Soares vino precedida de la publicación del siguiente mensaje en la cuenta de Facebook del titular de Cultura portugués: “En 1999, le prometí públicamente un par de bofetadas. Fue una promesa que aún no he podido cumplir, no me crucé con este personaje, Augusto Seabra, a lo largo de todos estos años. Pero sigo esperando tener esa suerte, ya llegará el día”, escribió el exministro. “Estoy viendo que le voy a tener que buscar, a él y ya de paso a Vasco Pulido Valente, para las saludables bofetadas. Sólo les puede venir bien. Y a mí también”, añadió en su perfil de la red social.

Llamadas a videntes a cargo del parlamento

Saera Khan, política del Partido Laborista de Noruega, efectuó un total de 793 llamadas a servicios de videncia, engrosando la factura telefónica costeada por el parlamento del país hasta 133 horas de conversación. Un tráfico de llamadas que elevó el coste de la factura hasta las 48.000 coronas.

Los gastos de Khan, que doblaba al de sus colegas parlamentarios, se dio a conocer públicamente después de que la cámara de Noruega, el Storting, asegurase que no seguiría costeando sus facturas. Saera Khan, quien aseguró que había devuelto el dinero, afirmó en octubre del año 2008 que no se presentaría a la reelección en los siguientes comicios.

Existen países donde si un político comete una infracción, abandona su cargo público. Y no sólo por grandes casos de corrupción o escándalos que abren las portadas de los medios con más repercusión del planeta, sino por todo tipo de infracciones. Algunas se pueden considerar más o menos graves, pero de cualquier modo, han puesto punto y final a carreras políticas.

La última ocasión se ha dado este sábado, cuando la ministra de Educación Secundaria y para Adultos sueca, Aida Hadzialic, ha anunciado su dimisión tras haber dado positivo en un control de alcoholemia. Hadzialic, quien dijo estar “furiosa consigo misma” y “profundamente arrepentida”, arrojó en la prueba un resultado de 0,2 miligramos de alcohol en sangre, la cantidad mínima que en Suecia se considera delito.