“Perdí mi virginidad con un pedófilo: yo tenía 15 años y era anoréxica; él tenía 58 y era mi profesor”

“Perdí mi virginidad con un pedófilo. Yo tenía 15 años, era anoréxica. Él tenía 58, era mi profesor”. Grace Tame, una abogada de 26 años, ha recibido el galardón que la nombra australiana del año 2021. Su caso y su experiencia, relatada a través del movimiento #LetHerTalk (déjala hablar, en inglés) han convertido a la abogada en un símbolo contra la violencia sexual.

En su discurso, Tame ha recordado que “hablar de abusos a menores es incómodo. Pero nada es más incómodo que el abuso en sí mismo”. El caso ganó relevancia el año pasado, cuando la denuncia pública de Tame llegó hasta la Corte Suprema de Tasmania. Hasta aquel momento, era ilegal para muchas víctimas de violencia sexual emplear su propio nombre para denunciar públicamente los abusos. La Corte, finalmente, otorgó la razón a Tame y ha sentado un precedente que, según news.com.au, podría ayudar a revisar muchas de las otras “leyes mordaza” que rigen los casos de abuso sexual.

“Durante meses me preparó, y luego abusó de mí cada día: antes del colegio, después del colegio, con mi uniforme, en el suelo. No sabía quién era”, relata en su discurso.

La campaña #LetHerSpeak ha ayudado a más de una decena de víctimas de abusos sexuales a conseguir apoyo legal para denunciar a sus agresores en un país, Australia, que pidió disculpas por ignorar durante años los casos de violaciones a menores que se sucedían en sus instituciones.

Tras la victoria judicial en la Corte Suprema de Tasmania en abril de 2020, una norma similar fue retirada en el territorio federal del norte tras las presiones de la campaña. “Le recuerdo diciendo que no hiciese ni un ruido. Bueno, escúchame ahora usando mi voz entre un coro creciente de voces que no será silenciado. Hagamos ruido, Australia”.

“Perdí mi virginidad con un pedófilo. Yo tenía 15 años, era anoréxica. Él tenía 58, era mi profesor”. Grace Tame, una abogada de 26 años, ha recibido el galardón que la nombra australiana del año 2021. Su caso y su experiencia, relatada a través del movimiento #LetHerTalk (déjala hablar, en inglés) han convertido a la abogada en un símbolo contra la violencia sexual.

En su discurso, Tame ha recordado que “hablar de abusos a menores es incómodo. Pero nada es más incómodo que el abuso en sí mismo”. El caso ganó relevancia el año pasado, cuando la denuncia pública de Tame llegó hasta la Corte Suprema de Tasmania. Hasta aquel momento, era ilegal para muchas víctimas de violencia sexual emplear su propio nombre para denunciar públicamente los abusos. La Corte, finalmente, otorgó la razón a Tame y ha sentado un precedente que, según news.com.au, podría ayudar a revisar muchas de las otras “leyes mordaza” que rigen los casos de abuso sexual.